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Medio Ambiente - 30 octubre, 2021

Árboles patrimoniales de Valledupar, herramientas ambientales para educar a la ciudadanía

Valledupar se ha caracterizado por ser una ciudad verde, en el casco urbano es común ver variedad de flores y árboles nativos de la región.,

Palo de mango de la Plaza Alfonso López de Valledupar.
Palo de mango de la Plaza Alfonso López de Valledupar.
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Valledupar se ha caracterizado por ser una ciudad verde, en el casco urbano es común ver variedad de flores y árboles nativos de la región resaltando la belleza de la capital del Cesar. Justamente en la emblemática Plaza Alfonso López se encuentra, hace 84 años, un ‘palo’ de mango frondoso que se ha convertido en uno de los árboles urbanos patrimoniales de la ciudad. 

En ese sentido, el periodista Martín Mendoza realizó un proyecto de investigación, para la maestría Pedagogía Ambiental y Desarrollo Sostenible, sobre el papel de los árboles en la formación ambiental de la ciudadanía. Una de las particularidades de los árboles patrimoniales es por sus contribuciones paisajísticas a las localidades en las que se encuentran, la connotación cultural y folclórica que enmarcan y, además, por el apego sentimental que la comunidad desarrolla. 

Luis Alberto Guerra, ingeniero forestal de la ciudad, indicó que un árbol patrimonial es excepcional dentro de un territorio, “por circunstancias como la longevidad, la figura, sus flores, su color, su porte, el registro histórico o lo emblemático que sea en la región”

En cuanto a los aportes educativos que brindan estos árboles, el licenciado en biología y química de Valledupar, Gonzalo Quiroz, afirmó: “El árbol como escenario pedagógico requiere de la transversalidad, el ejemplo del palo de mango de la Plaza es un buen escenario para echar toda la historia completa de Valledupar, desde sus inicios, a través de ese árbol. Es decir, quién sembró ese árbol, por qué, a partir de allí qué se originó. Eso hace parte de la historia evolutiva de la ciudad. El parque Los Algarrobillos es también un buen escenario pedagógico”.

Por eso, en los niños se debe fomentar el respeto y amor hacia los árboles para garantizar que a futuro contemos con protectores de estas riquezas naturales; así lo afirmó el docente y filósofo Simón Martínez: “En el momento en el que comenzamos a sensibilizar ese sentido de identidad y vamos generando apropiación y sentido de pertenencia en el niño; en la medida en que va creciendo y se le sigue enfatizando en esos mismo aspectos, el niño irá generando conciencia personal y compromiso frente a una cultura del árbol”.

Debido a la gran importancia que tienen los árboles y específicamente los patrimoniales, la ciudadanía asegura que las autoridades ambientales deben tomar las medidas pertinentes para protegerlos. El estudio del Plan de Manejo de arbolado urbano de Valledupar presentado en 2017 reveló que entre el 25 y el 40 % de los árboles están enfermos, por tanto, los vallenatos instan a preservarlos.  

Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN 

[email protected]

Medio Ambiente
30 octubre, 2021

Árboles patrimoniales de Valledupar, herramientas ambientales para educar a la ciudadanía

Valledupar se ha caracterizado por ser una ciudad verde, en el casco urbano es común ver variedad de flores y árboles nativos de la región.,


Palo de mango de la Plaza Alfonso López de Valledupar.
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Valledupar se ha caracterizado por ser una ciudad verde, en el casco urbano es común ver variedad de flores y árboles nativos de la región resaltando la belleza de la capital del Cesar. Justamente en la emblemática Plaza Alfonso López se encuentra, hace 84 años, un ‘palo’ de mango frondoso que se ha convertido en uno de los árboles urbanos patrimoniales de la ciudad. 

En ese sentido, el periodista Martín Mendoza realizó un proyecto de investigación, para la maestría Pedagogía Ambiental y Desarrollo Sostenible, sobre el papel de los árboles en la formación ambiental de la ciudadanía. Una de las particularidades de los árboles patrimoniales es por sus contribuciones paisajísticas a las localidades en las que se encuentran, la connotación cultural y folclórica que enmarcan y, además, por el apego sentimental que la comunidad desarrolla. 

Luis Alberto Guerra, ingeniero forestal de la ciudad, indicó que un árbol patrimonial es excepcional dentro de un territorio, “por circunstancias como la longevidad, la figura, sus flores, su color, su porte, el registro histórico o lo emblemático que sea en la región”

En cuanto a los aportes educativos que brindan estos árboles, el licenciado en biología y química de Valledupar, Gonzalo Quiroz, afirmó: “El árbol como escenario pedagógico requiere de la transversalidad, el ejemplo del palo de mango de la Plaza es un buen escenario para echar toda la historia completa de Valledupar, desde sus inicios, a través de ese árbol. Es decir, quién sembró ese árbol, por qué, a partir de allí qué se originó. Eso hace parte de la historia evolutiva de la ciudad. El parque Los Algarrobillos es también un buen escenario pedagógico”.

Por eso, en los niños se debe fomentar el respeto y amor hacia los árboles para garantizar que a futuro contemos con protectores de estas riquezas naturales; así lo afirmó el docente y filósofo Simón Martínez: “En el momento en el que comenzamos a sensibilizar ese sentido de identidad y vamos generando apropiación y sentido de pertenencia en el niño; en la medida en que va creciendo y se le sigue enfatizando en esos mismo aspectos, el niño irá generando conciencia personal y compromiso frente a una cultura del árbol”.

Debido a la gran importancia que tienen los árboles y específicamente los patrimoniales, la ciudadanía asegura que las autoridades ambientales deben tomar las medidas pertinentes para protegerlos. El estudio del Plan de Manejo de arbolado urbano de Valledupar presentado en 2017 reveló que entre el 25 y el 40 % de los árboles están enfermos, por tanto, los vallenatos instan a preservarlos.  

Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN 

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