La actual gerente del Siva, Katrizza Morelli Aroca, habla sobre sus propósitos en el cargo.
Luego de retomar el cargo como gerente del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, Siva, y de decirle adiós a la subgerencia Administrativa del Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo, Fonade, Katrizza Morelli Aroca, dialogó con El Pilón sobre los pormenores de su nuevo reto.
Hubo movimientos en la dirección de la entidad. Salió el director (Alfredo Bula) con el que yo había ingresado, y esos cargos son de manejo y confianza, por lo que uno siempre espera que el que entre lo haga con su gente. Cuando Bula salió yo salí con él, presentando mi carta de renuncia.
Los movimientos se dan por la coyuntura que vive el país en materia del plebiscito. Ha habido muchos cambios en otras instituciones y ministerios.
Digamos que el alcalde y el gobernador ya me venían coqueteando hace algunos meses, pero yo por mi compromiso con el señor Bula me mantenía en el reto que había asumido, que era grande porque era ordenadora del gasto, tenía cerca de 1.000 empleados por todo el país y no quería dejarlo tirado. Sin embargo venía en conversaciones y había acompañado algunas de las actuaciones desde que el alcalde y el gobernador llegaron y tomaron al Siva.
El trabajar por mi tierra siempre había estado latente y al percibir el matrimonio institucional entre alcalde y gobernador me pareció un momento crucial para aprovecharlo para la ciudad.
Candidatura como tal no hubo, el anhelo por trabajar por la región sí. Con un grupo de amigos se exploró la posibilidad de dar a conocer mi nombre, qué tal caía. Ejercicio que fue interesante, porque mi ciclo de acción siempre había sido Valledupar y me di la oportunidad de conocer zonas del departamento que no conocía. El tema quedo ahí y decidí apoyar al actual gobernador.
Pensaría mucha gente que su llegada al Siva es un anticipo de una participación política. ¿Qué dice al respecto?
Hoy les puedo asegurar que no. Vine a trabajar por Valledupar, bajo un gran compromiso con el alcalde y el gobernador: poner a funcionar el Siva como una locomotora.
Con muchos trabajos pendientes. Hay muchas cosas por hacer, hay mucho que exigirle a los contratistas. No quiero poner retrovisor, pero yo les respiraré en la nuca porque se necesita que entreguen resultados.
La avenida Simón Bolívar por ejemplo lleva 20 meses en ejecución. Se sabía que sería una obra compleja, pero se ha tardado más de lo estipulado. Aquí en calzada lo que le resta son 100 metros lineales, faltarían las obras de espacio público como bocacalles y separador central que se toma más tiempo. La calle 44 en su intersección con la cuarta lleva mejor ritmo, aunque es de reconocer que era una obra mucho más fácil de construir, que se tendrá como regalo de Navidad para la ciudad. En la avenida Fundación esperamos que no pasen los mismos errores que la Simón Bolívar.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN
La actual gerente del Siva, Katrizza Morelli Aroca, habla sobre sus propósitos en el cargo.
Luego de retomar el cargo como gerente del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, Siva, y de decirle adiós a la subgerencia Administrativa del Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo, Fonade, Katrizza Morelli Aroca, dialogó con El Pilón sobre los pormenores de su nuevo reto.
Hubo movimientos en la dirección de la entidad. Salió el director (Alfredo Bula) con el que yo había ingresado, y esos cargos son de manejo y confianza, por lo que uno siempre espera que el que entre lo haga con su gente. Cuando Bula salió yo salí con él, presentando mi carta de renuncia.
Los movimientos se dan por la coyuntura que vive el país en materia del plebiscito. Ha habido muchos cambios en otras instituciones y ministerios.
Digamos que el alcalde y el gobernador ya me venían coqueteando hace algunos meses, pero yo por mi compromiso con el señor Bula me mantenía en el reto que había asumido, que era grande porque era ordenadora del gasto, tenía cerca de 1.000 empleados por todo el país y no quería dejarlo tirado. Sin embargo venía en conversaciones y había acompañado algunas de las actuaciones desde que el alcalde y el gobernador llegaron y tomaron al Siva.
El trabajar por mi tierra siempre había estado latente y al percibir el matrimonio institucional entre alcalde y gobernador me pareció un momento crucial para aprovecharlo para la ciudad.
Candidatura como tal no hubo, el anhelo por trabajar por la región sí. Con un grupo de amigos se exploró la posibilidad de dar a conocer mi nombre, qué tal caía. Ejercicio que fue interesante, porque mi ciclo de acción siempre había sido Valledupar y me di la oportunidad de conocer zonas del departamento que no conocía. El tema quedo ahí y decidí apoyar al actual gobernador.
Pensaría mucha gente que su llegada al Siva es un anticipo de una participación política. ¿Qué dice al respecto?
Hoy les puedo asegurar que no. Vine a trabajar por Valledupar, bajo un gran compromiso con el alcalde y el gobernador: poner a funcionar el Siva como una locomotora.
Con muchos trabajos pendientes. Hay muchas cosas por hacer, hay mucho que exigirle a los contratistas. No quiero poner retrovisor, pero yo les respiraré en la nuca porque se necesita que entreguen resultados.
La avenida Simón Bolívar por ejemplo lleva 20 meses en ejecución. Se sabía que sería una obra compleja, pero se ha tardado más de lo estipulado. Aquí en calzada lo que le resta son 100 metros lineales, faltarían las obras de espacio público como bocacalles y separador central que se toma más tiempo. La calle 44 en su intersección con la cuarta lleva mejor ritmo, aunque es de reconocer que era una obra mucho más fácil de construir, que se tendrá como regalo de Navidad para la ciudad. En la avenida Fundación esperamos que no pasen los mismos errores que la Simón Bolívar.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN