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Opinión - 9 abril, 2024

¿Y qué pasará con las obras camanduleras?

En la Semana Mayor, la meditación y el análisis son una tradición en nuestras familias, y espero con mucha fe que este escrito ayude a quitar venda de los ojos. He sido un duro crítico de las obras faraónicas del régimen departamental, sobre todo en época de vacas flacas para el ciudadano de a pie.

 Estadio de Fútbol Armando Maestre Pavajeau. Foto: Joaquín Ramírez.
Estadio de Fútbol Armando Maestre Pavajeau. Foto: Joaquín Ramírez.

En la Semana Mayor, la meditación y el análisis son una tradición en nuestras familias, y espero con mucha fe que este escrito ayude a quitar venda de los ojos. He sido un duro crítico de las obras faraónicas del régimen departamental, sobre todo en época de vacas flacas para el ciudadano de a pie.

En esta Semana Santa que pasó vimos varios cuestionamientos, ahora que tenemos al equipo Alianza FC como residente de nuestra ciudad, sobre la infraestructura del estadio Armando Maestre de Valledupar que en toda su inversión ha superado los $100 mil millones de pesos, como lo demostramos en la Asamblea del Cesar.

También muchos cesarenses han manifestado su indignación por una muy segura 4a prórroga en tiempo al Centro Cultural de la Música Vallenata, para pasar de 22 meses de ejecución a 40 meses y 15 días.

En el año 2014 se contrató unos estudios y diseños arquitectónicos con la empresa española IDOM Ingeniería y Consultoría S.A., por un valor de $2.715 millones, así mismo suscribió otro contrato de consultoría de Mínima Cuantía por $52.000.000 con la Corporación Parque Cultural del Caribe, cuyo objeto era un estudio técnico, financiero para administrar el CCMV. Por otro lado, la adjudicación del contrato de obra fue por un valor de 147 mil millones con su respectiva interventoría. Al día de hoy la inversión, sin sumar el lote, llega a más de 150 mil millones de pesos.

Ahora bien, si se incorporan los $41 mil millones para finalizar, concluiríamos que la caprichosa obra de Monsalvo, llegará a la no despreciable suma de más de $200 mil millones de pesos.

Cifra que en su momento manifestamos, que su adición llegaría por antonomasia, en vez de haber aportado mucho para la reactivación económica post pandemia, con microcréditos desde Idecesar a los pequeños comerciantes y así evitar el doloroso gota a gota o pago diario.

Ahora sí. Vayamos al tema que nos interesa y del que poco se habla o se conoce: el lucro cesante y sostenibilidad de estas obras camanduleras.

Iniciemos por el estadio que es propiedad de la alcaldía (por ende de los vallenatos), la cual autorizó a la gobernación del Cesar para realizar una inversión hace más de 10 años y todavía ninguno de los anteriores alcaldes ha querido recibir el babilónico esperpento.

En la MGA del proyecto, con fecha del 13 de marzo de 2013, se dice que el retorno de la inversión en el estadio ARMANDO MAESTRE PAVAJEAU de Valledupar sería a través de dos indicadores: Venta de boletería y uso del espacio deportivo, medido en horas. Esto para poder cumplir con 2 componentes indispensables para los proyectos financiados con recursos del Sistema General de Regalías; que son, la sostenibilidad e impacto del proyecto.

Los ingresos y beneficios serían, después de la terminación de la obra por boletería así:

AÑO     V.UNITARIO        CANTIDAD          V.TOTAL

     2015.      20.000.             388.000.            7.760.000.000

     2016.      21.000.              389.000.            8.169.000.000

     2017.      22.000.             390.000.            8.580.000.000

     2018.      23.000.             391.000.             8.993.000.000

     2019.      24.000.             392.000.            9.408.000.000

     2020.     25.000.             393.000.            9.825.000.000

Para un recaudo solo en boletería de:  $52.735.000.000, además del uso del espacio deportivo, medido en horas, en los mismos 6 años por un valor de $45.240.050.000. O sea, la suma total de $97.975.050.000.

Lo anterior, teniendo en cuenta que este sería el beneficio o ingreso que debería generar el estadio Armando Maestre Pavajeau, hasta el año 2020 que no se ha soportado por parte de la administración departamental.

La Contraloría General de la República en su Informe de Actuación Especial De Fiscalización At No 126 – 2021 en su 5to hallazgo manifestó: “Lo anteriormente anotado conduce a dar traslado de esta observación como parte del proceso de auditoria desarrollado por esta contraloría delegada con presunta connotación administrativa, disciplinaria y fiscal por valor de $97.975.050.000 en calidad de lucro cesante no percibido por el departamento del Cesar, esta observación y su respuesta será traslada a la Contraloría delegada competente”.

Y continúa: “El lucro cesante entendido como aquel perjuicio material que tiene como objeto un interés futuro, esto es, un interés sobre un bien o bienes que no se poseen antes de la ocurrencia del daño, pero que se habrían obtenido si este no hubiera ocurrido.

Es decir, el lucro cesante consiste en la pérdida de una ganancia, utilidad o beneficio económico esperado, como consecuencia del hecho dañoso producto, en este caso de un incumplimiento contractual o de una falla en la administración.

Corolario de lo últimamente expresado, para el departamento del Cesar la inversión de los Recursos del Sistema General de Regalías le generaría una retribución estimada en el costo o beneficio por los conceptos anotados, que, por la documentación aportada no se pudo determinar que así haya sucedido o este sucediendo. En consecuencia, la inversión de los recursos no ha generado impacto, sostenibilidad y beneficio esperado, es decir, no ha sido eficaz el proyecto”

Todos queremos a Valledupar y al departamento del Cesar con excelentes escenarios, pero no a costa de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) que son inmensas en nuestra región.

Ahora bien, vamos con el Centro de la Cultura de la Música Vallenata (CCMV), continuamos en el mismo viacrucis sobre su posible sostenibilidad en el tiempo.

Es un sueño caprichosamente bien intencionado, pero como todo lo de este gobierno, mal planificado y además estéticamente horrible a simple vista.

En un aparte de los estudios previos del contrato de obra manifiesta puntualmente que el plazo de ejecución del contrato es de 22 meses: “En este plazo el contratista deberá realizar todas y cada una de las intervenciones necesarias y suficientes sobre los estudios y diseños existentes para que se pueda construir la obra con la calidad requerida y sin traumatismos ni dilaciones por efectos de estudios y diseños. No habrá por lo tanto y de ninguna manera lugar a pago adicional”.

Pero esto ha sido una constante en los últimos 12 años, aquí la excepción se volvió regla general.

El exgobernador Monsalvo Gnecco dijo que el CCVM estaría a la par del museo Guggenheim en Bilbao, España. ¡Ojalá, pero no creo!

La problemática de sostenibilidad y el impacto del proyecto al tenor de la ley 1530 de 2012 en este tipo de inversiones, es fundamental.

En un artículo informó la empresa IDOM que: “El estudio de oferta y demanda estima un impacto económico de 34 mil millones de pesos colombianos al año para la ciudad, derivado en su mayor parte del consumo en alojamiento, restauración y compras de los visitantes y turistas foráneos que asistan a los eventos, congresos, convenciones y microferias que organice el centro”.

Esta cifra de 34 mil millones de beneficio anual, esperado para el CCMV es preocupante, teniendo en cuenta el antecedente con el lucro cesante que tuvo el estadio de Valledupar. ¡Amanecerá y veremos!

PUYA: En Antioquia hacen vaca para terminar las obras, aquí no terminan las obras, para comprar vacas.

Por Quintin Quintero

Opinión
9 abril, 2024

¿Y qué pasará con las obras camanduleras?

En la Semana Mayor, la meditación y el análisis son una tradición en nuestras familias, y espero con mucha fe que este escrito ayude a quitar venda de los ojos. He sido un duro crítico de las obras faraónicas del régimen departamental, sobre todo en época de vacas flacas para el ciudadano de a pie.


 Estadio de Fútbol Armando Maestre Pavajeau. Foto: Joaquín Ramírez.
Estadio de Fútbol Armando Maestre Pavajeau. Foto: Joaquín Ramírez.

En la Semana Mayor, la meditación y el análisis son una tradición en nuestras familias, y espero con mucha fe que este escrito ayude a quitar venda de los ojos. He sido un duro crítico de las obras faraónicas del régimen departamental, sobre todo en época de vacas flacas para el ciudadano de a pie.

En esta Semana Santa que pasó vimos varios cuestionamientos, ahora que tenemos al equipo Alianza FC como residente de nuestra ciudad, sobre la infraestructura del estadio Armando Maestre de Valledupar que en toda su inversión ha superado los $100 mil millones de pesos, como lo demostramos en la Asamblea del Cesar.

También muchos cesarenses han manifestado su indignación por una muy segura 4a prórroga en tiempo al Centro Cultural de la Música Vallenata, para pasar de 22 meses de ejecución a 40 meses y 15 días.

En el año 2014 se contrató unos estudios y diseños arquitectónicos con la empresa española IDOM Ingeniería y Consultoría S.A., por un valor de $2.715 millones, así mismo suscribió otro contrato de consultoría de Mínima Cuantía por $52.000.000 con la Corporación Parque Cultural del Caribe, cuyo objeto era un estudio técnico, financiero para administrar el CCMV. Por otro lado, la adjudicación del contrato de obra fue por un valor de 147 mil millones con su respectiva interventoría. Al día de hoy la inversión, sin sumar el lote, llega a más de 150 mil millones de pesos.

Ahora bien, si se incorporan los $41 mil millones para finalizar, concluiríamos que la caprichosa obra de Monsalvo, llegará a la no despreciable suma de más de $200 mil millones de pesos.

Cifra que en su momento manifestamos, que su adición llegaría por antonomasia, en vez de haber aportado mucho para la reactivación económica post pandemia, con microcréditos desde Idecesar a los pequeños comerciantes y así evitar el doloroso gota a gota o pago diario.

Ahora sí. Vayamos al tema que nos interesa y del que poco se habla o se conoce: el lucro cesante y sostenibilidad de estas obras camanduleras.

Iniciemos por el estadio que es propiedad de la alcaldía (por ende de los vallenatos), la cual autorizó a la gobernación del Cesar para realizar una inversión hace más de 10 años y todavía ninguno de los anteriores alcaldes ha querido recibir el babilónico esperpento.

En la MGA del proyecto, con fecha del 13 de marzo de 2013, se dice que el retorno de la inversión en el estadio ARMANDO MAESTRE PAVAJEAU de Valledupar sería a través de dos indicadores: Venta de boletería y uso del espacio deportivo, medido en horas. Esto para poder cumplir con 2 componentes indispensables para los proyectos financiados con recursos del Sistema General de Regalías; que son, la sostenibilidad e impacto del proyecto.

Los ingresos y beneficios serían, después de la terminación de la obra por boletería así:

AÑO     V.UNITARIO        CANTIDAD          V.TOTAL

     2015.      20.000.             388.000.            7.760.000.000

     2016.      21.000.              389.000.            8.169.000.000

     2017.      22.000.             390.000.            8.580.000.000

     2018.      23.000.             391.000.             8.993.000.000

     2019.      24.000.             392.000.            9.408.000.000

     2020.     25.000.             393.000.            9.825.000.000

Para un recaudo solo en boletería de:  $52.735.000.000, además del uso del espacio deportivo, medido en horas, en los mismos 6 años por un valor de $45.240.050.000. O sea, la suma total de $97.975.050.000.

Lo anterior, teniendo en cuenta que este sería el beneficio o ingreso que debería generar el estadio Armando Maestre Pavajeau, hasta el año 2020 que no se ha soportado por parte de la administración departamental.

La Contraloría General de la República en su Informe de Actuación Especial De Fiscalización At No 126 – 2021 en su 5to hallazgo manifestó: “Lo anteriormente anotado conduce a dar traslado de esta observación como parte del proceso de auditoria desarrollado por esta contraloría delegada con presunta connotación administrativa, disciplinaria y fiscal por valor de $97.975.050.000 en calidad de lucro cesante no percibido por el departamento del Cesar, esta observación y su respuesta será traslada a la Contraloría delegada competente”.

Y continúa: “El lucro cesante entendido como aquel perjuicio material que tiene como objeto un interés futuro, esto es, un interés sobre un bien o bienes que no se poseen antes de la ocurrencia del daño, pero que se habrían obtenido si este no hubiera ocurrido.

Es decir, el lucro cesante consiste en la pérdida de una ganancia, utilidad o beneficio económico esperado, como consecuencia del hecho dañoso producto, en este caso de un incumplimiento contractual o de una falla en la administración.

Corolario de lo últimamente expresado, para el departamento del Cesar la inversión de los Recursos del Sistema General de Regalías le generaría una retribución estimada en el costo o beneficio por los conceptos anotados, que, por la documentación aportada no se pudo determinar que así haya sucedido o este sucediendo. En consecuencia, la inversión de los recursos no ha generado impacto, sostenibilidad y beneficio esperado, es decir, no ha sido eficaz el proyecto”

Todos queremos a Valledupar y al departamento del Cesar con excelentes escenarios, pero no a costa de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) que son inmensas en nuestra región.

Ahora bien, vamos con el Centro de la Cultura de la Música Vallenata (CCMV), continuamos en el mismo viacrucis sobre su posible sostenibilidad en el tiempo.

Es un sueño caprichosamente bien intencionado, pero como todo lo de este gobierno, mal planificado y además estéticamente horrible a simple vista.

En un aparte de los estudios previos del contrato de obra manifiesta puntualmente que el plazo de ejecución del contrato es de 22 meses: “En este plazo el contratista deberá realizar todas y cada una de las intervenciones necesarias y suficientes sobre los estudios y diseños existentes para que se pueda construir la obra con la calidad requerida y sin traumatismos ni dilaciones por efectos de estudios y diseños. No habrá por lo tanto y de ninguna manera lugar a pago adicional”.

Pero esto ha sido una constante en los últimos 12 años, aquí la excepción se volvió regla general.

El exgobernador Monsalvo Gnecco dijo que el CCVM estaría a la par del museo Guggenheim en Bilbao, España. ¡Ojalá, pero no creo!

La problemática de sostenibilidad y el impacto del proyecto al tenor de la ley 1530 de 2012 en este tipo de inversiones, es fundamental.

En un artículo informó la empresa IDOM que: “El estudio de oferta y demanda estima un impacto económico de 34 mil millones de pesos colombianos al año para la ciudad, derivado en su mayor parte del consumo en alojamiento, restauración y compras de los visitantes y turistas foráneos que asistan a los eventos, congresos, convenciones y microferias que organice el centro”.

Esta cifra de 34 mil millones de beneficio anual, esperado para el CCMV es preocupante, teniendo en cuenta el antecedente con el lucro cesante que tuvo el estadio de Valledupar. ¡Amanecerá y veremos!

PUYA: En Antioquia hacen vaca para terminar las obras, aquí no terminan las obras, para comprar vacas.

Por Quintin Quintero