No obtener mayorías parlamentarias obligó a Petro a concertar alianzas mecánicas con otras fuerzas del Congreso, condición sine qua non para aprobar sus propuestas de gobierno.
No obtener mayorías parlamentarias obligó a Petro a concertar alianzas mecánicas con otras fuerzas del Congreso, condición sine qua non para aprobar sus propuestas de gobierno. Estas circunstancias le quitaron autonomía, del ahogado el sombrero. Si las propuestas de un aspirante presidencial son para grandes transformaciones, se necesitarían como mínimo tres períodos de gobierno, son muchas las cosas a mover y la inercia es difícil de romper; por lo tanto, una estrategia a largo plazo es necesaria.
Un plan mecánico de gobierno hecho para apagar incendios y no pisar callos se podría lograr en 4 años y dejar listo el carro de bomberos para que quien lo suceda haga lo mismo. Esto es no moverse del mismo sitio, es mantener un equilibrio estático. Pero, una estrategia de largo plazo implica ganar las elecciones parlamentarias, regionales y locales, al menos en los departamentos y capitales determinantes; sin eso el poder político en los territorios, la gobernanza y la gobernabilidad se hacen difícil. Esta es la situación que vive el actual gobierno cuyas propuestas de cambio serán mutiladas, avanzar les asusta a muchos.
Petro, debido a su minoría parlamentaria, parece no tener los mismos objetivos de su criatura ideológica, la C.H., que contiene la esencia del cambio, el concepto de Pacto Histórico es solo coyuntural. Petro está más interesado en que le aprueben sus reformas que en ganar las elecciones de mitaca sin importarle, quizás, perder la presidencia en tres años; más vale pájaro en mano que 100 en el aire, diría él. Tiene encima todo el poder del establecimiento que lo ataca visceralmente, con el método de “golpe de Estado blando” (confabulación de todos los poderes adversos, reducción de la gobernabilidad, escasez ficticia, paros varios, acosos judiciales, información falseada de la realidad, etc., sin intervención de los cuarteles).
Por la lectura que yo hago parece que Petro quisiera tender puentes con la “gamonalía” regional para llevar candidatos consensuados en las elecciones de octubre, en aquellos puntos donde no se tenga la suficiente fuerza electoral pese a que ganó en muchos de esos sitios, pero las elecciones con Petro son una cosa y sin él otra. La verdad, a veces los combates se ganan de rodillas. En cambio, la C.H. quiere ganar las elecciones regionales y locales para poder repetir presidencia y luego sí, hacer las transformaciones profundas que requiere el país, pero no tiene con qué.
El país está acostumbrado a la inercia y no importaría aplazar por tres años los grandes cambios, la marcha debe continuar. La cosa no es sencilla; el apoyo al P.H. en la pasada campaña presidencial tuvo mucho espontaneísmo, somos una montonera y no hay una organización político-electoral capaz de rescatar el caudal electoral de Petro ni los canales de intermediación con el Gobierno nacional; tampoco hay super figuras que aglutinen y más bien sí muchos egos que atentan contra todo propósito de unión; además, nadie de los hasta ahora asomados precandidatos, al menos en el Cesar, tiene el suficiente músculo financiero para enfrentar a las mafias electorales; tampoco tenemos la suficiente cultura política para hacerlo, solo voces aisladas.
Necesitamos un profundo acto de contrición, deponer los ánimos, renunciar a pequeñas jefaturas grupales y diseñar procedimientos para enfrentar a Goliat, el poder está en la ciudadanía que duerme mansamente y sin muchas esperanzas. Pero, despertarla no es imposible, se necesita una vigilia total, a Petro lo quieren defenestrar y no habrá otra oportunidad para remediar los males que agobian a la Nación. ¿Quién tiene la verdad? Toca repetir la perentoria alocución de José Acevedo y Gómez: “Si dejáis escapar este momento de efervescencia y calor…”. Cuando las castas dominantes pierden el poder, así sea transitoriamente, al regresar lo ejercen con sevicia y terror, calle por calle, casa por casa, ojo por ojo; a quienes piensen diferente los clasificarán como comunistas y terroristas como dijo Bertolt Brecht y la noticia internacional versará sobre que en Colombia se ha recuperado la “democracia”. ¡Ay de los vencidos!
Por Luis Napoleón de Armas P.
No obtener mayorías parlamentarias obligó a Petro a concertar alianzas mecánicas con otras fuerzas del Congreso, condición sine qua non para aprobar sus propuestas de gobierno.
No obtener mayorías parlamentarias obligó a Petro a concertar alianzas mecánicas con otras fuerzas del Congreso, condición sine qua non para aprobar sus propuestas de gobierno. Estas circunstancias le quitaron autonomía, del ahogado el sombrero. Si las propuestas de un aspirante presidencial son para grandes transformaciones, se necesitarían como mínimo tres períodos de gobierno, son muchas las cosas a mover y la inercia es difícil de romper; por lo tanto, una estrategia a largo plazo es necesaria.
Un plan mecánico de gobierno hecho para apagar incendios y no pisar callos se podría lograr en 4 años y dejar listo el carro de bomberos para que quien lo suceda haga lo mismo. Esto es no moverse del mismo sitio, es mantener un equilibrio estático. Pero, una estrategia de largo plazo implica ganar las elecciones parlamentarias, regionales y locales, al menos en los departamentos y capitales determinantes; sin eso el poder político en los territorios, la gobernanza y la gobernabilidad se hacen difícil. Esta es la situación que vive el actual gobierno cuyas propuestas de cambio serán mutiladas, avanzar les asusta a muchos.
Petro, debido a su minoría parlamentaria, parece no tener los mismos objetivos de su criatura ideológica, la C.H., que contiene la esencia del cambio, el concepto de Pacto Histórico es solo coyuntural. Petro está más interesado en que le aprueben sus reformas que en ganar las elecciones de mitaca sin importarle, quizás, perder la presidencia en tres años; más vale pájaro en mano que 100 en el aire, diría él. Tiene encima todo el poder del establecimiento que lo ataca visceralmente, con el método de “golpe de Estado blando” (confabulación de todos los poderes adversos, reducción de la gobernabilidad, escasez ficticia, paros varios, acosos judiciales, información falseada de la realidad, etc., sin intervención de los cuarteles).
Por la lectura que yo hago parece que Petro quisiera tender puentes con la “gamonalía” regional para llevar candidatos consensuados en las elecciones de octubre, en aquellos puntos donde no se tenga la suficiente fuerza electoral pese a que ganó en muchos de esos sitios, pero las elecciones con Petro son una cosa y sin él otra. La verdad, a veces los combates se ganan de rodillas. En cambio, la C.H. quiere ganar las elecciones regionales y locales para poder repetir presidencia y luego sí, hacer las transformaciones profundas que requiere el país, pero no tiene con qué.
El país está acostumbrado a la inercia y no importaría aplazar por tres años los grandes cambios, la marcha debe continuar. La cosa no es sencilla; el apoyo al P.H. en la pasada campaña presidencial tuvo mucho espontaneísmo, somos una montonera y no hay una organización político-electoral capaz de rescatar el caudal electoral de Petro ni los canales de intermediación con el Gobierno nacional; tampoco hay super figuras que aglutinen y más bien sí muchos egos que atentan contra todo propósito de unión; además, nadie de los hasta ahora asomados precandidatos, al menos en el Cesar, tiene el suficiente músculo financiero para enfrentar a las mafias electorales; tampoco tenemos la suficiente cultura política para hacerlo, solo voces aisladas.
Necesitamos un profundo acto de contrición, deponer los ánimos, renunciar a pequeñas jefaturas grupales y diseñar procedimientos para enfrentar a Goliat, el poder está en la ciudadanía que duerme mansamente y sin muchas esperanzas. Pero, despertarla no es imposible, se necesita una vigilia total, a Petro lo quieren defenestrar y no habrá otra oportunidad para remediar los males que agobian a la Nación. ¿Quién tiene la verdad? Toca repetir la perentoria alocución de José Acevedo y Gómez: “Si dejáis escapar este momento de efervescencia y calor…”. Cuando las castas dominantes pierden el poder, así sea transitoriamente, al regresar lo ejercen con sevicia y terror, calle por calle, casa por casa, ojo por ojo; a quienes piensen diferente los clasificarán como comunistas y terroristas como dijo Bertolt Brecht y la noticia internacional versará sobre que en Colombia se ha recuperado la “democracia”. ¡Ay de los vencidos!
Por Luis Napoleón de Armas P.