Omisiones o descuidos de alcances semánticos le pueden ocurrir hasta a un periodista de El Espectador.

Un sabor agridulce nos quedó al leer una nota publicada el pasado jueves 24 de abril en el periódico El Espectador, sobre los resultados de los ganadores de los Premios Nuestra Tierra 2025, debido a que, en la redacción, se refieren a la música vallenata un tanto de manera despectiva, o por lo menos eso es lo que parece.

La nota dice textualmente: “la ceremonia, que reunió a figuras consagradas y nuevas voces, destacó la diversidad de géneros y regiones presentes en el panorama sonoro nacional. Desde carranga, reguetón y música popular, hasta vallenato, pop y propuestas alternativas, los galardones se entregaron en 33 categorías que incluyeron reconocimientos al ‘Mejor artista global’, ‘Canción del año’ y ‘Mejor artista revelación’.

Queremos pensar que la expresión “hasta vallenato” no se utilizó con mala intención por parte del redactor, y a primera vista se torna inofensiva, pero es inevitable que en nuestra mente se forme un concepto en el que se revela algo más de lo que parece y no precisamente de algo positivo para nuestro folclor vallenato. Queda la sensación como si allí trataran de decir que nuestra música vallenata sería un relleno en dichos premios o no fuera realmente representativa de nuestra tierra colombiana.

Nosotros como amantes y propulsores de nuestra música vallenata no podemos dejar pasar por alto detalles como ese, sino todo lo contrario, debemos estar en permanente exaltación del vallenato como parte esencial del alma nacional y que con sobrados méritos fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Es necesario recordarles a todos, incluido(a) quien redactó la nota referida, que el vallenato ha sido, durante décadas, un vehículo de narración popular, memoria colectiva y expresión artística para millones de colombianos. Desde las leyendas iniciales del Magdalena Grande hasta las composiciones contemporáneas que siguen emocionando a nuevas generaciones.

Consideramos que decir “hasta vallenato” no es solo una falta de sensibilidad, es minimizar el valor cultural de una música que ha traspasado fronteras, que ha producido poetas de la talla de Leandro Díaz, Rosendo Romero, Gustavo Gutiérrez, entre otros, cronistas musicales como Rafael Escalona y voces inolvidables como la de Diomedes Díaz, Poncho Zuleta o Jorge Oñate. Es ignorar su impacto, su evolución y su contribución al patrimonio sonoro del país.

Tal vez por desconocimiento de la verdadera connotación de la música vallenata, el periodista o la periodista, al escribir esa frase no tuvo plena consciencia que esa clase de comentarios podrían estar revelando una visión elitista y centralista de la cultura, en la que ciertos géneros son considerados “superiores” mientras otros apenas son “tolerados”.

Debemos tener en cuenta que Colombia no es un solo ritmo. Es cumbia, salsa, rap, pop, bambuco, rock, reguetón, jazz… y sí, también vallenato. No “hasta” vallenato, sino con vallenato. Porque sin él, nuestra historia estaría incompleta y sin identidad propia.

Desde Valledupar, nuestra humilde sugerencia es que seamos cuidadosos y revisemos el uso del lenguaje. No olvidemos que las palabras construyen realidades y también pueden perpetuar prejuicios. Que esta sea una oportunidad para aprender, rectificar y, sobre todo, para celebrar con orgullo toda la riqueza musical de nuestro país, máxime cuando estamos en la víspera de la versión número 58 del Festival de la Leyenda Vallenata.

Ah, felicitaciones a Silvestre Dangond reconocido como Mejor Artista Vallenato, lo mismo que a Fonseca, ganador de la Mejor Canción Vallenata: ‘Canto a la vida’, en los Premios Nuestra Tierra 2025.
En la categoría folclor el Mejor Artista fue El Heredero y la mejor canción la suya, Coqueta, una carranga de influencia vallenata. El artista principal fue Carlos Vives con el galardón Leyenda de Nuestra Tierra. Felicitaciones.