Mochilas, chinchorros, canastos, bolsos, zapatos, manillas y productos gastronómicos como dulces típicos, tamales, alfandoques y vinos fueron comercializados en la primera Feria Artesanal de Etnias que realizó la Gobernación del Cesar en la plazoleta de la Biblioteca Departamental Rafael Carrillo Lúquez en Valledupar. 

Durante 10 horas comunidades indígenas y afrodescendientes (provenientes de los municipios de Tamalameque, Chiriguaná y los corregimientos de Rincón Hondo, Atánquez, La Mina y Guacoche) mostraron los productos que fabrican de manera artesanal, narrando a su vez las tradiciones orales y costumbres que los caracterizan.

En diálogo con EL PILÓN, el secretario de Gobierno Departamental, Eduardo Esquivel, señaló que este es el primer paso para la reactivación económica de este sector tras varios meses pausados por la pandemia, por lo que anunció que la próxima feria artesanal se desarrollará en Aguachica y que la idea es que esta iniciativa llegue a varias regiones del país donde estas minorías puedan vender sus productos a precio bruto o su valor real, sin IVA e impuestos.

“Este es un evento importantísimo para el departamento del Cesar porque es la reactivación de la economía que nosotros estamos proyectando y que hoy (ayer) va dirigida a las negritudes, a los indígenas kankuamos, wiwas y arhuacos. Nos acompañan 40 artesanos escogidos de estas minorías étnicas para tenerlos integrados y apoyarlos. Comenzamos en Valledupar, pero la idea es que podamos llevar estos productos a Aguachica, donde la población indígena no existe prácticamente y puedan tener la oportunidad”, dijo el funcionario. 

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Asimismo, resaltó el papel de la mujer indígena en la sociedad a propósito del Día Internacional de la Mujer Indígena que se conmemorará el próximo 5 de septiembre. 

TRADICIÓN DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN

Una de las participantes en la feria fue Keila Villazón, perteneciente al resguardo indígena kankuamo, asentado en el corregimiento de La Mina, jurisdicción de Valledupar, quien contó que trabaja con las artesanías desde que era una niña, oficio que aprendió por enseñanza de su mamá y abuela, siendo este uno de los pilares fundamentales para conservar su cultura. 

“Estos productos nos identifican como kankuamos o como etnias de la Sierra Nevada de Santa Marta porque somos los que tejemos la mochila; he venido tejiendo desde mi infancia, este es un proceso que pasa de generación en generación: me lo enseñó mi mamá, me lo enseñó mi abuela y así yo se lo enseñaré a mis hijos y nietos y así vamos. Le pedimos a Dios que lo conserve porque esto significa nuestro pensamiento y es base de nuestra cultura”, aseguró.

Por otro lado, explicó que en cada mochila, chinchorro, individuales o manillas representan sus pensamientos y su historia ancestral, por lo que pidió a las personas que adquirieron sus elaboraciones conservarlos y darles un cuidado especial. 

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“Es importante que cuando compren sus mochilas u otros productos les den buen uso y lo valoren porque en cada puntada que damos las mujeres plasmamos nuestros pensamientos y si las analizan verán que partimos de un pensamiento positivo y bonito para colaborarle a nuestras mujeres y hogares”, finalizó. 

‘CAMBIAR EL MUNDO A TRAVÉS DE LA CULTURA’

Por su parte Adalmis Ramos Valdez, cantora y miembro de la Fundación Afrodescendiente Gente Activa, pidió que se sigan realizando más encuentros culturales como la Feria de Artesanías de Etnias para beneficio de las poblaciones vulnerables. 

“Gracias a estos espacios se pueden dar oportunidades, ya que para nadie es un secreto que nuestras comunidades ha sido una de las más vulneradas y la pobreza extrema nos ha afectado mucho. En nuestras comunidades tenemos muchos talentos y hay que mostrarlos y venderlos. El emprendimiento es vida, es nuestro futuro y desarrollo, son nuestros sueños”, contó.

POR: CARMEN LUCÍA MENDOZA CUELLO/EL PILÓN