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Entrevista - 22 febrero, 2015

Un oficio con sentido social

Se les ha llamado farmaceutas, droguistas, boticarios o el señor de la farmacia, son el asidero cuando el médico no está a la mano, cuando no se consigue un turno o simplemente cuando confiamos en que lo que tenemos se soluciona con la consulta a un experto. Hablamos con uno que ya es emblemático en […]

Boton Wpp

Se les ha llamado farmaceutas, droguistas, boticarios o el señor de la farmacia, son el asidero cuando el médico no está a la mano, cuando no se consigue un turno o simplemente cuando confiamos en que lo que tenemos se soluciona con la consulta a un experto. Hablamos con uno que ya es emblemático en la ciudad: Johnnys José Nieves Ballestero.

La costumbre es antigua, muy antigua: consultar al farmaceuta sobre qué medicina, para cualquier padecimiento, nos puede sentar bien. En la historia muchos medicamentos los preparaba el mismo farmaceuta, eran personas que sabían mucho sobre el tema. Hoy eso de consultar en una botica no se da nada más en los pueblos o veredas, también en las grandes ciudades, y hay confianza en el señor de la farmacia como estamos acostumbrados a decirle.

Estando en una de las principales y más antiguas droguerías de la ciudad, me llamó la atención el flujo de gente de condiciones disimiles que preguntaban, compraban o salían con una recomendación, además la atención de Johnnys, así como le dice todo el mundo y a quien consultan los otros compañeros, por sus conocimientos, toda vez que es graduado en Regencia de Farmacia en la UNAD y lleva un poco más de treinta años en el oficio que le gusta; entablé una conversación con él:

El PILÓN: ¿Por qué consultan tanto aquí?
Jhonnys José Nieves Ballestero: Por la saturación que hay en los sitios de salud, lleva mucho tiempo pedir una cita en las EPS y el dolor no espera.

EP: ¿Quiénes son los que más consultan?
JJNB: Gente de toda clase, pero más las de estrato medio y bajo.

EP: ¿Qué mal es el que más los trae aquí?
JJNB: Principalmente los dolores, la carga de analgésicos que se vende es muy alta, más ahora cuando prolifera toda clase de virus, pero siempre se quejan por algún dolor. También las molestias del colon son objeto de consultas.

EP: ¿No es delicado recetar si no se sabe si es de gravedad lo que aqueja al que consulta?
JJNB: Tenemos mucho cuidado: primero le preguntamos y si vemos que lo que describe puede revestir una gravedad, lo aconsejamos que vaya al médico o en casos como una presión arterial muy alta, que se vaya para urgencias.

EP: ¿Si alguien viene con una fórmula de un médico y no le alcanza el dinero, no les da pesar que se vaya con las manos vacías?
JJNB: Quiero dejar claro que los médicos están obligados, por denominación internacional a indicar el principio activo, de suerte que el paciente lleve el medicamento genérico, que le surte el mismo efecto. También aquí nos acomodamos a las capacidades económicas del enfermo.

EP: ¿Cómo?
JJNB: Por ejemplo, viene un señor de la tercera edad, sin un peso y necesita su medicina, con los compañeros reunimos el dinero y se la compramos. Muchas veces nos toca ayudar, entre los compañeros, incluso a jóvenes.
(Hace una pausa como pensando si me revela o no un secreto. Algo que nunca imaginé que ocurría, y que lo reconforta a uno con la vida. Por fin lo dice: “Tenemos benefactores, personas pudientes que se han apuntado aquí para que las llamemos cuando tengamos casos de gente que no pueden pagar sus medicamentos y ellas corren con los gastos. Siempre nos recuerdan que tengamos en cuenta: que tu mano izquierda no sepa lo que da tu derecha”)

Mucha ansiedad
Jonnys tiene una charla agradable, sabe como el que más su oficio, trabaja doce horas diarias y saca tiempo para disfrutar de su familia: su esposa Noris Castro; Jonnys, de 23 años, quien ya entró en el oficio de farmacéutico; José Ángel, estudia diseño gráfico; Angélica María, estudiante de bachillerato. Y le brillan los ojos cuando me dice y ‘mis grandes tesoros,’ las nietas: Alejandra y Ashley.

EP: Luego de 30 años de trabajo, puedes detectar, además de los dolores, qué es lo que más aqueja a los vallenatos?
JJNB: La ansiedad, vienen mucho por ansiolíticos, hay mucha depresión, tanto en jóvenes como en mayores.

EP: ¿Y los formulan?
JJNB: La norma nos lo prohíbe, no solo formularlas sino venderlas sin autorización médica. Los sicotrópicos son medicamentos de control especial, eso lo maneja el Fondo Rotatorio Nacional de Medicamentos. Es más, todos los medicamentos se deben vender bajo fórmula médica, a no ser que sean OTC (sigla en inglés) algo así como despacho en el mostrador.

EP: Valledupar es una ciudad alegre, ¿por qué será que hay tanta depresión?
JJNB: Bueno ese es un tema para los sicólogos o psiquiatras, que además hacen falta en esta ciudad son muy pocos los que hay y se les debe pedir a ellos que les brinden el tiempo necesario a esos que sufren enfermedades tan complicadas.

EP: ¿Cómo ve la salud en general?
JJNB: Muy manipulada por las EPS, y por algunos médicos. Ejemplo: algunos dermatólogos, se han convertido en prescriptores solo de medicinas de sus droguerías, la ley no los priva de ello, son libres de hacerlo, pero no creo que sea ético. De otra parte, falta educación para el pueblo, enseñar que la prevención es básica, para tener una buena salud.

EP: ¿Cómo ve el campo farmacéutico de esta ciudad?
JJNB: Hay una explosión de droguerías. No se puede ver un rincón vacío que enseguida se monta una farmacia con empleados que no están capacitados y en algunos casos que nunca han trabajado. A este trabajo hay que darle la seriedad que merece, es la salud la que está en juego.

EP: ¿Alguna vez ha venido un médico a consultar?
JJNB: Se ríe, parece increíble que se haga esa pregunta) Sí, varios jovencitos, que están comenzando; una vez vino uno, omito el nombre, y me preguntó “¿qué es los mejor que ofrece para una amigdalitis?”, le dije y compró el medicamento.

Jhonnys, sigue su trabajo diario con el mismo o más amor que el primer día, siempre con una sonrisa y, no lo niega, con una sensibilidad a flor de piel, tanto que muchas veces ha llegado hasta las lágrimas cuando ve un anciano abandonado tanteando las paredes y mostradores de la farmacia en búsqueda de un remedio que lo alivie. El trabajo de Jhonnys de muchos de nuestros farmacéuticos serios y comprensivos de la ciudad, merece respeto, reconocimiento, eso es hacer patria.

Por Mary Daza Orozco

Entrevista
22 febrero, 2015

Un oficio con sentido social

Se les ha llamado farmaceutas, droguistas, boticarios o el señor de la farmacia, son el asidero cuando el médico no está a la mano, cuando no se consigue un turno o simplemente cuando confiamos en que lo que tenemos se soluciona con la consulta a un experto. Hablamos con uno que ya es emblemático en […]


Boton Wpp

Se les ha llamado farmaceutas, droguistas, boticarios o el señor de la farmacia, son el asidero cuando el médico no está a la mano, cuando no se consigue un turno o simplemente cuando confiamos en que lo que tenemos se soluciona con la consulta a un experto. Hablamos con uno que ya es emblemático en la ciudad: Johnnys José Nieves Ballestero.

La costumbre es antigua, muy antigua: consultar al farmaceuta sobre qué medicina, para cualquier padecimiento, nos puede sentar bien. En la historia muchos medicamentos los preparaba el mismo farmaceuta, eran personas que sabían mucho sobre el tema. Hoy eso de consultar en una botica no se da nada más en los pueblos o veredas, también en las grandes ciudades, y hay confianza en el señor de la farmacia como estamos acostumbrados a decirle.

Estando en una de las principales y más antiguas droguerías de la ciudad, me llamó la atención el flujo de gente de condiciones disimiles que preguntaban, compraban o salían con una recomendación, además la atención de Johnnys, así como le dice todo el mundo y a quien consultan los otros compañeros, por sus conocimientos, toda vez que es graduado en Regencia de Farmacia en la UNAD y lleva un poco más de treinta años en el oficio que le gusta; entablé una conversación con él:

El PILÓN: ¿Por qué consultan tanto aquí?
Jhonnys José Nieves Ballestero: Por la saturación que hay en los sitios de salud, lleva mucho tiempo pedir una cita en las EPS y el dolor no espera.

EP: ¿Quiénes son los que más consultan?
JJNB: Gente de toda clase, pero más las de estrato medio y bajo.

EP: ¿Qué mal es el que más los trae aquí?
JJNB: Principalmente los dolores, la carga de analgésicos que se vende es muy alta, más ahora cuando prolifera toda clase de virus, pero siempre se quejan por algún dolor. También las molestias del colon son objeto de consultas.

EP: ¿No es delicado recetar si no se sabe si es de gravedad lo que aqueja al que consulta?
JJNB: Tenemos mucho cuidado: primero le preguntamos y si vemos que lo que describe puede revestir una gravedad, lo aconsejamos que vaya al médico o en casos como una presión arterial muy alta, que se vaya para urgencias.

EP: ¿Si alguien viene con una fórmula de un médico y no le alcanza el dinero, no les da pesar que se vaya con las manos vacías?
JJNB: Quiero dejar claro que los médicos están obligados, por denominación internacional a indicar el principio activo, de suerte que el paciente lleve el medicamento genérico, que le surte el mismo efecto. También aquí nos acomodamos a las capacidades económicas del enfermo.

EP: ¿Cómo?
JJNB: Por ejemplo, viene un señor de la tercera edad, sin un peso y necesita su medicina, con los compañeros reunimos el dinero y se la compramos. Muchas veces nos toca ayudar, entre los compañeros, incluso a jóvenes.
(Hace una pausa como pensando si me revela o no un secreto. Algo que nunca imaginé que ocurría, y que lo reconforta a uno con la vida. Por fin lo dice: “Tenemos benefactores, personas pudientes que se han apuntado aquí para que las llamemos cuando tengamos casos de gente que no pueden pagar sus medicamentos y ellas corren con los gastos. Siempre nos recuerdan que tengamos en cuenta: que tu mano izquierda no sepa lo que da tu derecha”)

Mucha ansiedad
Jonnys tiene una charla agradable, sabe como el que más su oficio, trabaja doce horas diarias y saca tiempo para disfrutar de su familia: su esposa Noris Castro; Jonnys, de 23 años, quien ya entró en el oficio de farmacéutico; José Ángel, estudia diseño gráfico; Angélica María, estudiante de bachillerato. Y le brillan los ojos cuando me dice y ‘mis grandes tesoros,’ las nietas: Alejandra y Ashley.

EP: Luego de 30 años de trabajo, puedes detectar, además de los dolores, qué es lo que más aqueja a los vallenatos?
JJNB: La ansiedad, vienen mucho por ansiolíticos, hay mucha depresión, tanto en jóvenes como en mayores.

EP: ¿Y los formulan?
JJNB: La norma nos lo prohíbe, no solo formularlas sino venderlas sin autorización médica. Los sicotrópicos son medicamentos de control especial, eso lo maneja el Fondo Rotatorio Nacional de Medicamentos. Es más, todos los medicamentos se deben vender bajo fórmula médica, a no ser que sean OTC (sigla en inglés) algo así como despacho en el mostrador.

EP: Valledupar es una ciudad alegre, ¿por qué será que hay tanta depresión?
JJNB: Bueno ese es un tema para los sicólogos o psiquiatras, que además hacen falta en esta ciudad son muy pocos los que hay y se les debe pedir a ellos que les brinden el tiempo necesario a esos que sufren enfermedades tan complicadas.

EP: ¿Cómo ve la salud en general?
JJNB: Muy manipulada por las EPS, y por algunos médicos. Ejemplo: algunos dermatólogos, se han convertido en prescriptores solo de medicinas de sus droguerías, la ley no los priva de ello, son libres de hacerlo, pero no creo que sea ético. De otra parte, falta educación para el pueblo, enseñar que la prevención es básica, para tener una buena salud.

EP: ¿Cómo ve el campo farmacéutico de esta ciudad?
JJNB: Hay una explosión de droguerías. No se puede ver un rincón vacío que enseguida se monta una farmacia con empleados que no están capacitados y en algunos casos que nunca han trabajado. A este trabajo hay que darle la seriedad que merece, es la salud la que está en juego.

EP: ¿Alguna vez ha venido un médico a consultar?
JJNB: Se ríe, parece increíble que se haga esa pregunta) Sí, varios jovencitos, que están comenzando; una vez vino uno, omito el nombre, y me preguntó “¿qué es los mejor que ofrece para una amigdalitis?”, le dije y compró el medicamento.

Jhonnys, sigue su trabajo diario con el mismo o más amor que el primer día, siempre con una sonrisa y, no lo niega, con una sensibilidad a flor de piel, tanto que muchas veces ha llegado hasta las lágrimas cuando ve un anciano abandonado tanteando las paredes y mostradores de la farmacia en búsqueda de un remedio que lo alivie. El trabajo de Jhonnys de muchos de nuestros farmacéuticos serios y comprensivos de la ciudad, merece respeto, reconocimiento, eso es hacer patria.

Por Mary Daza Orozco