En las ventanas del arcoíris/ el niño descubre/ la sonrisa de Dios. Este poema de tres versos (tríada), hace parte del segundo capítulo de mi reciente libro, ‘Caligrafía del tiempo’, que presenté en la tercera Feria del Libro en Valledupar, y tuve el honor de compartir en el estand de escritores regionales con los poetas César González y Adalín Aldana.
En las ventanas del arcoíris/ el niño descubre/ la sonrisa de Dios. Este poema de tres versos (tríada), hace parte del segundo capítulo de mi reciente libro, ‘Caligrafía del tiempo’, que presenté en la tercera Feria del Libro en Valledupar, y tuve el honor de compartir en el estand de escritores regionales con los poetas César González y Adalín Aldana.
Es un libro de poemas breves matizados de metáforas y de reflexiones vitales para fortalecer el arte de ser más humano y dignificar la pedagogía del respeto y el amor por la vida. Editado por Gráficas del Comercio de Valledupar, la carátula es del pintor Jose Luis “Turri” Molina, el prólogo de la escritora Mary Daza Orozco y una glosa del poeta Luís Alfredo Aarón.
Luis Alfredo Aarón escribe: “La memoria finalmente encontró lo que buscaba…. Cada verso de este libro, del poeta José Atuesta, es un resplandor que danza entre la brisa del colibrí y la ceniza del verano. Las imágenes, bordadas pacientemente como hilos en manos ancestrales, dibujan el mapa de los días: La orilla donde espera el caminante; el grito suspendido de un niño que aún sueña con el gol; la plegaria vegetal del árbol acorralado por el cemento.
El tiempo late entre los labios, se esconde en los relojes, cruza con zapatos tristes los paisajes de la infancia y retorna, como un niño asombrado al regazo tibio de la madre que perfuma la memoria. Este libro lleva en su cuerpo la danza de las mujeres que bordan la luz, las abuelas escondidas en los espejos, los abuelos que murmuran soliloquios de un amor tardío, los poetas mayores que vieron pasar la vida como tantas lluvias en las aceras. Este libro es memoria, es denuncia, es celebración. Es un colibrí posado en la rosa del perdón”.
Mary Daza dice en el prólogo: “…. Para el mundo literario, siempre será fiesta la publicación de un libro como este del poeta José Atuesta Mindiola, una alegría nueva como la de aquella tarde (1986) cuando subimos ambos, con cierta timidez, al estrado de la Casa de la Cultura de Valledupar a recibir nuestros primeros premios literarios; él, en poesía; yo, en cuento. Premios departamentales que marcaron un derrotero hacia la labor constante de buscar los sueños en las palabras y hacerlos realidad”.
Caligrafía del tiempo consta de dos partes. En la primera parte 24 poemas, y son de tal calidad que es difícil quedarse con uno solo; están agrupados bajo el subtítulo ‘Latidos del tiempo’; en la segunda nos solazamos con 30 ‘Triadas de la caligrafía’, sabias y profundas. Un universo sorprendente lo podemos apreciar en el poema ‘La canción del jardín’: La mañana entra descalza, suelta los cordones de la noche. El jardín escribe su canción con el alfabeto de la lluvia y los tambores de la luz.
Es un libro para mantenerlo ahí, en el corazón y al alcance de la mano, para orar, cantar y reír; para alejar la nostalgia, admirar la creación y contar estrellas. Sigo leyéndolo y poniéndome de acuerdo con el poeta, cuando asegura en una de las ‘Triadas’: El amor es invento de la luz, y las metáforas, epifanías del poeta.
Por: José Atuesta Mindiola.
En las ventanas del arcoíris/ el niño descubre/ la sonrisa de Dios. Este poema de tres versos (tríada), hace parte del segundo capítulo de mi reciente libro, ‘Caligrafía del tiempo’, que presenté en la tercera Feria del Libro en Valledupar, y tuve el honor de compartir en el estand de escritores regionales con los poetas César González y Adalín Aldana.
En las ventanas del arcoíris/ el niño descubre/ la sonrisa de Dios. Este poema de tres versos (tríada), hace parte del segundo capítulo de mi reciente libro, ‘Caligrafía del tiempo’, que presenté en la tercera Feria del Libro en Valledupar, y tuve el honor de compartir en el estand de escritores regionales con los poetas César González y Adalín Aldana.
Es un libro de poemas breves matizados de metáforas y de reflexiones vitales para fortalecer el arte de ser más humano y dignificar la pedagogía del respeto y el amor por la vida. Editado por Gráficas del Comercio de Valledupar, la carátula es del pintor Jose Luis “Turri” Molina, el prólogo de la escritora Mary Daza Orozco y una glosa del poeta Luís Alfredo Aarón.
Luis Alfredo Aarón escribe: “La memoria finalmente encontró lo que buscaba…. Cada verso de este libro, del poeta José Atuesta, es un resplandor que danza entre la brisa del colibrí y la ceniza del verano. Las imágenes, bordadas pacientemente como hilos en manos ancestrales, dibujan el mapa de los días: La orilla donde espera el caminante; el grito suspendido de un niño que aún sueña con el gol; la plegaria vegetal del árbol acorralado por el cemento.
El tiempo late entre los labios, se esconde en los relojes, cruza con zapatos tristes los paisajes de la infancia y retorna, como un niño asombrado al regazo tibio de la madre que perfuma la memoria. Este libro lleva en su cuerpo la danza de las mujeres que bordan la luz, las abuelas escondidas en los espejos, los abuelos que murmuran soliloquios de un amor tardío, los poetas mayores que vieron pasar la vida como tantas lluvias en las aceras. Este libro es memoria, es denuncia, es celebración. Es un colibrí posado en la rosa del perdón”.
Mary Daza dice en el prólogo: “…. Para el mundo literario, siempre será fiesta la publicación de un libro como este del poeta José Atuesta Mindiola, una alegría nueva como la de aquella tarde (1986) cuando subimos ambos, con cierta timidez, al estrado de la Casa de la Cultura de Valledupar a recibir nuestros primeros premios literarios; él, en poesía; yo, en cuento. Premios departamentales que marcaron un derrotero hacia la labor constante de buscar los sueños en las palabras y hacerlos realidad”.
Caligrafía del tiempo consta de dos partes. En la primera parte 24 poemas, y son de tal calidad que es difícil quedarse con uno solo; están agrupados bajo el subtítulo ‘Latidos del tiempo’; en la segunda nos solazamos con 30 ‘Triadas de la caligrafía’, sabias y profundas. Un universo sorprendente lo podemos apreciar en el poema ‘La canción del jardín’: La mañana entra descalza, suelta los cordones de la noche. El jardín escribe su canción con el alfabeto de la lluvia y los tambores de la luz.
Es un libro para mantenerlo ahí, en el corazón y al alcance de la mano, para orar, cantar y reír; para alejar la nostalgia, admirar la creación y contar estrellas. Sigo leyéndolo y poniéndome de acuerdo con el poeta, cuando asegura en una de las ‘Triadas’: El amor es invento de la luz, y las metáforas, epifanías del poeta.
Por: José Atuesta Mindiola.