Con todos los episodios, particularidades y contrastes que han rodeado estas campañas de cara a las elecciones parlamentarias y presidenciales en nuestro país, muy seguramente hubiese sido una novela más en la pluma de nuestro recordado novelista Álvaro Salom Becerra o la segunda parte de su inmortal obra “al pueblo nunca le toca”, en lacual hubiese narrado la vida, no de dos nobles amigos pero sanos contradictores políticos pertenecientes a las viejos partidos tradicionales ( liberal y conservador), si no la de dos Presidentes de la República y contradictores políticos, militantes también de dos nuevos movimientos políticos(Partido de la U y Centro Democrático).

De un lado, un presidente afanado en reelegirse tratando de interpretar el sentir de todo un pueblo con una propuesta de paz y del otro, un ex presidente aferrado y nostálgico de poder con propuestas severas y drásticas en contra de la insurgencia y los grupos delincuenciales; único dueño de un recién creado movimiento político, tal como lo refleja el logosímbolo que promociona en la búsqueda de los votos, donde aparece su silueta con todos sus atuendos; a propósito creo que le faltó el caballo.

Un expresidente popular por el combate contra las guerrillas de 2002 a 2010, pero demasiado cuestionado por su política de derechos humanos (falsos positivos, desplazamiento forzado) rajado en las políticas educativas (más cobertura con la misma platica), catastrófico en las medidas frente a la salud (procesos de reorganización hospitalaria), desacertado en las políticas agropecuarias (escándalo agro ingreso seguro) y finalmente un expresidente acérrimo enemigo de las regiones, tal como lo enfatizó en el marco de la 45 asamblea general de gobernadores realizada en Valledupar el 24 de noviembre de 2007 en la que dijo: “ y el tema de las regiones.

He repetido durante muchos años que la creación de la figura de las regiones de la Constitución del 91 no es afortunado, porque implica un andamiaje burocrático y un centro de costo adicional a los que tenemos”. En resumen la política pública en torno a la Seguridad Democrática se sustentó en una óptica exclusivamente militar y policial, dejando por fuera otros ejes temáticos, que como la inversión social quedaron en deuda.

Sin embargo, como es una constante que en nuestropaís suframos de amnesia colectiva, las encuestas publicadas esta semana, muestran una intención de votos a favor de la lista del Centro Democrático, liderada por Uribe del 23.4%, lo que equivale al menos a 20 curules o senadores por esa lista, es decir, de mantenerse esta preferencia por el elector, llegarán al Congreso de la República un importante número de senadores sin independencia intelectual ni ideológica, todos seguidores ciegos y comprometidos con el pensamiento de Uribe, donde ninguno va a poder proponer un debate en los temas vitales del país que no sea lo que su líder piensa.

En resumen el desenlace de esta II parte de la novela reflejaría una vez más esa condición humana de naturaleza egoísta, ambiciosa y excluyente para llegar al poder, donde el pueblo vuelve a poner la fe en un dirigente que quedó en deuda con el país, un dirigente que le negó a su gente mejores condiciones de vida, pero sobre todo, dignidad como pueblo y nuevamente se acuñaría la célebre frase “al pueblo nunca le toca”.