Hasta el corte de 30 de noviembre del 2018, en el departamento del Cesar se registran alrededor de 468 casos de abuso sexual, de los cuales cerca de 20 casos son de profesores a estudiantes.
Una noche íntima a cambio de pasarle la materia, tocamientos, masturbación, observación del niño desnudo y acoso telefónico con palabras morbosas, son casos que se presentan por parte de algunos docentes de las instituciones educativas de primaria y bachillerato, que a cambio de pasar una materia o subir las notas abusan sexualmente a los estudiantes.
La fiscal del Centros de Atención Integral a Víctimas de Violencia Sexual, Caivas, seccional Cesar, Sol Piedad Martínez Cotes, aseguró: “Hay varios casos de colegios donde se presentan niños y niñas menores de 14 años o adolescentes abusados por profesores; unos por las notas, otros porque se gustan… hay una promiscuidad temprana. También hay casos de niños con problemas de homosexualidad. Los casos se presentan de manera aleatoria, tanto en la zona urbana como en la rural. Los rectores deben hacer un filtro de a quién van a contratar en las escuelas, porque he conocido casos de profesores que abusan de su poder para seducir a los estudiantes, que los soban, que tocan sus partes íntimas, que les dicen palabras morbosas o en el peor de los casos los penetran”.
De acuerdo a la funcionaria, hasta el corte de 30 de noviembre del 2018 se registran alrededor de 468 casos de abuso sexual, de los cuales cerca de 20 casos son de profesores a estudiantes. En la Secretaría de Educación de Valledupar reportan este año de 4 a 5 quejas.
“El llamado a los menores de edad, sobre todo a las niñas, es que tengan más pudor con su cuerpo; no estar mostrándolo al primero que se lo ofrezca, independientemente que sea un docente, u otro adulto. Ellas apenas están en crecimiento, descubriendo su vida, como para entrar a probar una vida sexual prematuramente, porque las hacen perder los estímulos. En vez de ayudarles las retrasa porque les genera depresión, les hace sentirse sucias o rechazadas, puesto que los adultos que tienen relaciones con ellas por lo general es para pasar el rato con ellas, por mera satisfacción; no será porque se van a casar, o tendrán un noviazgo saludable. Ellas tienden al autorechazo, a sentir arrepentimiento y tienden a la prostitución, a las drogas o a las autoeliminación porque esto les baja la autoestima”, explicó Martínez Cotes.
A los docentes que se fijan en una estudiante menor de edad, considera que “no merece ni siquiera ser parte del plantel educativo porque hay una posición de garante frente a los menores, ya que éstos están en una etapa de desarrollo hormonal, por lo que no controlan sus emociones, es por ello que se perciben adolescentes rebeldes. El docente debe tener control; si una niña está muy coqueta, el adulto tiene el dominio de decir no, y deben respetar a las niñas por encima de lo que sea”.
Al respecto, una orientadora escolar del municipio que prefirió omitir un nombre considerando el tema delicado, dijo: “El responsable es el docente por ser un adulto que debe respetar al estudiante, así ésta se insinúe, muestre sus piernas o senos. A veces por una nota se le insinúan al maestro, pero éstos deben tener las cosas claras frente a estas situaciones; él debe de saber manejarlas, no dejarse chantajear ni enamorar de esa manera. Los casos que se han presentado son chicas que por mejorar sus posiciones en los colegios o están mal económicamente buscan esa forma de encuentro con el maestro, pero él es el culpable porque es el adulto, quien además es el formador”.
También agregó: “Los estudiantes se inventan cosas para salir beneficiados o para conseguir dinero; dicen que el profesor los acosa, que los están enamorando, o que los toca, y resulta mentira. Termina como un soborno para que los docentes cedan ante cualquier escándalo y les den las notas que ellos quieran; si no logran su intención desmeritan al profesor, o los hacen quedar mal. Ante la ley, el menor siempre tendrá la razón y lo van a escuchar, que es lo que el Código desmejora al adulto porque hacemos casos de niñas de 14 a 15 años que ya tienen marido o son mamás; no tienen la madurez para eso, pero ya tienen vida de pareja”.
La recomendación que la experta les hace a los profesores es tener claro cuál es su misión y funciones en las instituciones educativas; guardar distancia con los estudiantes, sin perder las competencias como es formar integralmente, en valores y principios.
Señaló que “muchos adolescentes están teniendo vida sexual desde los 11 o 12 años con el consentimiento de los padres; aquí se denota falta de responsabilidad del hogar y de la familia. Se ha incrementado la problemática por la falta de empoderamiento de las familias, de establecer los criterios de las pautas de crianza, cuáles son las reglas, los principios, y los valores, como por ejemplo por qué viven en hacinamiento o con personas extrañas. No se apropian de las responsabilidades que tienen como papás. Esta problemática se incrementa porque la familia no está formando, sino que le dejan el espacio a las redes sociales o a terceros. La falta de guía y de acompañamiento de familia influye; hay que monitorear lo que hacen los hijos”.
El secretario de Educación Municipal, Luis Carlos Matute De la Rosa, frente a los abusos de los niños por parte de los docentes a cambio de nota, afirmó: “En la administración municipal tenemos como política un trabajo al interior de las instituciones educativas, desde la misma Oficina de Gestión y el Comité de Convivencia Escolar, donde aunamos esfuerzos con las sectoriales y entidades que les corresponden velar por la seguridad de los niños. Se realizan campañas en las diferentes instituciones educativas de prevención de abuso a menores, embarazos a temprana edad, y se les hace énfasis a los niños de la campaña ‘Mi cuerpo es un tesoro, por lo que no me lo pueden tocar’, donde se destaca el valor del cuerpo”.
Agregó que “hay actividades conducentes a prevenir cualquier acción o evento que tenga que ver con el abuso sexual a niños de docentes a sus estudiantes. Hay un manual de convivencia que tienen las instituciones educativas, que es importante socializarlos con los padres de familia para que lo conozcan muy bien, y den aplicación de la ruta que se requiere en cada uno de los casos. El docente debe ser un ejemplo al interior de las aulas y en el aspecto social”.
Un menor de edad que hay sido abusado sexual por un adulto, bien sea docente o no, puede denunciar al Caivas, que está detrás de la Olímpica de La Ceiba, en la sala de recepción de denuncia; allí se activa la ruta de atención.
La orientadora escolar consultada en este informe aseguró: “El tratamiento en las instituciones educativas frente a situaciones de abuso tenemos la Ley 1620 que establece una ruta o debido proceso, donde hay activaciones. Hay que reportarlo ante Bienestar Familia, Infancia y Adolescencia, ante el Caivas y se llama al padre de familia y se reporta el caso cuando es otro familiar, tío, pariente o vecino para que el padre tome responsabilidad y tenga conocimiento. Entregamos un informe donde queda plasmado el caso, que debe investigar Policía de Infancia y el Caivas.
Según la psicóloga Dairis Ovalle, entre las señales de alerta que indican que los menores son abusados están: bajo rendimiento académico, niños distraídos, el ausentismo, la deserción, que lloren sin razón y la depresión.
Hasta el corte de 30 de noviembre del 2018, en el departamento del Cesar se registran alrededor de 468 casos de abuso sexual, de los cuales cerca de 20 casos son de profesores a estudiantes.
Una noche íntima a cambio de pasarle la materia, tocamientos, masturbación, observación del niño desnudo y acoso telefónico con palabras morbosas, son casos que se presentan por parte de algunos docentes de las instituciones educativas de primaria y bachillerato, que a cambio de pasar una materia o subir las notas abusan sexualmente a los estudiantes.
La fiscal del Centros de Atención Integral a Víctimas de Violencia Sexual, Caivas, seccional Cesar, Sol Piedad Martínez Cotes, aseguró: “Hay varios casos de colegios donde se presentan niños y niñas menores de 14 años o adolescentes abusados por profesores; unos por las notas, otros porque se gustan… hay una promiscuidad temprana. También hay casos de niños con problemas de homosexualidad. Los casos se presentan de manera aleatoria, tanto en la zona urbana como en la rural. Los rectores deben hacer un filtro de a quién van a contratar en las escuelas, porque he conocido casos de profesores que abusan de su poder para seducir a los estudiantes, que los soban, que tocan sus partes íntimas, que les dicen palabras morbosas o en el peor de los casos los penetran”.
De acuerdo a la funcionaria, hasta el corte de 30 de noviembre del 2018 se registran alrededor de 468 casos de abuso sexual, de los cuales cerca de 20 casos son de profesores a estudiantes. En la Secretaría de Educación de Valledupar reportan este año de 4 a 5 quejas.
“El llamado a los menores de edad, sobre todo a las niñas, es que tengan más pudor con su cuerpo; no estar mostrándolo al primero que se lo ofrezca, independientemente que sea un docente, u otro adulto. Ellas apenas están en crecimiento, descubriendo su vida, como para entrar a probar una vida sexual prematuramente, porque las hacen perder los estímulos. En vez de ayudarles las retrasa porque les genera depresión, les hace sentirse sucias o rechazadas, puesto que los adultos que tienen relaciones con ellas por lo general es para pasar el rato con ellas, por mera satisfacción; no será porque se van a casar, o tendrán un noviazgo saludable. Ellas tienden al autorechazo, a sentir arrepentimiento y tienden a la prostitución, a las drogas o a las autoeliminación porque esto les baja la autoestima”, explicó Martínez Cotes.
A los docentes que se fijan en una estudiante menor de edad, considera que “no merece ni siquiera ser parte del plantel educativo porque hay una posición de garante frente a los menores, ya que éstos están en una etapa de desarrollo hormonal, por lo que no controlan sus emociones, es por ello que se perciben adolescentes rebeldes. El docente debe tener control; si una niña está muy coqueta, el adulto tiene el dominio de decir no, y deben respetar a las niñas por encima de lo que sea”.
Al respecto, una orientadora escolar del municipio que prefirió omitir un nombre considerando el tema delicado, dijo: “El responsable es el docente por ser un adulto que debe respetar al estudiante, así ésta se insinúe, muestre sus piernas o senos. A veces por una nota se le insinúan al maestro, pero éstos deben tener las cosas claras frente a estas situaciones; él debe de saber manejarlas, no dejarse chantajear ni enamorar de esa manera. Los casos que se han presentado son chicas que por mejorar sus posiciones en los colegios o están mal económicamente buscan esa forma de encuentro con el maestro, pero él es el culpable porque es el adulto, quien además es el formador”.
También agregó: “Los estudiantes se inventan cosas para salir beneficiados o para conseguir dinero; dicen que el profesor los acosa, que los están enamorando, o que los toca, y resulta mentira. Termina como un soborno para que los docentes cedan ante cualquier escándalo y les den las notas que ellos quieran; si no logran su intención desmeritan al profesor, o los hacen quedar mal. Ante la ley, el menor siempre tendrá la razón y lo van a escuchar, que es lo que el Código desmejora al adulto porque hacemos casos de niñas de 14 a 15 años que ya tienen marido o son mamás; no tienen la madurez para eso, pero ya tienen vida de pareja”.
La recomendación que la experta les hace a los profesores es tener claro cuál es su misión y funciones en las instituciones educativas; guardar distancia con los estudiantes, sin perder las competencias como es formar integralmente, en valores y principios.
Señaló que “muchos adolescentes están teniendo vida sexual desde los 11 o 12 años con el consentimiento de los padres; aquí se denota falta de responsabilidad del hogar y de la familia. Se ha incrementado la problemática por la falta de empoderamiento de las familias, de establecer los criterios de las pautas de crianza, cuáles son las reglas, los principios, y los valores, como por ejemplo por qué viven en hacinamiento o con personas extrañas. No se apropian de las responsabilidades que tienen como papás. Esta problemática se incrementa porque la familia no está formando, sino que le dejan el espacio a las redes sociales o a terceros. La falta de guía y de acompañamiento de familia influye; hay que monitorear lo que hacen los hijos”.
El secretario de Educación Municipal, Luis Carlos Matute De la Rosa, frente a los abusos de los niños por parte de los docentes a cambio de nota, afirmó: “En la administración municipal tenemos como política un trabajo al interior de las instituciones educativas, desde la misma Oficina de Gestión y el Comité de Convivencia Escolar, donde aunamos esfuerzos con las sectoriales y entidades que les corresponden velar por la seguridad de los niños. Se realizan campañas en las diferentes instituciones educativas de prevención de abuso a menores, embarazos a temprana edad, y se les hace énfasis a los niños de la campaña ‘Mi cuerpo es un tesoro, por lo que no me lo pueden tocar’, donde se destaca el valor del cuerpo”.
Agregó que “hay actividades conducentes a prevenir cualquier acción o evento que tenga que ver con el abuso sexual a niños de docentes a sus estudiantes. Hay un manual de convivencia que tienen las instituciones educativas, que es importante socializarlos con los padres de familia para que lo conozcan muy bien, y den aplicación de la ruta que se requiere en cada uno de los casos. El docente debe ser un ejemplo al interior de las aulas y en el aspecto social”.
Un menor de edad que hay sido abusado sexual por un adulto, bien sea docente o no, puede denunciar al Caivas, que está detrás de la Olímpica de La Ceiba, en la sala de recepción de denuncia; allí se activa la ruta de atención.
La orientadora escolar consultada en este informe aseguró: “El tratamiento en las instituciones educativas frente a situaciones de abuso tenemos la Ley 1620 que establece una ruta o debido proceso, donde hay activaciones. Hay que reportarlo ante Bienestar Familia, Infancia y Adolescencia, ante el Caivas y se llama al padre de familia y se reporta el caso cuando es otro familiar, tío, pariente o vecino para que el padre tome responsabilidad y tenga conocimiento. Entregamos un informe donde queda plasmado el caso, que debe investigar Policía de Infancia y el Caivas.
Según la psicóloga Dairis Ovalle, entre las señales de alerta que indican que los menores son abusados están: bajo rendimiento académico, niños distraídos, el ausentismo, la deserción, que lloren sin razón y la depresión.