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Crónica - 8 diciembre, 2018

Una luz de amor y reconciliación que se enciende cada año

La de hoy es una festividad celebrada tradicionalmente por la Iglesia católica, pero muchas personas que aún desconocen el origen y fundamento de esta fecha también encienden las velas, un acto que propicia la unión de las familias.

La imagen de la Imnaculada Concepción de la Virgen María recorrerá esta noche algunas calles del centro de Valledupar.
La imagen de la Imnaculada Concepción de la Virgen María recorrerá esta noche algunas calles del centro de Valledupar.

El frío que produce la brisa decembrina en la madrugada de estos días crea el ambiente propicio para que la luz de las velas se enciendan con fuerza y el fuego que producen las mismas se ondee ante la mirada de quienes fielmente interrumpen su sueño para dar vida en el seno de sus hogares a esta tradición que data del año 1854.

Aunque ya ha pasado mucho tiempo desde entonces, la celebración del Día de las Velitas, como es conocida popularmente, es el preámbulo ideal para abrir la puerta a los festejos de Navidad. A partir de hoy se marca una fecha que junto con la noche del 24 de diciembre y el Año Nuevo provoca que familias y amigos se reúnan en un ambiente en el que abundan más allá de las cosas materiales, los sentimientos de amor, perdón y reconciliación.

Pero a partir de la madrugada de hoy se ilumina, como está concebido desde la tradición cristiana católica, el camino para recibir a María. Precisamente es a ella y su Inmaculada Concepción quien trae la luz del mundo, trae a Cristo.

Cada ocho de diciembre se recuerda entonces la madrugada en que tras una larga vigilia durante la cual se encendieron las luces por la oscuridad de la noche, el papa Pío Nono o también conocido como Pío IX declaró el dogma de la santísima Virgen María, según explicó Doriam Rocha, sacerdote de la Parroquia Inmaculada Concepción, ubicada en el corazón de Valledupar y que es la más antigua de la capital del Cesar.

De acuerdo con el párroco, aunque a mediados del siglo XX con el papa Pío Nono fue declarado oficialmente para el mundo entero esta fecha, antes de declararse el dogma aproximadamente en el siglo XV en países como España y Francia ya se celebraba la fiesta de la Inmaculada también el ocho de diciembre.

Precisamente los cristianos católicos celebran el dogma de la Inmaculada Concepción, el cual quiere decir que María fue preservada antes, durante y después, que no tiene mancha de pecado, que no hay macula.

Desde su declaración en el 1854 dio vía libre a este como un acto de fe, en el cual la Iglesia la certificó como madre y maestra.

A partir de entonces se ha conservado como un símbolo de unidad familiar, de esperanza y de fe. Con el tiempo se ha destacado como una de las más grandes celebraciones de fin de año en la que incluso familias que no son católicas encienden las luces como parte de una tradición.

Sobre esto Rocha recordó que anteriormente muchos tenían esta celebración de las luces, se levantaban con los más pequeños y se podía observar en plena madrugada un espectáculo porque en todas las terrazas había luces.

Una imagen que contrasta en gran medida con lo que se vive en la actualidad ya que ha disminuido este acto porque más personas han ido investigando al respecto. Mientras en otros casos se ha dejado un poco de lado la celebración.

Aunque, como enfatizó el párroco, no se trata tanto de una fiesta mariana, se trata más bien de reconocer que Cristo es la luz que ilumina nuestras vidas y que como él mismo lo ha dicho: “Soy la luz, el que me sigue no camina en tinieblas sino que tiene la luz de la vida”.

Entonces, destacó el presbítero: “La que nos trajo esa luz, ese sol que nace en lo alto, ha sido la santísima Virgen María a quien Dios preservó desde la eternidad como su madre y como nuestra madre y nosotros la acogemos en nuestros hogares todos los ocho de diciembre”.

En Colombia esta celebración tiene unos arraigos muy profundos y la que más fuerza denota es justamente la que marca la fiesta de fin de año en la madrugada de este ocho de diciembre.

ACTIVIDADES:

En medio de esta fecha, en la parroquia que lleva el mismo nombre de la celebración de hoy y que dirige Rocha tuvieron nueve días de fiestas en los que contaron con la presencia de distintos sacerdotes con temas particulares en cada eucarística durante las que se vio una participación grande de fieles.

Ayer por la noche hicieron una eucaristía para bendecir los cirios que se iban a encender en esta madrugada del ocho de diciembre.

Además está prevista durante la mañana una eucaristía en la que exorcizarán los sacramentales; el agua y el aceite, para que la gente pueda utilizarlos en las casas, cortar con cualquier acechanza proveniente del maligno y que puedan recibir la presencia de Dios a través de su santísima madre la Virgen María.

“Estamos animando a que no dejemos perder, porque hoy en día el paganismo nos está robando tradiciones preciosas, de una fiesta de vivir en armonía, de compartir en unidad familiar, donde se nos anima en la fe y la esperanza, por otras tantas cosas comerciales”, manifestó el sacerdote, quien señaló el hecho de que esta celebración también se ha convertido en algo comercial.

Por esto durante todo el día estarán dedicados a las actividades que resaltan este importante día. De hecho a las cinco de la mañana tuvieron una alborada musical con una serenata en honor de la santísima Virgen María a la que se sumaron comunidades de toda la ciudad.

Se llevarán a cabo los sacramentos para 84 niños que por primera vez reciben la eucaristía. A las once el Obispo celebrará la misa mayor.

A las cinco de la tarde hay una eucaristía especial con dos signos: el primero bendecir a todos los vientres y matrimonios que por cualquier dificultad no han podido tener hijos. Van a pedir entonces a Dios que conceda esa gracia a quienes desean tenerlos. Lo segundo, que sane la herida que haya en cualquier mujer que haya sufrido una pérdida o un aborto y harán por tercera vez en la vida ministerial de Rocha, el bautismo de los no nacidos.

La noche será de antorchas con una procesión, con una imagen original de la santísima Virgen María. Van a peregrinar entonces para mostrarle a Dios que caminan hacia el encuentro con él y saldrán con faroles recorriendo algunas calles del centro histórico para decir que Dios bendice a Valledupar.

“Que puedan vivir esta fiesta en armonía, en unidad familiar, si ha habido alguna diferencia a lo largo del año que puedan aprovechar esta fiesta para pedir perdón para aprovechar el máximo tiempo con esos seres”, agregó Rocha como mensaje para la comunidad.

Crónica
8 diciembre, 2018

Una luz de amor y reconciliación que se enciende cada año

La de hoy es una festividad celebrada tradicionalmente por la Iglesia católica, pero muchas personas que aún desconocen el origen y fundamento de esta fecha también encienden las velas, un acto que propicia la unión de las familias.


La imagen de la Imnaculada Concepción de la Virgen María recorrerá esta noche algunas calles del centro de Valledupar.
La imagen de la Imnaculada Concepción de la Virgen María recorrerá esta noche algunas calles del centro de Valledupar.

El frío que produce la brisa decembrina en la madrugada de estos días crea el ambiente propicio para que la luz de las velas se enciendan con fuerza y el fuego que producen las mismas se ondee ante la mirada de quienes fielmente interrumpen su sueño para dar vida en el seno de sus hogares a esta tradición que data del año 1854.

Aunque ya ha pasado mucho tiempo desde entonces, la celebración del Día de las Velitas, como es conocida popularmente, es el preámbulo ideal para abrir la puerta a los festejos de Navidad. A partir de hoy se marca una fecha que junto con la noche del 24 de diciembre y el Año Nuevo provoca que familias y amigos se reúnan en un ambiente en el que abundan más allá de las cosas materiales, los sentimientos de amor, perdón y reconciliación.

Pero a partir de la madrugada de hoy se ilumina, como está concebido desde la tradición cristiana católica, el camino para recibir a María. Precisamente es a ella y su Inmaculada Concepción quien trae la luz del mundo, trae a Cristo.

Cada ocho de diciembre se recuerda entonces la madrugada en que tras una larga vigilia durante la cual se encendieron las luces por la oscuridad de la noche, el papa Pío Nono o también conocido como Pío IX declaró el dogma de la santísima Virgen María, según explicó Doriam Rocha, sacerdote de la Parroquia Inmaculada Concepción, ubicada en el corazón de Valledupar y que es la más antigua de la capital del Cesar.

De acuerdo con el párroco, aunque a mediados del siglo XX con el papa Pío Nono fue declarado oficialmente para el mundo entero esta fecha, antes de declararse el dogma aproximadamente en el siglo XV en países como España y Francia ya se celebraba la fiesta de la Inmaculada también el ocho de diciembre.

Precisamente los cristianos católicos celebran el dogma de la Inmaculada Concepción, el cual quiere decir que María fue preservada antes, durante y después, que no tiene mancha de pecado, que no hay macula.

Desde su declaración en el 1854 dio vía libre a este como un acto de fe, en el cual la Iglesia la certificó como madre y maestra.

A partir de entonces se ha conservado como un símbolo de unidad familiar, de esperanza y de fe. Con el tiempo se ha destacado como una de las más grandes celebraciones de fin de año en la que incluso familias que no son católicas encienden las luces como parte de una tradición.

Sobre esto Rocha recordó que anteriormente muchos tenían esta celebración de las luces, se levantaban con los más pequeños y se podía observar en plena madrugada un espectáculo porque en todas las terrazas había luces.

Una imagen que contrasta en gran medida con lo que se vive en la actualidad ya que ha disminuido este acto porque más personas han ido investigando al respecto. Mientras en otros casos se ha dejado un poco de lado la celebración.

Aunque, como enfatizó el párroco, no se trata tanto de una fiesta mariana, se trata más bien de reconocer que Cristo es la luz que ilumina nuestras vidas y que como él mismo lo ha dicho: “Soy la luz, el que me sigue no camina en tinieblas sino que tiene la luz de la vida”.

Entonces, destacó el presbítero: “La que nos trajo esa luz, ese sol que nace en lo alto, ha sido la santísima Virgen María a quien Dios preservó desde la eternidad como su madre y como nuestra madre y nosotros la acogemos en nuestros hogares todos los ocho de diciembre”.

En Colombia esta celebración tiene unos arraigos muy profundos y la que más fuerza denota es justamente la que marca la fiesta de fin de año en la madrugada de este ocho de diciembre.

ACTIVIDADES:

En medio de esta fecha, en la parroquia que lleva el mismo nombre de la celebración de hoy y que dirige Rocha tuvieron nueve días de fiestas en los que contaron con la presencia de distintos sacerdotes con temas particulares en cada eucarística durante las que se vio una participación grande de fieles.

Ayer por la noche hicieron una eucaristía para bendecir los cirios que se iban a encender en esta madrugada del ocho de diciembre.

Además está prevista durante la mañana una eucaristía en la que exorcizarán los sacramentales; el agua y el aceite, para que la gente pueda utilizarlos en las casas, cortar con cualquier acechanza proveniente del maligno y que puedan recibir la presencia de Dios a través de su santísima madre la Virgen María.

“Estamos animando a que no dejemos perder, porque hoy en día el paganismo nos está robando tradiciones preciosas, de una fiesta de vivir en armonía, de compartir en unidad familiar, donde se nos anima en la fe y la esperanza, por otras tantas cosas comerciales”, manifestó el sacerdote, quien señaló el hecho de que esta celebración también se ha convertido en algo comercial.

Por esto durante todo el día estarán dedicados a las actividades que resaltan este importante día. De hecho a las cinco de la mañana tuvieron una alborada musical con una serenata en honor de la santísima Virgen María a la que se sumaron comunidades de toda la ciudad.

Se llevarán a cabo los sacramentos para 84 niños que por primera vez reciben la eucaristía. A las once el Obispo celebrará la misa mayor.

A las cinco de la tarde hay una eucaristía especial con dos signos: el primero bendecir a todos los vientres y matrimonios que por cualquier dificultad no han podido tener hijos. Van a pedir entonces a Dios que conceda esa gracia a quienes desean tenerlos. Lo segundo, que sane la herida que haya en cualquier mujer que haya sufrido una pérdida o un aborto y harán por tercera vez en la vida ministerial de Rocha, el bautismo de los no nacidos.

La noche será de antorchas con una procesión, con una imagen original de la santísima Virgen María. Van a peregrinar entonces para mostrarle a Dios que caminan hacia el encuentro con él y saldrán con faroles recorriendo algunas calles del centro histórico para decir que Dios bendice a Valledupar.

“Que puedan vivir esta fiesta en armonía, en unidad familiar, si ha habido alguna diferencia a lo largo del año que puedan aprovechar esta fiesta para pedir perdón para aprovechar el máximo tiempo con esos seres”, agregó Rocha como mensaje para la comunidad.