Un joven vallenato hizo parte de la delegación colombiana que viajó a Estambul, Turquía, a participar del Octavo Festival del Pan de la Paz.
Un joven vallenato hizo parte de la delegación colombiana que viajó a Estambul, Turquía, a participar del Octavo Festival del Pan de la Paz, donde asisten representantes de varias naciones de Suramérica para pregonar el sentido de paz que debería de haber en el mundo a través de la música, entendiendo que es un vehículo que puede influenciar la mente de las personas.
Se trata de Andrés David Jaimes Caamaño, quien tiene 13 años, estudia sexto grado en el colegio Andrés Escobar del barrio Villa Haidith y vive en la segunda etapa de las torres de Nando Marín. Él es integrante de la fundación Batuta en Valledupar, donde le enseñaron canto, a ejecutar la flauta y nociones de percusiones menores.
Al comentar sobre su experiencia en el país soberano intercontinental ubicado en Asia y Europa, Jaimes Caamaño aseveró que “fue motivo de gran alegría y sorpresa ser llamado para un evento tan importante como éste. Sueño con aprender más de la música y conocer muchos lugares dando a conocer el folclor de la región”.
Según explicó el músico y coordinador musical de la fundación Batuta en Valledupar y Codazzi, Samuel Cano Arbeláez, el gobierno de Turquía invitó a seis jóvenes de la fundación en toda Colombia con todos los gastos pagos. “Los muchachos que viajaron están en un proceso musical básico e intermedio. Después están en la capacidad de entrar a procesos de mayor nivel: sinfónico, de bandas o a nivel profesional”, acotó.
Sobre la fundación
La Fundación Batuta nació en Valledupar desde el 2004. Al principio fue financiado por Acción Social, luego por el Departamento de la Prosperidad Social y ahora por el Ministerio de Cultura. Tiene varias sedes: colegio Consuelo Araújo Noguera, en los 450 Años; el colegio Ricardo González, en el barrio La Nevada; en el salón comunal de las torres de Nando Marín y en el colegio Nelson Mandela, de Nando Marín.
Cano Arbeláez manifestó que atienden de manera gratuita a 280 niños entre los seis a 15 años, en el marco de un programa que se llama Música para la Reconciliación. “Los beneficiarios, donde se prioriza a los desplazados y población vulnerable, tienen acceso a instrumentos musicales, material pedagógico y clases. Reciben cinco horas semanales de clase; dos horas de coro y tres horas de ensamble (percusión, placa, flauta) “, puntualizó.
Un joven vallenato hizo parte de la delegación colombiana que viajó a Estambul, Turquía, a participar del Octavo Festival del Pan de la Paz.
Un joven vallenato hizo parte de la delegación colombiana que viajó a Estambul, Turquía, a participar del Octavo Festival del Pan de la Paz, donde asisten representantes de varias naciones de Suramérica para pregonar el sentido de paz que debería de haber en el mundo a través de la música, entendiendo que es un vehículo que puede influenciar la mente de las personas.
Se trata de Andrés David Jaimes Caamaño, quien tiene 13 años, estudia sexto grado en el colegio Andrés Escobar del barrio Villa Haidith y vive en la segunda etapa de las torres de Nando Marín. Él es integrante de la fundación Batuta en Valledupar, donde le enseñaron canto, a ejecutar la flauta y nociones de percusiones menores.
Al comentar sobre su experiencia en el país soberano intercontinental ubicado en Asia y Europa, Jaimes Caamaño aseveró que “fue motivo de gran alegría y sorpresa ser llamado para un evento tan importante como éste. Sueño con aprender más de la música y conocer muchos lugares dando a conocer el folclor de la región”.
Según explicó el músico y coordinador musical de la fundación Batuta en Valledupar y Codazzi, Samuel Cano Arbeláez, el gobierno de Turquía invitó a seis jóvenes de la fundación en toda Colombia con todos los gastos pagos. “Los muchachos que viajaron están en un proceso musical básico e intermedio. Después están en la capacidad de entrar a procesos de mayor nivel: sinfónico, de bandas o a nivel profesional”, acotó.
Sobre la fundación
La Fundación Batuta nació en Valledupar desde el 2004. Al principio fue financiado por Acción Social, luego por el Departamento de la Prosperidad Social y ahora por el Ministerio de Cultura. Tiene varias sedes: colegio Consuelo Araújo Noguera, en los 450 Años; el colegio Ricardo González, en el barrio La Nevada; en el salón comunal de las torres de Nando Marín y en el colegio Nelson Mandela, de Nando Marín.
Cano Arbeláez manifestó que atienden de manera gratuita a 280 niños entre los seis a 15 años, en el marco de un programa que se llama Música para la Reconciliación. “Los beneficiarios, donde se prioriza a los desplazados y población vulnerable, tienen acceso a instrumentos musicales, material pedagógico y clases. Reciben cinco horas semanales de clase; dos horas de coro y tres horas de ensamble (percusión, placa, flauta) “, puntualizó.