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Crónica - 6 diciembre, 2021

Alcides Manuel Álvarez, el hombre más famoso de San Juan del Cesar

‘El viejo Chide’, como lo llaman en su tierra, tiene la virtud que al tomar la palabra con propiedad y conocimiento hace posible que las tristezas vuelen porque su jocosidad las ahuyenta de inmediato.

Alcides Álvarez con su querida e inolvidable esposa Aida Carrillo.
Alcides Álvarez con su querida e inolvidable esposa Aida Carrillo.
Boton Wpp

Comenzó diciendo su nombre completo. Alcides Manuel Álvarez Fragozo añadiendo que era hijo de Agustina Álvarez con Santiago Fragozo, y nació como se registra en la cédula de ciudadanía en San Juan del Cesar, el sábado 11 de enero de 1936.

El viejo Chide’, como lo llaman en su tierra, tiene la virtud que al tomar la palabra con propiedad y conocimiento hace posible que las tristezas vuelen porque su jocosidad las ahuyenta de inmediato. No hay quien deje de soltar una carcajada ante sus ocurrencias, especialmente cuando su hijo Álvaro Alcides Álvarez Carrillo sube los videos a las redes sociales que la mayoría de veces llegan a más de 45 mil reproducciones.

Al respecto Alcides, el veterano de mil batallas en la vida, comentó: “Vea, soy famoso en las redes sociales y ni cuenta me doy. Por acá vienen a decirme que saben de mi persona por los comentarios que hago desprevenidamente. No hace mucho vino alguien a conocerme desde México, diciéndome que ningún artista de música vallenata era tan famoso como yo en ese país”.

Se quedó serio e hizo una pausa para que el pensamiento diera vueltas hasta caer en algo concreto. “Como quiero hablar de todo un poco, le digo que un 11 de febrero del año 1961, después de dos años de amores me casé con Aida del Socorro Carrillo López”. Y para darle mayor veracidad al suceso comentó: “Era un sábado de carnaval. Ella era una mujer honesta, que decía que yo era bandido (risas). Eso me lo decía por ser una persona alegre, desordenada y que a todo le ponía chercha. Nos quisimos mucho. Ella murió el 25 de marzo de 2018”.

Siguiendo en esa línea familiar aseveró: “Tengo nueve hijos y 11 nietos”. Enseguida citó los nombres de sus hijos. Álvaro Alcides, Adriana, María del Pilar, María Margarita, Mario de Jesús, José Alfredo, Isnaldo, María de los Ángeles y María José, quien partió de la vida.

De mis hijos nunca he tenido quejas. Peleo con ellos, pero al rato ya están besándome o sentados en mis piernas. Ellos me adoran y son correspondidos”.

Siempre en el centro de la charla estuvo ese viejo querido que se desvela por agradar a todos y aprovecha las visitas a su casa para vender su famoso vinagre.

“Esa es una herencia que nos dejó mi mamá a mis hermanas y a mí. Me he dedicado a hacer esos vinagres para distraerme y evitar el alzhéimer”. 

Señala que en la venta le va bien, pero añade: “A veces me roban en mis barbas cuando me distraigo y meten las botellas de vinagre en las mochilas o maletines. Eso no se hace con este hombre bueno que se la pasa regalando cariño”.

EL FÚTBOL SU GRAN PASIÓN

Del desempeño casero pasó al campo de fútbol y se hizo dueño del balón. “El fútbol me apasiona a pesar de que nunca lo jugué, pero he sido un hincha fiel. Tengo muchos amigos que jugaron bien el fútbol. Ahora soy muy apasionado y aprecio a una cantidad de jugadores que sería largo enumerar. Además, en mi casa me visitan muchos de ellos. Precisamente Martín Arzuaga me regaló una camiseta del Junior, y Macnelly Torres quiere venir a conocerme. Yo también lo quiero conocer. Eso sí soy fanático de Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, hombre que sabía poner un pase. ¿Recuerdan el que le hizo a Freddy Rincón para empatar con Alemania en el mundial de Italia de 1990?”.

Alcides Manuel Álvarez es un estratega del fútbol que se atreve a dar las alineaciones y cuando el partido va avanzado pedir el cambio de jugadores. Con la camiseta puesta manifestó que cualquier día de estos quisiera hablar  con Reinaldo Rueda, el técnico de la selección Colombia. “Mi consejo es que no sea terco, porque así con esa táctica de juego no le hacen goles ni al arco iris y necesitamos ir al mundial de Catar”.

AMOR AL FOLCLOR

Al pasar a tocar el tema del folclor vallenato el rostro se le iluminó y aparecieron esas grandes figuras. De todos tiene una serie de anécdotas y citó a Jorge Oñate, Poncho Zuleta, Diomedes Díaz, Beto Zabaleta, Iván Villazón, Silvio Brito y Rafael Orozco, entre otros. También a los jóvenes cantantes que se han abierto paso y hoy triunfan. “Aprovecho para felicitar a Silvestre Dangond por el Grammy Latino. Ese es el artista de las mejores locuras”, dijo sonriendo. 

Tomó nuevamente la palabra. “Siempre he estado metido en el folclor vallenato apoyando el Festival Nacional de Compositores de San Juan del Cesar, un evento que le ha abierto las puertas a todos”.

La amistad de Alcides Álvarez con Diomedes Díaz fue demasiado grande. 

Se quedó pensativo y luego dijo: “Yo me he retirado un poco de esos afanes de la música, porque antes cantaba rancheras y la gente me aplaudía, se emocionaba y me pedían otra y otra. Tiempos aquellos”. Enseguida hizo un relato de su cosecha: “Yo quería que uno de mis hijos llevara el nombre del cantante mexicano José Alfredo Jiménez, mi ídolo, pero al ir a bautizarlo el cura no quiso dejarle el apellido como si eso le pesara”.

Estando en el plano de los recuerdos trajo la historia de la vez que muy joven estaba en el teatro María Elena y se fue la luz. “Estando en el teatro viendo una película, de repente se fue la imagen de la pantalla quedando todo a oscuras y en silencio. Se me ocurrió gritar: ‘Que viva el partido liberal’. La gente repetía que viva, que viva el partido liberal. No sé de dónde salió el dueño Gabriel Ariza, y me pidió que saliera o de lo contrario me metía un garrotazo”.

Con este personaje orgullo sanjuanero a quien las palabras que más le gustan son “Berraco, jugadorazo y manda callá”, se pueden pasar horas y horas dialogando y siempre tiene una salida genial a cada acontecimiento cercano o lejano.

Los recuerdos nunca desaparecen y sus amistades las lleva en el corazón porque han sido fieles en todos los momentos de su vida. De igual manera, su cariño se mueve tan rápido en su corazón así como refiere sus anécdotas que se extienden por el mundo provinciano y virtual.

EL LLANTO DE ALCIDES

Lo que menos se esperaba era que el hombre alegre y cordial, llorara. Así sucedió cuando habló de su hija María José. Los estertores del sentimiento tocaron su alma noble y no había espacio para más preguntas, sino dejarlo que se desahogara.

“Lo que más me entristeció y me quitó la alegría fue la muerte de mi hija María José. La lloro todos los días. Me pongo a pensar y hablo con ella. Esa despedida inesperada sucedió hace 13 años. Ella tenía 41 años”.

Alcides Manuel Álvarez Fragozo, el hombre más famoso de San Juan del Cesar, recostado en la cabecera del dolor finalizó diciendo: “Era una hija que me adoraba. Eso fue lo que más me batió contra el suelo”.

Nunca se esperó ver llorar por largo tiempo al hombre que alegra las redes sociales con sus comentarios dicharacheros y sinceros, pero la vida es así donde las lágrimas también hacen parte del quehacer cotidiano. Si, es muy cierto que el corazón no sabe olvidar, pero aprende a seguir latiendo así como los días avanzan a pesar de las ausencias.

Por Juan Rincón Vanegas

@juanrinconv

Crónica
6 diciembre, 2021

Alcides Manuel Álvarez, el hombre más famoso de San Juan del Cesar

‘El viejo Chide’, como lo llaman en su tierra, tiene la virtud que al tomar la palabra con propiedad y conocimiento hace posible que las tristezas vuelen porque su jocosidad las ahuyenta de inmediato.


Alcides Álvarez con su querida e inolvidable esposa Aida Carrillo.
Alcides Álvarez con su querida e inolvidable esposa Aida Carrillo.
Boton Wpp

Comenzó diciendo su nombre completo. Alcides Manuel Álvarez Fragozo añadiendo que era hijo de Agustina Álvarez con Santiago Fragozo, y nació como se registra en la cédula de ciudadanía en San Juan del Cesar, el sábado 11 de enero de 1936.

El viejo Chide’, como lo llaman en su tierra, tiene la virtud que al tomar la palabra con propiedad y conocimiento hace posible que las tristezas vuelen porque su jocosidad las ahuyenta de inmediato. No hay quien deje de soltar una carcajada ante sus ocurrencias, especialmente cuando su hijo Álvaro Alcides Álvarez Carrillo sube los videos a las redes sociales que la mayoría de veces llegan a más de 45 mil reproducciones.

Al respecto Alcides, el veterano de mil batallas en la vida, comentó: “Vea, soy famoso en las redes sociales y ni cuenta me doy. Por acá vienen a decirme que saben de mi persona por los comentarios que hago desprevenidamente. No hace mucho vino alguien a conocerme desde México, diciéndome que ningún artista de música vallenata era tan famoso como yo en ese país”.

Se quedó serio e hizo una pausa para que el pensamiento diera vueltas hasta caer en algo concreto. “Como quiero hablar de todo un poco, le digo que un 11 de febrero del año 1961, después de dos años de amores me casé con Aida del Socorro Carrillo López”. Y para darle mayor veracidad al suceso comentó: “Era un sábado de carnaval. Ella era una mujer honesta, que decía que yo era bandido (risas). Eso me lo decía por ser una persona alegre, desordenada y que a todo le ponía chercha. Nos quisimos mucho. Ella murió el 25 de marzo de 2018”.

Siguiendo en esa línea familiar aseveró: “Tengo nueve hijos y 11 nietos”. Enseguida citó los nombres de sus hijos. Álvaro Alcides, Adriana, María del Pilar, María Margarita, Mario de Jesús, José Alfredo, Isnaldo, María de los Ángeles y María José, quien partió de la vida.

De mis hijos nunca he tenido quejas. Peleo con ellos, pero al rato ya están besándome o sentados en mis piernas. Ellos me adoran y son correspondidos”.

Siempre en el centro de la charla estuvo ese viejo querido que se desvela por agradar a todos y aprovecha las visitas a su casa para vender su famoso vinagre.

“Esa es una herencia que nos dejó mi mamá a mis hermanas y a mí. Me he dedicado a hacer esos vinagres para distraerme y evitar el alzhéimer”. 

Señala que en la venta le va bien, pero añade: “A veces me roban en mis barbas cuando me distraigo y meten las botellas de vinagre en las mochilas o maletines. Eso no se hace con este hombre bueno que se la pasa regalando cariño”.

EL FÚTBOL SU GRAN PASIÓN

Del desempeño casero pasó al campo de fútbol y se hizo dueño del balón. “El fútbol me apasiona a pesar de que nunca lo jugué, pero he sido un hincha fiel. Tengo muchos amigos que jugaron bien el fútbol. Ahora soy muy apasionado y aprecio a una cantidad de jugadores que sería largo enumerar. Además, en mi casa me visitan muchos de ellos. Precisamente Martín Arzuaga me regaló una camiseta del Junior, y Macnelly Torres quiere venir a conocerme. Yo también lo quiero conocer. Eso sí soy fanático de Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, hombre que sabía poner un pase. ¿Recuerdan el que le hizo a Freddy Rincón para empatar con Alemania en el mundial de Italia de 1990?”.

Alcides Manuel Álvarez es un estratega del fútbol que se atreve a dar las alineaciones y cuando el partido va avanzado pedir el cambio de jugadores. Con la camiseta puesta manifestó que cualquier día de estos quisiera hablar  con Reinaldo Rueda, el técnico de la selección Colombia. “Mi consejo es que no sea terco, porque así con esa táctica de juego no le hacen goles ni al arco iris y necesitamos ir al mundial de Catar”.

AMOR AL FOLCLOR

Al pasar a tocar el tema del folclor vallenato el rostro se le iluminó y aparecieron esas grandes figuras. De todos tiene una serie de anécdotas y citó a Jorge Oñate, Poncho Zuleta, Diomedes Díaz, Beto Zabaleta, Iván Villazón, Silvio Brito y Rafael Orozco, entre otros. También a los jóvenes cantantes que se han abierto paso y hoy triunfan. “Aprovecho para felicitar a Silvestre Dangond por el Grammy Latino. Ese es el artista de las mejores locuras”, dijo sonriendo. 

Tomó nuevamente la palabra. “Siempre he estado metido en el folclor vallenato apoyando el Festival Nacional de Compositores de San Juan del Cesar, un evento que le ha abierto las puertas a todos”.

La amistad de Alcides Álvarez con Diomedes Díaz fue demasiado grande. 

Se quedó pensativo y luego dijo: “Yo me he retirado un poco de esos afanes de la música, porque antes cantaba rancheras y la gente me aplaudía, se emocionaba y me pedían otra y otra. Tiempos aquellos”. Enseguida hizo un relato de su cosecha: “Yo quería que uno de mis hijos llevara el nombre del cantante mexicano José Alfredo Jiménez, mi ídolo, pero al ir a bautizarlo el cura no quiso dejarle el apellido como si eso le pesara”.

Estando en el plano de los recuerdos trajo la historia de la vez que muy joven estaba en el teatro María Elena y se fue la luz. “Estando en el teatro viendo una película, de repente se fue la imagen de la pantalla quedando todo a oscuras y en silencio. Se me ocurrió gritar: ‘Que viva el partido liberal’. La gente repetía que viva, que viva el partido liberal. No sé de dónde salió el dueño Gabriel Ariza, y me pidió que saliera o de lo contrario me metía un garrotazo”.

Con este personaje orgullo sanjuanero a quien las palabras que más le gustan son “Berraco, jugadorazo y manda callá”, se pueden pasar horas y horas dialogando y siempre tiene una salida genial a cada acontecimiento cercano o lejano.

Los recuerdos nunca desaparecen y sus amistades las lleva en el corazón porque han sido fieles en todos los momentos de su vida. De igual manera, su cariño se mueve tan rápido en su corazón así como refiere sus anécdotas que se extienden por el mundo provinciano y virtual.

EL LLANTO DE ALCIDES

Lo que menos se esperaba era que el hombre alegre y cordial, llorara. Así sucedió cuando habló de su hija María José. Los estertores del sentimiento tocaron su alma noble y no había espacio para más preguntas, sino dejarlo que se desahogara.

“Lo que más me entristeció y me quitó la alegría fue la muerte de mi hija María José. La lloro todos los días. Me pongo a pensar y hablo con ella. Esa despedida inesperada sucedió hace 13 años. Ella tenía 41 años”.

Alcides Manuel Álvarez Fragozo, el hombre más famoso de San Juan del Cesar, recostado en la cabecera del dolor finalizó diciendo: “Era una hija que me adoraba. Eso fue lo que más me batió contra el suelo”.

Nunca se esperó ver llorar por largo tiempo al hombre que alegra las redes sociales con sus comentarios dicharacheros y sinceros, pero la vida es así donde las lágrimas también hacen parte del quehacer cotidiano. Si, es muy cierto que el corazón no sabe olvidar, pero aprende a seguir latiendo así como los días avanzan a pesar de las ausencias.

Por Juan Rincón Vanegas

@juanrinconv