Heridos, retenidos y “desaparecidos” son las consecuencias del enfrentamiento entre un sector del pueblo arhuaco de la zona oriental y una comunidad kankuama que reside en esa misma zona por el predio Monte Sión, ubicado en zona rural de Valledupar en donde el pasado lunes, 28 de abril, un grupo de arhuacos ingresaron al terreno y destruyeron las viviendas de alrededor de 100 kankuamos desplazados.
En medio del enfrentamiento, 20 personas de la etnia kankuama, entre ellos algunos niños, habían sido retenidos como parte de estos hechos de violencia en donde las comunidades han utilizado hasta machetes para agredirse. Por lo anterior, las secretarías de Gobierno y Seguridad de Valledupar acompañados por la Policía Metropolitana de Valledupar y el Ministerior Público, se desplazaron hasta este predio ubicado en inmediaciones de Sabana Crespo para mediar en este conflicto y por la liberación de las personas retenidas.
“Gracias a la intervención de las secretarías de Gobierno y Seguridad, acompañadas por la Policía Metropolitana de Valledupar y el Ministerio Público, en el territorio de Sabana Crespo se liberaron 20 personas de la etnia kankuama, quienes se encontraban retenidos. Entre ellos algunos niños”, informó el alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco.
Agregó que se realizó un corredor humanitario y se entabló un diálogo con ambas comunidades. En ese sentido, se acordó una reunión entre autoridades kankuamas y arhuacas para darle solución a esta problemática que nace por la compra y asentamiento humano en el predio Monte Sión.
Los hechos
La mañana del pasado lunes, 28 de abril, la comunidad kankuama de Valledupar denunció la invasión de más de 500 personas de la etnia arhuaca en el predio Monte Sión, ubicado en zona rural de Valledupar. Los “invasores” causaron daños a viviendas, centros comunitarios, entre otras estructuras en las que vivían más de 100 indígenas kankuamos desplazados.
“Nosotros compramos la parcela a un civil con recursos propios hace tres años y a raíz de eso surgió un conflicto con los arhuacos asentados en zonas cercanas porque dijeron que esos predios no podían comprarse, que tenían que ser compartidos porque eso era de una comunidad arhuaca”, contó al diario EL PILÓN un miembro de la comunidad kankuama que prefirió omitir su nombre.
Ante estos hechos, José Samuel Villafañe, miembro del pueblo arhuaco que está asentado en la zona oriental del resguardo de esta etnia, manifestó que el predio donde residen los kankuamos no es para habitar: es una zona de pagamento del pueblo arhuaco y que los kankuamos la utilizarían como zona recuperación, acuerdo que presuntamente fue incumplido porque edificaron viviendas en el predio.
Agregó que, por tal motivo, en ejercicio de su autoridad sobre el territorio procedieron a derribar las viviendas y demás estructuras construidas en el predio. “Se habló con ellos de que se iba a ver cómo sería el manejo en ese terreno. Solo podían tener unas personas vigilando el predio, no viviendo ahí y eso lo incumplieron”, puntualizó Villafañe.
Por Redacción El PILÓN











