Es notable la falta de liderazgo político y social en la ejecución de la Ruta del Sol 3, esa que se predica del gobernante, en su orden, nacional, departamental o municipal, que no le importa que la obra quede a medias en su respectiva circunscripción. Sino lidera el presidente o ministro de Transporte, que conforman el Gobierno nacional, que es el responsable principal porque contrató la obra y debe velar por su cabal servicio; y tampoco se pellizcan el gobernador ni los alcaldes, que son los representantes del pueblo beneficiado, actuando de manera proactiva, convocando, requiriendo, decidiendo, va quedando, de saldo final, la desidia y la desilusión de la sociedad.

Solo queda esperar que continúen sus esfuerzos misionales el personero y el defensor del pueblo. Que la Contraloría General de la República, que estuvo tan activa, desde el año 2016, insistiendo en la reactivación de los trabajos paralizados y el pago de las deudas del concesionario con las comunidades, le ponga todo el interés al asunto (que anuncia un grave detrimento fiscal al construirse variantes sin función social) podría ser una buena noticia.

Desde EL PILÓN insistimos ante el gobierno de Iván Duque y la ANI, que se pudiera inaugurar íntegra la doble calzada Valledupar- Bosconia, identificado como el tramo 8 de Ruta del Sol 3, y a pesar de los esfuerzos del contratista el mal manejo de los asuntos sociales, más los efectos del lluvioso invierno, convirtieron la ruta en un lodazal de problemas, un ocho caracterizado porque se avanza, se toman las curvas y se vuelve al mismo punto de indefinición.

Es un despilfarro que el tramo 8, de una autopista, vía rápida de estándares internacionales, que vale hoy 800.000 millones de pesos, en sus 200 kilómetros que suman sus dos calzadas, incluyendo las variantes de Bosconia y el acceso a Valledupar, sea interrumpida por la incapacidad de satisfacer, de negociar razonablemente, o de responder con buenos argumentos a pretensiones exageradas, a las comunidades de corregimientos del municipio de Valledupar (Valencia, Aguas Blancas, Caracolí) y de algunas familias indígenas yukpas acodadas sobre la variante recién construida de Bosconia.

No hay quien articule, invite a las partes a superar las diferencias. Si el gobernador no apareció le pedimos al alcalde Valledupar que lo haga en su jurisdicción en esos corregimientos. Que el alcalde de Bosconia haga lo propio.

Es insólito que cuando la obra prácticamente se ha terminado una docena de familias yukpas, que provienen de la serranía de Perijá, que nunca estuvieron ahí, quizá sí unos dos años atrás, ahora, más de 10 años después, exijan una ‘consulta previa’, bloqueen el anillo circunvalar de Bosconia y el Ministerio del Interior, ante el lógico reclamo de la concesionaria, haya concedido esa exigencia. ¡Y nadie dice nada! Tampoco, siendo una emergencia, se actúa para un traslado rápido y justo. Ese interés menor de los que bloquean, que es además penalizado, ¿debe prevalecer sobre el interés general de miles y millones que deben transitar la vía con rapidez y seguridad? ¿Quién nos saca de este ocho y le pone el cascabel al gato?