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Cultura - 20 mayo, 2014

Una casa al servicio del arte

Caminar por el Museo Casa Celso Castro, se convierte en un recorrido en el que fácilmente se recuerda la historia de Valledupar y los personajes que dieron creación a la ciudad de los Santos Reyes.

Joner Rojano comparte su obra al lado de las que expone el maestro Celso Castro. EL PILÓN / Daniel Ramírez.
Joner Rojano comparte su obra al lado de las que expone el maestro Celso Castro. EL PILÓN / Daniel Ramírez.
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Como incentivo para mostrar una de las casas más antiguas y llenas de historias de Valledupar ubicada a un costado de la emblemática Plaza Alfonso López, Los maestros Joner Rojano y Celso Castro, se dieron a la tarea de recuperarla y llenarla de arte a través de pinturas y esculturas, que guardan parte de la historia de la ciudad.

Este cúmulo de muestras de arte, lo enmarcaron en la exposición que lleva por nombre ‘Que me vieron en el Novalito pasear’, estrofa de la canción de Diomedes Díaz ‘La Reina’, aprovechando el homenaje que se le realizó el pasado Festival Vallenato y que sirvió como plataforma para que propios y turistas se interesen un poco más por las historias vallenatas.

Cuatro muestras de arte adornan el Museo Casa Celso Castro; la obra de los maestros Celso Castro y Joner Rojano, la historia fotográfica que coleccionó Pepe Castro y una muestra arqueológica principalmente de la cultura Tayrona y de otros grupos indígenas que el maestro Celso ha recopilado durante muchos años.

Pero también hay una quinta muestra que representa la mística y magia que guarda la casa considerada patrimonio intangible de la humanidad. Por eso de esta emblemática casa se aprovecharon bien los espacios; las puertas y ventanas dan paso a la historia y los mitos, involucrando las obras contemporáneas haciendo del recurrido en ella una experiencia mágica.

Pero la Casa Museo Celso Castro, también guarda en sus salas la historia de la familia Castro. Objetos recuperados por el maestro Ceso Castro en sus viajes por Europa y Estados Unidos también adornan cada espacio con una intención particular, tocando la mente de los visitantes y dándole un sentido a esta estructura colonial que en su momento estuvo abandonada.

En el recorrido por sus espacios no pasa desapercibida la obra del maestro Joner Rojano, una obra enmarcada dentro del movimiento expresionista alemán que capta los gestos de las cosas. Se destacada principalmente por manejar toda la paleta de colores en sus cuadros que se enfocan en los autorretratos de las damas más distinguidas de la ciudad.

Los movimientos definen su obra, por eso maneja en detalle las posturas y las formas en las que sus modelos logran extraer cada uno de sus trazos haciendo de su trabajo un conjunto de sentimientos en los que Joner expone sus sentimientos.

El Museo Casa Celso Castro, se convierte de esa manera en un encuentro con los recuerdos de antaño que dieron paso a la historia de la ciudad de los Santos Reyes. Es también una cita con la historia, con las nostalgias y sentimientos que representa una de las casas más antiguas de la ciudad en la reposan, sin duda, algunos de los acontecimientos más importante de Valledupar.

Por Ximena Becerra

Cultura
20 mayo, 2014

Una casa al servicio del arte

Caminar por el Museo Casa Celso Castro, se convierte en un recorrido en el que fácilmente se recuerda la historia de Valledupar y los personajes que dieron creación a la ciudad de los Santos Reyes.


Joner Rojano comparte su obra al lado de las que expone el maestro Celso Castro. EL PILÓN / Daniel Ramírez.
Joner Rojano comparte su obra al lado de las que expone el maestro Celso Castro. EL PILÓN / Daniel Ramírez.
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Como incentivo para mostrar una de las casas más antiguas y llenas de historias de Valledupar ubicada a un costado de la emblemática Plaza Alfonso López, Los maestros Joner Rojano y Celso Castro, se dieron a la tarea de recuperarla y llenarla de arte a través de pinturas y esculturas, que guardan parte de la historia de la ciudad.

Este cúmulo de muestras de arte, lo enmarcaron en la exposición que lleva por nombre ‘Que me vieron en el Novalito pasear’, estrofa de la canción de Diomedes Díaz ‘La Reina’, aprovechando el homenaje que se le realizó el pasado Festival Vallenato y que sirvió como plataforma para que propios y turistas se interesen un poco más por las historias vallenatas.

Cuatro muestras de arte adornan el Museo Casa Celso Castro; la obra de los maestros Celso Castro y Joner Rojano, la historia fotográfica que coleccionó Pepe Castro y una muestra arqueológica principalmente de la cultura Tayrona y de otros grupos indígenas que el maestro Celso ha recopilado durante muchos años.

Pero también hay una quinta muestra que representa la mística y magia que guarda la casa considerada patrimonio intangible de la humanidad. Por eso de esta emblemática casa se aprovecharon bien los espacios; las puertas y ventanas dan paso a la historia y los mitos, involucrando las obras contemporáneas haciendo del recurrido en ella una experiencia mágica.

Pero la Casa Museo Celso Castro, también guarda en sus salas la historia de la familia Castro. Objetos recuperados por el maestro Ceso Castro en sus viajes por Europa y Estados Unidos también adornan cada espacio con una intención particular, tocando la mente de los visitantes y dándole un sentido a esta estructura colonial que en su momento estuvo abandonada.

En el recorrido por sus espacios no pasa desapercibida la obra del maestro Joner Rojano, una obra enmarcada dentro del movimiento expresionista alemán que capta los gestos de las cosas. Se destacada principalmente por manejar toda la paleta de colores en sus cuadros que se enfocan en los autorretratos de las damas más distinguidas de la ciudad.

Los movimientos definen su obra, por eso maneja en detalle las posturas y las formas en las que sus modelos logran extraer cada uno de sus trazos haciendo de su trabajo un conjunto de sentimientos en los que Joner expone sus sentimientos.

El Museo Casa Celso Castro, se convierte de esa manera en un encuentro con los recuerdos de antaño que dieron paso a la historia de la ciudad de los Santos Reyes. Es también una cita con la historia, con las nostalgias y sentimientos que representa una de las casas más antiguas de la ciudad en la reposan, sin duda, algunos de los acontecimientos más importante de Valledupar.

Por Ximena Becerra