Valledupar del futuro: ¿Cumpliremos los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el 2030?
¿Cómo será la Valledupar del 2030? Según las proyecciones del Dane, la capital del Cesar alcanzaría los 605.000 habitantes.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible tienen como primera fecha ‘límite’ el 2030. Para ese año, las ciudades deben haber avanzado en la erradicación de la pobreza y la desigualdad, optimización de servicios públicos, trabajo decente, innovación, entre otros temas.
Aterrizando los objetivos, ¿cómo será la Valledupar del 2030? Según las proyecciones del Dane, la capital del Cesar alcanzaría los 605.000 habitantes, un crecimiento de 47.000 habitantes frente a la población del 2023.
Para cumplir todos esos objetivos, como sociedad, Valledupar tiene grandes desafíos. En materia de empleo, por ejemplo, en marzo de 2023 fue la cuarta ciudad con el mayor porcentaje (16 %). Sin embargo, hay un problema mayor: la fragilidad de la economía local, dominada por la informalidad.
Datos del Dane marcan que el 63 % de los trabajadores están en la informalidad, sin las condiciones necesarias de lo que se considera un empleo digno.
POCA INNOVACIÓN
Junto al objetivo de Empleo decente aparece el de Industria, innovación e infraestructura. En este punto la ciudad se ‘raja’. Según el Índice de Competitividad de Ciudades, Valledupar obtiene una calificación de 4,17 sobre 10, principalmente por falencias en materia de instituciones, educación superior, entorno para los negocios, infraestructura, transporte aéreo, entre otros puntos.
ERRADICAR LA POBREZA
Por otro lado, el desafío corre por sacar a más de 285.000 personas de la pobreza monetaria antes del 2030, eso es el 51 % de la población. La capital del departamento es la cuarta en porcentaje de pobreza en Colombia, según el Dane.
En cuanto al objetivo de hambre cero, la Encuesta de Pulso Social confirmó que el 40 % de las personas que viven en Valledupar no consumen las 3 comidas al día. Lo que es peor: cerca de 2.146 hogares consumen solo una comida por día.
Todos estos retos deben marcar la agenda de los líderes que gobiernen la capital mundial del vallenato en los próximos años. Si no hay una ruta, no habrá una meta como ciudad.
Por Deivis Caro