¿Le ha pasado que después de un sancocho trifásico, una butifarra con buen limón y picante o un arroz de lisa siente como si tuviera una piedra en la barriga? Comer sin control es un gusto que todos quieren tener pero que no todos pueden darse y esto pasa porque algunos alimentos y sus combinaciones generan la ‘dispepsia’ o como comúnmente se conoce la ‘indigestión’.
Esta afección del sistema digestivo varía dependiendo del organismo de cada persona y de cómo su cuerpo reacciona a ciertos alimentos, hábitos o condiciones médicas. Los síntomas más comunes son pesadez o dolor en la boca del estómago, un ardor que sube hasta la garganta, eructos constantes y olorosos, hinchazón y gases que te hacen sentir como una foca, náuseas o ganas de devolver que pueden provocar sustos y una acidez que no deja charlar tranquilo.
¿Qué causa la indigestión?
Entre las causas más comunes de la indigestión están comer demasiado rápido, el exceso de fritos y picantes, como los chicharrones y empanadas, tomar mucha gaseosa o cerveza helada con la comida, sobre todo si va con fritos; el estrés y el “corre corre” del día a día, que hace que comas tensionado y el estómago se cierra.
Además, cosas que parecen inofensivas como la famosa “cenita” a las 10 de la noche y directo a la cama, provocan afecciones fuertes. Comer tarde y acostarse enseguida es un camino seguro a la indigestión.
Pero entonces ¿qué puedo hacer?
Para este problema que no deja disfrutar de una buena comida nada mejor que las recetas y recomendaciones comprobadas por el conocimiento médico y la sabiduría de las abuelas:
10 minutos después de comer el agua de panela con limón tibia calma la acidez, ya que el limón neutraliza el ácido estomacal, la panela suaviza el efecto del limón y el agua tibia facilita la digestión.
También se puede masticar un pedazo de jengibre fresco o tomarlo en té, puesto que ayuda a que la comida pase más rápido al intestino y tiene propiedades antiinflamatorias que calman la hinchazón y gases.
La manzanilla o el anís estrellado son una buena opción. El anís ayuda a liberar los gases y relaja los músculos del intestino y la manzanilla calma la irritación del estómago y quita los cólicos.
Por otro lado, la sábila es mágica; desinflama la mucosa del estómago y del intestino, protege la pared gástrica y el esófago, reduce la acidez y el reflujo y ayuda a descomponer mejor los alimentos. Basta con solo tomar una cucharadita pura o en jugo.
Pero mejorar la indigestión también depende de sí mismo, por eso después de comer se recomienda caminar 10-15 minutos, comer más despacio y masticar varias veces cada bocado, evitar la ropa muy apretada, cenar ligero, respetar los horarios de comida y no acostarse hasta 2-3 horas después de haber comido porque la indigestión se previene comiendo con calma, disfrutando cada bocado y sin exceso.











