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Columnista - 20 abril, 2017

Cambio de mangos por olivo negro

Consideramos es un error ambiental y paisajístico pretender como se está haciendo cambiar la vocación que tiene la ciudad de Valledupar de ser un área plantada en su gran mayoría de árboles de mango, que es el que ha venido dándole una belleza escénica y un inmenso valor ambiental por el cual es admirado tanto […]

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Consideramos es un error ambiental y paisajístico pretender como se está haciendo cambiar la vocación que tiene la ciudad de Valledupar de ser un área plantada en su gran mayoría de árboles de mango, que es el que ha venido dándole una belleza escénica y un inmenso valor ambiental por el cual es admirado tanto por propios como por visitantes, por estas condiciones en alguna oportunidad fue promocionado esta ciudad como ´municipio verde de Colombia´, por el valor que representa en términos ambientales.

Nos parece un despropósito que sigan insistiendo en introducir aquí especies foráneas como en su momento se hizo, en donde se plantaron en la ciudad árboles tales como alistonia, ficus, ohíti, olivo negro, uvito brasilero, gmelina, palma de botella, entre otros.

Por ejemplo, en algún momento hubo que acometer a través de la misma ciudadanía la erradicación de lo ficus, teniendo en cuenta la serie de problemas que ocasionaba en la infraestructura húmeda de la ciudad, claro que en Valledupar hay más árboles que nos traen inconvenientes como el uvito brasilero que solo sirve para manchar pero también la alistonia por su propagación radicular superficial que daña los andenes y pavimentos.

Hoy notamos perplejos la profusa plantación de olivo negro, inclusive en reemplazo en sitio donde había mangos, y todo, a través de un contrato tripartito entre la Gobernación, el municipio de Valledupar y Corpocesar. Consideramos que de manera facilista en los lugares donde erradican algunos árboles por múltiples razones (bacteriosis, hongos, comején y otros) están plantando en su gran mayoría olivo negro pudiendo plantar mangos, cotopri, cañaguate, mamón, entre otros, que además de la belleza escénica, producen sombras y sombrillas benignas, así como linda floración y frutos.

Es importante anotar, que el comején y hongos entre otros, no se combaten con podas ni numeritos en los árboles sino que hay que hacerles tratamientos especiales.

De acuerdo con inventarios que se han realizado de la vegetación de Valledupar, después del mango el uvito brasilero ocupa el segundo lugar en cantidad sembrada y así sucesivamente la alistonia, el caucho y el olivo negro que es la novelería del momento y que solo produce hojas que las tumba permanentemente y da poca sombra y su desarrollo radicular es bastante superficial con las respectiva consecuencia en rotura de andenes y pavimentos, ya se ha sugerido y comprobado que aquí se dan las condiciones de suelo, nivel freático y ambiental que indican la favorabilidad para que desarrolle el mango en todas sus variedades.

También hemos insinuado para la ciudad, que si se requiere conservar su vegetación, se debe adoptar la oficina o área para la atención integral del árbol.

Corrijamos este error de cambiar lo nuestro ya comprobado por especies foráneas. No olvidemos que la arborización urbana es patrimonio del municipio y son el ornato y belleza de la ciudad, de tal manera que debemos comenzar por elegir las especies adecuadas para nuestro entorno.

NOTA: Alcalde, usted tiene la palabra en esta determinación.

Por Hernán Maestre Martínez

 

Columnista
20 abril, 2017

Cambio de mangos por olivo negro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Consideramos es un error ambiental y paisajístico pretender como se está haciendo cambiar la vocación que tiene la ciudad de Valledupar de ser un área plantada en su gran mayoría de árboles de mango, que es el que ha venido dándole una belleza escénica y un inmenso valor ambiental por el cual es admirado tanto […]


Consideramos es un error ambiental y paisajístico pretender como se está haciendo cambiar la vocación que tiene la ciudad de Valledupar de ser un área plantada en su gran mayoría de árboles de mango, que es el que ha venido dándole una belleza escénica y un inmenso valor ambiental por el cual es admirado tanto por propios como por visitantes, por estas condiciones en alguna oportunidad fue promocionado esta ciudad como ´municipio verde de Colombia´, por el valor que representa en términos ambientales.

Nos parece un despropósito que sigan insistiendo en introducir aquí especies foráneas como en su momento se hizo, en donde se plantaron en la ciudad árboles tales como alistonia, ficus, ohíti, olivo negro, uvito brasilero, gmelina, palma de botella, entre otros.

Por ejemplo, en algún momento hubo que acometer a través de la misma ciudadanía la erradicación de lo ficus, teniendo en cuenta la serie de problemas que ocasionaba en la infraestructura húmeda de la ciudad, claro que en Valledupar hay más árboles que nos traen inconvenientes como el uvito brasilero que solo sirve para manchar pero también la alistonia por su propagación radicular superficial que daña los andenes y pavimentos.

Hoy notamos perplejos la profusa plantación de olivo negro, inclusive en reemplazo en sitio donde había mangos, y todo, a través de un contrato tripartito entre la Gobernación, el municipio de Valledupar y Corpocesar. Consideramos que de manera facilista en los lugares donde erradican algunos árboles por múltiples razones (bacteriosis, hongos, comején y otros) están plantando en su gran mayoría olivo negro pudiendo plantar mangos, cotopri, cañaguate, mamón, entre otros, que además de la belleza escénica, producen sombras y sombrillas benignas, así como linda floración y frutos.

Es importante anotar, que el comején y hongos entre otros, no se combaten con podas ni numeritos en los árboles sino que hay que hacerles tratamientos especiales.

De acuerdo con inventarios que se han realizado de la vegetación de Valledupar, después del mango el uvito brasilero ocupa el segundo lugar en cantidad sembrada y así sucesivamente la alistonia, el caucho y el olivo negro que es la novelería del momento y que solo produce hojas que las tumba permanentemente y da poca sombra y su desarrollo radicular es bastante superficial con las respectiva consecuencia en rotura de andenes y pavimentos, ya se ha sugerido y comprobado que aquí se dan las condiciones de suelo, nivel freático y ambiental que indican la favorabilidad para que desarrolle el mango en todas sus variedades.

También hemos insinuado para la ciudad, que si se requiere conservar su vegetación, se debe adoptar la oficina o área para la atención integral del árbol.

Corrijamos este error de cambiar lo nuestro ya comprobado por especies foráneas. No olvidemos que la arborización urbana es patrimonio del municipio y son el ornato y belleza de la ciudad, de tal manera que debemos comenzar por elegir las especies adecuadas para nuestro entorno.

NOTA: Alcalde, usted tiene la palabra en esta determinación.

Por Hernán Maestre Martínez