Ahora que se avanza en la estructuración de la solución de Electricaribe, con el resultado esperado este semestre de que haya nuevo operador de la red de distribución en los 7 departamentos de la Costa..
Ahora que se avanza en la estructuración de la solución de Electricaribe, con el resultado esperado este semestre de que haya nuevo operador de la red de distribución en los 7 departamentos de la Costa y una importante inversión que haga confiable el suministro de energía y se eviten periódicas protestas populares como las que se ha presentado en nuestros municipios por el mal servicio, dejamos de presente que por el lado de la generación y transmisión de alta tensión de la red eléctrica es satisfactorio el grado de sostenibilidad y certeza de la fuente.
En ese orden, el país ha venido mejorando su matriz energética y otras energías, renovables, han hecho su aparición últimamente.
Hemos llamado la atención de cómo el territorio del Cesar y La Guajira se ha convertido en importante fuente de estas energías, la eólica y la solar, pero también de lo que representa para la transición energética – el proceso de cambio de fuentes convencionales a las no renovables – el uso del gas. Y del cual somos también escenario de descubrimientos y futuras explotaciones comerciales.
Dado que esos proyectos se ubican en una región en la cual no están tan cercanos los mayores centros de consumo, urbanos, industriales y residenciales, y la energía producida debe ir a atender el sistema integrado nacional de energía (SIN), se requiere de proyectos de gran escala, de altos volúmenes de producción, que justifiquen las altas inversiones en transmisión, y que permitan la asunción de los costos de dicha transmisión que en otras regiones no se incurriría.
Por esto se están construyendo unas redes de alta tensión, denominadas colectoras, que desde la alta guajira y atravesando el norte del Cesar llegarán hasta la estación eléctrica de El Paso. Esta estación se convertirá, como fue en su momento la de El Copey, en un eje clave de interconexión, tal es con las carreteras un punto geográfico como Bosconia.
De modo que el esfuerzo en generación que se hará en estos años en la región debe complementarse con la necesaria inversión en el transporte de la energía.
No estamos en condiciones de afirmar que la no ejecución aun de esa infraestructura sea la razón para que se estén negando hoy los puntos de conexión, donde sí se podrían dar, para que los proyectos de generación hallen su viabilidad a pesar de estar diseñados, financiados y contando con licenciamiento ambiental y social. En el foro de EL PILÓN de febrero los inversionistas con sus proyectos pedían que el Gobierno les diera salida (conexión al SIN).
Es el caso del megaproyecto solar que en Valledupar (La Mesa, Azúcar Buena) adelanta Celsia y que aún no halla autorización por parte de la UPME. Un proyecto concertado con las comunidades indígenas de la Sierra, que están esperando se lleve a cabo pues también se obtuvieron del inversionista compromisos importantes no tanto desde el punto de vista material sino de preservación espiritual de la tradición de los habitantes.
Ahora que se avanza en la estructuración de la solución de Electricaribe, con el resultado esperado este semestre de que haya nuevo operador de la red de distribución en los 7 departamentos de la Costa..
Ahora que se avanza en la estructuración de la solución de Electricaribe, con el resultado esperado este semestre de que haya nuevo operador de la red de distribución en los 7 departamentos de la Costa y una importante inversión que haga confiable el suministro de energía y se eviten periódicas protestas populares como las que se ha presentado en nuestros municipios por el mal servicio, dejamos de presente que por el lado de la generación y transmisión de alta tensión de la red eléctrica es satisfactorio el grado de sostenibilidad y certeza de la fuente.
En ese orden, el país ha venido mejorando su matriz energética y otras energías, renovables, han hecho su aparición últimamente.
Hemos llamado la atención de cómo el territorio del Cesar y La Guajira se ha convertido en importante fuente de estas energías, la eólica y la solar, pero también de lo que representa para la transición energética – el proceso de cambio de fuentes convencionales a las no renovables – el uso del gas. Y del cual somos también escenario de descubrimientos y futuras explotaciones comerciales.
Dado que esos proyectos se ubican en una región en la cual no están tan cercanos los mayores centros de consumo, urbanos, industriales y residenciales, y la energía producida debe ir a atender el sistema integrado nacional de energía (SIN), se requiere de proyectos de gran escala, de altos volúmenes de producción, que justifiquen las altas inversiones en transmisión, y que permitan la asunción de los costos de dicha transmisión que en otras regiones no se incurriría.
Por esto se están construyendo unas redes de alta tensión, denominadas colectoras, que desde la alta guajira y atravesando el norte del Cesar llegarán hasta la estación eléctrica de El Paso. Esta estación se convertirá, como fue en su momento la de El Copey, en un eje clave de interconexión, tal es con las carreteras un punto geográfico como Bosconia.
De modo que el esfuerzo en generación que se hará en estos años en la región debe complementarse con la necesaria inversión en el transporte de la energía.
No estamos en condiciones de afirmar que la no ejecución aun de esa infraestructura sea la razón para que se estén negando hoy los puntos de conexión, donde sí se podrían dar, para que los proyectos de generación hallen su viabilidad a pesar de estar diseñados, financiados y contando con licenciamiento ambiental y social. En el foro de EL PILÓN de febrero los inversionistas con sus proyectos pedían que el Gobierno les diera salida (conexión al SIN).
Es el caso del megaproyecto solar que en Valledupar (La Mesa, Azúcar Buena) adelanta Celsia y que aún no halla autorización por parte de la UPME. Un proyecto concertado con las comunidades indígenas de la Sierra, que están esperando se lleve a cabo pues también se obtuvieron del inversionista compromisos importantes no tanto desde el punto de vista material sino de preservación espiritual de la tradición de los habitantes.