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Editorial - 29 junio, 2022

Verdades para reflexionar

Una vez conocido el ‘Informe Final de la Verdad’, llega el momento de las reflexiones y valoraciones sobre lo que pasó y de lo que debe pasar de ahora en adelante con base en las experiencias vividas.

Boton Wpp

Una vez conocido el ‘Informe Final de la Verdad’, llega el momento de las reflexiones y valoraciones sobre lo que pasó y de lo que debe pasar de ahora en adelante con base en las experiencias vividas.


La primera reflexión comienza por el título mismo del informe “Hay futuro si hay verdad” esa debe ser una de las condiciones infaltables para construir confianza, solo con un alto grado de esclarecimiento de los hechos se puede lograr ese objetivo inicial.


Frente a todo lo que se viene ahora, es fundamental tener en cuenta toda esa serie de recomendaciones que hace la Comisión de la Verdad en el Informe Final. Su primer enunciado invita a implementar “una educación para la formación de sujetos que vivan en paz”, por ello pide al Gobierno nacional que, en el mediano plazo, a través del Ministerio de Educación y las secretarías de educación certificadas, realizar los ajustes normativos, institucionales y presupuestales necesarios para que el sistema educativo implemente una estrategia pertinente y efectiva para la consecución de ese propósito.


Pide además “revisar y ajustar las diferentes herramientas, programas, proyectos transversales, áreas de conocimiento con las que se pueden abordar los elementos de la transformación cultural propuestos, los cuales se relacionan con el reconocimiento y valoración de la igualdad de dignidades, así como de la diversidad, la pluralidad y la diferencia cultural, étnica, de género, política e ideológica”.


Otra tarea que se viene es la socialización de resultados de estos procesos para así lograr la comprensión de los impactos del conflicto armado y la visibilización de las resistencias.

Se plantea “el rechazo de la violencia, el cuidado de la vida; y el desarrollo de la capacidad de diálogo y deliberación”. Por ello se propone incluir las adaptaciones didácticas del informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición.


Deja claro el informe que el énfasis mayor es en el componente educativo y en consecuencia se requiere promover la formación y actualización profesional docente para brindarles las herramientas adecuadas, con perspectiva de acción sin daño, para desarrollar los contenidos y orientaciones relacionados con la transformación propuesta al final de esta primera parte del proceso.

En ese mismo sentido se debe “acompañar y consolidar las redes de maestros, estudiantes, directivos docentes y educadores no formales, así como las pedagogías 888 comunitarias y comunidades de aprendizaje que se han conformado en torno a temas como la convivencia, la promoción de los derechos humanos, la paz, la memoria y la verdad”.


Otra recomendación es la de garantizar la presencia de orientadores en las instituciones educativas para que estas aborden adecuadamente enfoques como el de derechos humanos, género y derechos de las mujeres. En síntesis, estamos ante otro proceso que apenas comienza.

Editorial
29 junio, 2022

Verdades para reflexionar

Una vez conocido el ‘Informe Final de la Verdad’, llega el momento de las reflexiones y valoraciones sobre lo que pasó y de lo que debe pasar de ahora en adelante con base en las experiencias vividas.


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Una vez conocido el ‘Informe Final de la Verdad’, llega el momento de las reflexiones y valoraciones sobre lo que pasó y de lo que debe pasar de ahora en adelante con base en las experiencias vividas.


La primera reflexión comienza por el título mismo del informe “Hay futuro si hay verdad” esa debe ser una de las condiciones infaltables para construir confianza, solo con un alto grado de esclarecimiento de los hechos se puede lograr ese objetivo inicial.


Frente a todo lo que se viene ahora, es fundamental tener en cuenta toda esa serie de recomendaciones que hace la Comisión de la Verdad en el Informe Final. Su primer enunciado invita a implementar “una educación para la formación de sujetos que vivan en paz”, por ello pide al Gobierno nacional que, en el mediano plazo, a través del Ministerio de Educación y las secretarías de educación certificadas, realizar los ajustes normativos, institucionales y presupuestales necesarios para que el sistema educativo implemente una estrategia pertinente y efectiva para la consecución de ese propósito.


Pide además “revisar y ajustar las diferentes herramientas, programas, proyectos transversales, áreas de conocimiento con las que se pueden abordar los elementos de la transformación cultural propuestos, los cuales se relacionan con el reconocimiento y valoración de la igualdad de dignidades, así como de la diversidad, la pluralidad y la diferencia cultural, étnica, de género, política e ideológica”.


Otra tarea que se viene es la socialización de resultados de estos procesos para así lograr la comprensión de los impactos del conflicto armado y la visibilización de las resistencias.

Se plantea “el rechazo de la violencia, el cuidado de la vida; y el desarrollo de la capacidad de diálogo y deliberación”. Por ello se propone incluir las adaptaciones didácticas del informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición.


Deja claro el informe que el énfasis mayor es en el componente educativo y en consecuencia se requiere promover la formación y actualización profesional docente para brindarles las herramientas adecuadas, con perspectiva de acción sin daño, para desarrollar los contenidos y orientaciones relacionados con la transformación propuesta al final de esta primera parte del proceso.

En ese mismo sentido se debe “acompañar y consolidar las redes de maestros, estudiantes, directivos docentes y educadores no formales, así como las pedagogías 888 comunitarias y comunidades de aprendizaje que se han conformado en torno a temas como la convivencia, la promoción de los derechos humanos, la paz, la memoria y la verdad”.


Otra recomendación es la de garantizar la presencia de orientadores en las instituciones educativas para que estas aborden adecuadamente enfoques como el de derechos humanos, género y derechos de las mujeres. En síntesis, estamos ante otro proceso que apenas comienza.