Habitantes de Valledupar, turistas, políticos y religiosos se han cautivado por el talento innato de un escultor ambulante que talló el cuerpo de Jesús en un árbol ubicado en el parque Las Madres. Esta obra se ha vuelto popular incluso en el ámbito nacional.
Un escultor ambulante de la ciudad de Valledupar con improvisadas herramientas y una regla en forma de tronco talló la figura de Jesucristo en un árbol ubicado en el parque Las Madres. El escultor de esta obra de arte, llamada así por muchos, es Pedro Ortega, un artista que de manera empírica esculpe figuras en madera y que en esta ocasión ha dejado a la comunidad vallenata impactada por su talento innato.
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De acuerdo con Ortega, esta escultura la inició hace seis días y lo que lo inspiró a realizarla fue la necesidad de rendirle un homenaje a Jesús, de quien señaló que proviene todo el talento que sin ninguna clase de preparación académica él tiene. Este vallenato residente del barrio Obrero comúnmente deambula por las calles de la ciudad, admirando el paisaje urbano y realizando esculturas a personas que encuentre en el camino.
“Esta es una obra a título muy personal que he hecho con los dones que Dios me ha dado. No lo hice con fines lucrativos de recolectar dinero, sino de manera independiente. La comencé hacer hace seis días y he ido curtiendo la madera y poco a poco detallándola para darle forma. Esta escultura es un resumen de todo lo que ha sido la ciencia de la cultura humana”, manifestó Ortega.
Comentó que ha realizado diversos trabajos en madera para el Museo del Acordeón, la iglesia San Pedro Apóstol y hasta las figuras de reconocidos cantantes vallenatos como Diomedes Díaz. Este escultor, que es muy conocido en el parque Las Madres, es un fiel defensor del “amor de Dios para con el mundo” y que todos los dones que le ha dado Dios a la humanidad hay que retribuírselos en obras sin importar la condición del hombre.
Elvira Maestre, vendedora de flores del parque Las Madres, aseveró que Pedro es un “alma libre” que camina por la calles con un particular bolso o mochila, en el que carga sus cinceles para realizar cualquier escultura urbana o talla en algún espacio de la ciudad donde la “inspiración le llegue”.
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“Él también hace figuras pequeñas a otras personas y no les pone precio. Les dice que le paguen lo que ellos crean. Es una persona un poco distante con los demás, pero muy devoto a Jesús y disciplinado cuando se refiere a su arte. Cualquier persona que lo viera sucio como a veces anda no pensaría que tiene semejante talento”, comentó Maestre.
Pedro de manera humilde relató que todas las técnicas que utiliza para esculpir las aprendió a través de los años en las calles. Según Edwin Durán, tío de Pedro, su sobrino no recibió una formación académica que lo direccionara en este trabajo que actualmente es una profesión que pocos son capaz de desempeñar debido a las largas horas de trabajo que se deben emplear y al talento indiscutiblemente que se debe tener para tallar una figura en un material.
Durán aseveró que Pedro proviene de una familia de artistas; una de sus hermanas es una talentosa pintora de cuadros y otra es una destacada modista. Comentó que son unos hermanos con altas capacidades para los trabajos manuales y con una inteligencia espacial para el arte, indicando que la escultura del cuerpo de Jesús es la cuarta que realiza Pedro de gran tamaño.
“Pedro ha hecho muchas figuras de santo Ecce Homo, vírgenes y demás esculturas religiosas, así como de cantantes vallenatos. Dios le dio un don para que saliera adelante porque obra que comienza no la entrega hasta que quede lo más perfecta posible; lo hace con un amor y dedicación incomparable”, comentó Durán.
Al preguntarle a Pedro sobre la razón por la cual decidió esculpir la figura de Jesús en un árbol del parque Las Madres aseveró: “He aprendido la maestría en la calle y en un parque público dejo mi diplomado para Valledupar”. Comentó que la única razón que tuvo para hacer esta obra fue darle una retribución a Dios por el talento que le otorgó y un “gracias” por todo el amor que él ha sentido a lo largo de su vida por parte del creador.
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“Esta obra es una consagración porque Dios le da a uno un don y uno tiene que multiplicarlo. Yo evalué el espacio y me di cuenta que aquí era el lugar ideal para esculpir a Jesús porque un artista ve en la piedra según la forma la obra hecha, y por eso fue que escogí este árbol”, manifestó Ortega.
De acuerdo con el tío de Pedro, este vallenato ha estado rodeado del arte en torno a la madera desde que era un niño. Aseveró que dos hermanos del artista se dedican a trabajar la madera. Un hermano de este escultor empírico es tallador y el otro trabaja la ebanistería.
Relató que su sobrino desde que era niño hacía carros de juguete con madera y diversos objetos con este material sin tener ninguna noción o estudio sobre cómo realizarlos, así fue como él se dio cuenta que el talento de Pedro era un “regalo de Dios”.
Muchas han sido las especulaciones sobre la vida de Pedro y de las razones por las cuales deambula en las calles. Quienes lo conocen dicen que desde muy joven le ha gustado estar en la calle, pero que tiene una familia a quien acudir en el barrio Obrero. Otros por el contrario comentan que no tiene un hogar y que es un habitante de la calle.
Al respecto de estos señalamientos, Pedro respondió que él es un simple “escultor que está aquí y allá viendo dónde hacer una obra para Jesús”. Acotó que la escultura la realizó por el amor de Dios porque es lo único que tiene y “porque no existe otro amor para esta tierra, por lo que mi arte es por el amor de Dios y para los que son de Dios”.
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Pedro también es conocido en el gremio de los ebanistas de Valledupar por sus destacadas tallas y su precisión al momento de replicar o hacer una figura propia. El tallador Gabriel Orozco aseveró que es muy popular en los talladores por su destreza para manejar la madera y darle forma.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.
Habitantes de Valledupar, turistas, políticos y religiosos se han cautivado por el talento innato de un escultor ambulante que talló el cuerpo de Jesús en un árbol ubicado en el parque Las Madres. Esta obra se ha vuelto popular incluso en el ámbito nacional.
Un escultor ambulante de la ciudad de Valledupar con improvisadas herramientas y una regla en forma de tronco talló la figura de Jesucristo en un árbol ubicado en el parque Las Madres. El escultor de esta obra de arte, llamada así por muchos, es Pedro Ortega, un artista que de manera empírica esculpe figuras en madera y que en esta ocasión ha dejado a la comunidad vallenata impactada por su talento innato.
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De acuerdo con Ortega, esta escultura la inició hace seis días y lo que lo inspiró a realizarla fue la necesidad de rendirle un homenaje a Jesús, de quien señaló que proviene todo el talento que sin ninguna clase de preparación académica él tiene. Este vallenato residente del barrio Obrero comúnmente deambula por las calles de la ciudad, admirando el paisaje urbano y realizando esculturas a personas que encuentre en el camino.
“Esta es una obra a título muy personal que he hecho con los dones que Dios me ha dado. No lo hice con fines lucrativos de recolectar dinero, sino de manera independiente. La comencé hacer hace seis días y he ido curtiendo la madera y poco a poco detallándola para darle forma. Esta escultura es un resumen de todo lo que ha sido la ciencia de la cultura humana”, manifestó Ortega.
Comentó que ha realizado diversos trabajos en madera para el Museo del Acordeón, la iglesia San Pedro Apóstol y hasta las figuras de reconocidos cantantes vallenatos como Diomedes Díaz. Este escultor, que es muy conocido en el parque Las Madres, es un fiel defensor del “amor de Dios para con el mundo” y que todos los dones que le ha dado Dios a la humanidad hay que retribuírselos en obras sin importar la condición del hombre.
Elvira Maestre, vendedora de flores del parque Las Madres, aseveró que Pedro es un “alma libre” que camina por la calles con un particular bolso o mochila, en el que carga sus cinceles para realizar cualquier escultura urbana o talla en algún espacio de la ciudad donde la “inspiración le llegue”.
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“Él también hace figuras pequeñas a otras personas y no les pone precio. Les dice que le paguen lo que ellos crean. Es una persona un poco distante con los demás, pero muy devoto a Jesús y disciplinado cuando se refiere a su arte. Cualquier persona que lo viera sucio como a veces anda no pensaría que tiene semejante talento”, comentó Maestre.
Pedro de manera humilde relató que todas las técnicas que utiliza para esculpir las aprendió a través de los años en las calles. Según Edwin Durán, tío de Pedro, su sobrino no recibió una formación académica que lo direccionara en este trabajo que actualmente es una profesión que pocos son capaz de desempeñar debido a las largas horas de trabajo que se deben emplear y al talento indiscutiblemente que se debe tener para tallar una figura en un material.
Durán aseveró que Pedro proviene de una familia de artistas; una de sus hermanas es una talentosa pintora de cuadros y otra es una destacada modista. Comentó que son unos hermanos con altas capacidades para los trabajos manuales y con una inteligencia espacial para el arte, indicando que la escultura del cuerpo de Jesús es la cuarta que realiza Pedro de gran tamaño.
“Pedro ha hecho muchas figuras de santo Ecce Homo, vírgenes y demás esculturas religiosas, así como de cantantes vallenatos. Dios le dio un don para que saliera adelante porque obra que comienza no la entrega hasta que quede lo más perfecta posible; lo hace con un amor y dedicación incomparable”, comentó Durán.
Al preguntarle a Pedro sobre la razón por la cual decidió esculpir la figura de Jesús en un árbol del parque Las Madres aseveró: “He aprendido la maestría en la calle y en un parque público dejo mi diplomado para Valledupar”. Comentó que la única razón que tuvo para hacer esta obra fue darle una retribución a Dios por el talento que le otorgó y un “gracias” por todo el amor que él ha sentido a lo largo de su vida por parte del creador.
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“Esta obra es una consagración porque Dios le da a uno un don y uno tiene que multiplicarlo. Yo evalué el espacio y me di cuenta que aquí era el lugar ideal para esculpir a Jesús porque un artista ve en la piedra según la forma la obra hecha, y por eso fue que escogí este árbol”, manifestó Ortega.
De acuerdo con el tío de Pedro, este vallenato ha estado rodeado del arte en torno a la madera desde que era un niño. Aseveró que dos hermanos del artista se dedican a trabajar la madera. Un hermano de este escultor empírico es tallador y el otro trabaja la ebanistería.
Relató que su sobrino desde que era niño hacía carros de juguete con madera y diversos objetos con este material sin tener ninguna noción o estudio sobre cómo realizarlos, así fue como él se dio cuenta que el talento de Pedro era un “regalo de Dios”.
Muchas han sido las especulaciones sobre la vida de Pedro y de las razones por las cuales deambula en las calles. Quienes lo conocen dicen que desde muy joven le ha gustado estar en la calle, pero que tiene una familia a quien acudir en el barrio Obrero. Otros por el contrario comentan que no tiene un hogar y que es un habitante de la calle.
Al respecto de estos señalamientos, Pedro respondió que él es un simple “escultor que está aquí y allá viendo dónde hacer una obra para Jesús”. Acotó que la escultura la realizó por el amor de Dios porque es lo único que tiene y “porque no existe otro amor para esta tierra, por lo que mi arte es por el amor de Dios y para los que son de Dios”.
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Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.