EL VALLENATO

Historias y canciones vallenatas sobre el diablo, las brujas y lo sobrenatural 

El folclor vallenato ha integrado en sus relatos musicales leyendas de duelos con el diablo, brujas y apariciones sobrenaturales que forman parte de la memoria popular del Caribe colombiano.

Representación artística del imaginario sobrenatural en el folclor vallenato. Foto: Ilustración generada por inteligencia artificial.

Representación artística del imaginario sobrenatural en el folclor vallenato. Foto: Ilustración generada por inteligencia artificial.

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Por: Said Armenta

La música vallenata es un epicentro de relatos de toda índole, en la que a través de sus letras se han narrado historias de amor, desamor, tragedias, cotidianidades y, por supuesto, la sobrenaturalidad también ha tenido su espacio.

Esta música nació como crónica cantada, como una forma de explicar lo inexplicable; como esa herramienta comunicativa usada por los juglares que se desplazaban de pueblo en pueblo, narrando todo tipo de información a través del canto. En ese universo rural donde la religión y la superstición han convivido, lo sobrenatural encontró protagonismo.

Los imaginarios y cotidianidades propias de las creencias populares ejercieron como mecanismo de corrección para los niños desobedientes, a quienes se les enseñaba a comportarse a través de la implantación del miedo con amenazas de ser raptados por entidades sobrehumanas de no obedecer a sus mayores.

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Estas creencias y formas de corrección no quedaron únicamente en la oralidad cotidiana, sino que se trasladaron también a los relatos musicales, donde nacieron leyendas y nuevos mitos que hoy enriquecen el folclor vallenato.

Francisco El Hombre, el vencedor del diablo

Dentro del inmenso universo vallenato, la leyenda de Francisco El Hombre es una de las más populares y que se ha mantenido a través del tiempo. Su contienda con el diablo, en uno de sus rutinarios viajes propios de la juglaría, mientras le sacaba melodías a su acordeón bajo la guía de la luna y el espesor de la noche, presenció las melodías sobrenaturales de un acordeón que desafiaba las suyas.

Como todo buen acordeonero y la intriga que lo invadía, se dirigió sobre el lomo de su burro a ver de dónde provenían las misteriosas notas de ese acordeón tan bien ejecutado que evidenciaba ser tocado por un ser sobrenatural. Al encontrarse con el intérprete de tales melodías, supo de inmediato que se trataba del diablo, que lo estaba desafiando a un duelo musical.

Luego de la dura batalla y al verse casi derrotado, Francisco interpretó el credo al revés, con el cual conseguiría la victoria. Es a partir de allí que nace la leyenda del gran Francisco El Hombre, el juglar que fue capaz de derrocar al maligno con su acordeón.

Andrés Montufar: el juglar derrotado por una bruja

Quizás una leyenda no tan conocida en comparación con la de Francisco El Hombre, la de Andrés Montufar también contiene un componente sobrenatural. El acordeonero y juglar oriundo de Valencia de Jesús, tuvo la osadía de ofender a las mujeres del pueblo de Los Venados, Cesar, cuando en una parranda el acordeonero, bajo los efectos del alcohol, lanzó unos versos ofensivos para las mujeres de aquel pueblo.

Montufar no contaba con la suerte de que en medio de la parranda se encontraba la bruja de más pergaminos de toda la región, Dolores Escalona, quien al escuchar las palabras de Montufar sintió tal ofensa y de inmediato buscó vengarse.

Según refiere el libro ‘Cultura Vallenata: origen, teorías y pruebas’ de Tomás Darío Gutiérrez, los versos del acordeonero decían:
En el mundo pasan cosas, que con mi vista las veo, las mujeres de Los Venados, se hacen el bien con el deo”.

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En medio de su euforia producto de los tragos, Montufar no se percató de la presencia de la bruja Dolores, quien le envió un trago hechizado con una exsuegra del acordeonero, quien recibió el trago y lo ingirió sin ningún problema. Dicha bebida marcaría el final de su existencia, pues al día siguiente amaneció moribundo producto de la bebida.

Luego de varios días de agonía, un búho llegó hasta la parte alta de un árbol y, volando con una serpiente entre sus garras, se la dejó caer a Montufar mientras emitía fuertes carcajadas, poniéndole fin a la vida de aquel juglar quien, a diferencia de Francisco El Hombre, no pudo ganarle la batalla al maligno.

Canciones que narran sucesos sobrenaturales

Las canciones vallenatas también narran historias sobrenaturales, como lo hemos mencionado.
La obra de Hernando Marín, “La bola de candela”, es un claro ejemplo de un relato musical que cuenta la historia de un ganadero avaricioso que hace un pacto con el diablo, al cual le ofrece entregarle a su mejor trabajador cada año a cambio de abundancia y prosperidad.

Hasta que un día, el maligno se cansó de recibir solo trabajadores y, furioso, en forma de bola de candela, se apareció en la finca Convención, preguntando por Jorge Dangond, con quien él había hecho el trato. Manifestó que ya no quería trabajadores, sino gente “de esas que tantas abundaban por ahí”, a lo que Dangond respondió que le entregaría a su primo Rodrigo Lacouture. Pero el diablo se negó a recibirlo por ser “vividor”, exigiendo mejor que le entregara a otro primo.

Otra de las canciones que recogen esta relación entre el hombre y el mal es “Encuentro con el diablo”, interpretada por los Hermanos Zuleta. En ella se narra la historia de un hombre que, en medio de la noche, se encuentra cara a cara con el diablo, quien lo tienta y lo reta, tal como ocurrió en la leyenda de Francisco El Hombre.

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El relato musical conserva ese mismo tono de misterio propio de las historias contadas en los pueblos.
En la canción, el diablo no solo representa el mal, sino también la tentación y la curiosidad del ser humano por desafiar lo desconocido.

La canción “Las Brujas”, de Otto Serge, recoge uno de los temores más antiguos de nuestra cultura caribe: las mujeres que por las noches se convierten en seres sobrenaturales y salen a volar entre los techos de los pueblos.

Un tema muy común en las conversaciones de los mayores.
En el relato musical, las brujas aparecen riendo, danzando y haciendo travesuras, mostrando que su presencia no siempre es maligna, sino que forma parte del equilibrio entre lo humano y lo espiritual.
Es una historia que mezcla lo real con lo fantástico, donde las supersticiones populares terminan convertidas en versos vallenatos que mantienen vivas esas creencias.

Alejo Durán, intérprete de “El Perro Negro”, muestra cómo esta es una de esas composiciones que reflejan el castigo sobrenatural como parte del destino del hombre. La canción cuenta la historia de un perro negro que aparece de la nada y persigue a su víctima sin descanso, símbolo de culpa o de pacto incumplido.

En muchos pueblos se dice que quien ve un perro negro a medianoche está viendo un alma en pena o un enviado del diablo. Alejo Durán, con su manera sencilla de contar las cosas, transforma ese miedo popular en un relato musical.

La lista de canciones puede ser extensa, entre las que también se encuentra “La Llorona Loca”, otra obra que pasó del relato cotidiano de los abuelos al campo musical vallenato.

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