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Columnista - 2 julio, 2019

Carta a Cielo Gnecco

El diálogo imaginario de Nico Duba con Cielo Gnecco motiva a escribirle una carta abierta a ella, porque el incógnito Nico a veces arrogante opinador que está moviendo ideas en Valledupar, contrario a lo sibilino de sus cotidianas alusiones, en esta oportunidad describe sin irrespeto, ni la elocuente perversidad de la que hace gala en sus opiniones escritas, a una indiscutible líder política.

El diálogo imaginario de Nico Duba con Cielo Gnecco motiva a escribirle una carta abierta a ella, porque el incógnito Nico a veces arrogante opinador que está moviendo ideas en Valledupar, contrario a lo sibilino de sus cotidianas alusiones, en esta oportunidad describe sin irrespeto, ni la elocuente perversidad de la que hace gala en sus opiniones escritas, a una indiscutible líder política.

Íntegra capitana que direcciona causas comunes. Y sí que bien parada está con los pies enhiestos en la hostil tierra donde habita. Nunca insegura, ni nerviosa.

El provocador y malicioso Nico Duba, fantasea su autorretrato y conoce bien de la protervia de lo que escribe, sin embargo, vaya usted a creerlo empieza a perfilarse como alguien que dimensiona lo que arguye, porque asumir posiciones críticas sin zaherir, da créditos en una sociedad mayormente inclinada hacia la incineración moral. También demuestra que rasguea divertidamente con respeto. El tipejo conoce de su natural inteligencia. Deletéreo.

La genial Cielo responde en el imaginario diálogo con Duba unas preguntas aparentemente no tóxicas, hechas por un entrevistador inicialmente mal intencionado, pero (se insiste) perspicaz y, definitivamente sale bien librada porque sin poses de intelectualidad se ofrece objetivamente pragmática y políticamente correcta.

La política partidista esencialmente es un apostolado de servicios recíprocos. Cielo, con un liderazgo original y empático combina su visión practica de las cosas con lo vivificante de servir en una sociedad manifiestamente injusta. Es una servidora total. Una mujer sencilla, afable alejada de todo boato social.

El trabajo social diario de la eficiente y erguida Cielo, no lo perturba la lisonja ni los ataques, por el contrario, fortalece su sensible misión en la comunidad que se le observe, con posiciones contrarias. Que actúen y piensen distinto, pero con respeto mutuo, sin agravios, ni caer en la bajeza de opinar con intemperancia y tratando de hacerle daño con agresivos ataques descontextualizados a los propios de las actividades y entornos de los actos partidistas.

Un calificativo apropiado es >>Cielo de la Gente>> por su indiscutible esfuerzo para apocar las injusticias sociales que a diario palpa, erigiéndose en un contraejemplo a las deducciones teóricas de los intelectualoides. Por eso, Nico Duba advierte que “sabe mucho” de política partidista y quiso imaginativamente entrevistarla y las repuestas puntuales y agudas de Cielo lo hicieron descender al mundo terrenal para pensar en las desigualdades por las que todos los días batalla en la cotidianidad, una experimentada mujer política y de la política como la entrevistada.

Respetada y apreciada Cielo: muchos, bastante gente de una sociedad tan inequitativa la quiere con afectos y valoran sus esfuerzos sociales y políticos. Usted, es aguerrida líder que no desfallecerá no obstante las menciones perversas de unos pocos furiosos enemigos políticos. ¡El Cesar y Valledupar, con Usted!. Somos y seremos parte de ese círculo de la legión de activistas “testigos” y defensores a los que teme Nico Duba. No solo el del chinchorro.

HUGO MENDOZA GUERRA

Columnista
2 julio, 2019

Carta a Cielo Gnecco

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hugo Mendoza

El diálogo imaginario de Nico Duba con Cielo Gnecco motiva a escribirle una carta abierta a ella, porque el incógnito Nico a veces arrogante opinador que está moviendo ideas en Valledupar, contrario a lo sibilino de sus cotidianas alusiones, en esta oportunidad describe sin irrespeto, ni la elocuente perversidad de la que hace gala en sus opiniones escritas, a una indiscutible líder política.


El diálogo imaginario de Nico Duba con Cielo Gnecco motiva a escribirle una carta abierta a ella, porque el incógnito Nico a veces arrogante opinador que está moviendo ideas en Valledupar, contrario a lo sibilino de sus cotidianas alusiones, en esta oportunidad describe sin irrespeto, ni la elocuente perversidad de la que hace gala en sus opiniones escritas, a una indiscutible líder política.

Íntegra capitana que direcciona causas comunes. Y sí que bien parada está con los pies enhiestos en la hostil tierra donde habita. Nunca insegura, ni nerviosa.

El provocador y malicioso Nico Duba, fantasea su autorretrato y conoce bien de la protervia de lo que escribe, sin embargo, vaya usted a creerlo empieza a perfilarse como alguien que dimensiona lo que arguye, porque asumir posiciones críticas sin zaherir, da créditos en una sociedad mayormente inclinada hacia la incineración moral. También demuestra que rasguea divertidamente con respeto. El tipejo conoce de su natural inteligencia. Deletéreo.

La genial Cielo responde en el imaginario diálogo con Duba unas preguntas aparentemente no tóxicas, hechas por un entrevistador inicialmente mal intencionado, pero (se insiste) perspicaz y, definitivamente sale bien librada porque sin poses de intelectualidad se ofrece objetivamente pragmática y políticamente correcta.

La política partidista esencialmente es un apostolado de servicios recíprocos. Cielo, con un liderazgo original y empático combina su visión practica de las cosas con lo vivificante de servir en una sociedad manifiestamente injusta. Es una servidora total. Una mujer sencilla, afable alejada de todo boato social.

El trabajo social diario de la eficiente y erguida Cielo, no lo perturba la lisonja ni los ataques, por el contrario, fortalece su sensible misión en la comunidad que se le observe, con posiciones contrarias. Que actúen y piensen distinto, pero con respeto mutuo, sin agravios, ni caer en la bajeza de opinar con intemperancia y tratando de hacerle daño con agresivos ataques descontextualizados a los propios de las actividades y entornos de los actos partidistas.

Un calificativo apropiado es >>Cielo de la Gente>> por su indiscutible esfuerzo para apocar las injusticias sociales que a diario palpa, erigiéndose en un contraejemplo a las deducciones teóricas de los intelectualoides. Por eso, Nico Duba advierte que “sabe mucho” de política partidista y quiso imaginativamente entrevistarla y las repuestas puntuales y agudas de Cielo lo hicieron descender al mundo terrenal para pensar en las desigualdades por las que todos los días batalla en la cotidianidad, una experimentada mujer política y de la política como la entrevistada.

Respetada y apreciada Cielo: muchos, bastante gente de una sociedad tan inequitativa la quiere con afectos y valoran sus esfuerzos sociales y políticos. Usted, es aguerrida líder que no desfallecerá no obstante las menciones perversas de unos pocos furiosos enemigos políticos. ¡El Cesar y Valledupar, con Usted!. Somos y seremos parte de ese círculo de la legión de activistas “testigos” y defensores a los que teme Nico Duba. No solo el del chinchorro.

HUGO MENDOZA GUERRA