En una ciudad lejana llamada Aguas Blancas vivían unas niñas llamadas Úrsula y Eugenia.
En una ciudad lejana llamada Aguas Blancas vivían unas niñas llamadas Úrsula y Eugenia.
Ellas no se conocían pero tenían el mismo problema, les hacían Bull ying por su nombre.
Un día ellas llegaron a clases y sus compañeros las estaban tratando mal, ellas se fueron corriendo para el baño y allá se encontraron y se miraban con mucha curiosidad una a la otra y entonces dijo Úrsula:
Eugenia:
Úrsula:
Eugenia
Úrsula
Eugenia
Ellas volvieron al salón de clases muy juntas pero el Bull ying fue peor, esta vez no se fueron corriendo pero estaban muy tristes y desanimadas.
Al día siguiente, se encontraron en la escuela cada una un poco desanimada pero igual se tenían confianza una a la otra; ese mismo día en el descanso unos niños mayores se estaban burlando y ellas no pudieron aguantar, ya cansadas buscaron opciones para solucionar su problema.
Ellas decidieron hablar con los profesores y psicóloga, y ellos actuaron dándoles charlas a sus compañeros, enseñándoles qué es el respeto y cómo pueden aplicarlo.
Desde ese día Úrsula y Eugenia aprendieron que es mejor decir lo que piensan que quedarse calladas, ahora tienen muchos amigos y la mayoría le hacían Bull ying, pero ya no tienen este problema.
Fin
Autor: Angielina Rumbo Rodríguez – I.E. CASD
En una ciudad lejana llamada Aguas Blancas vivían unas niñas llamadas Úrsula y Eugenia.
En una ciudad lejana llamada Aguas Blancas vivían unas niñas llamadas Úrsula y Eugenia.
Ellas no se conocían pero tenían el mismo problema, les hacían Bull ying por su nombre.
Un día ellas llegaron a clases y sus compañeros las estaban tratando mal, ellas se fueron corriendo para el baño y allá se encontraron y se miraban con mucha curiosidad una a la otra y entonces dijo Úrsula:
Eugenia:
Úrsula:
Eugenia
Úrsula
Eugenia
Ellas volvieron al salón de clases muy juntas pero el Bull ying fue peor, esta vez no se fueron corriendo pero estaban muy tristes y desanimadas.
Al día siguiente, se encontraron en la escuela cada una un poco desanimada pero igual se tenían confianza una a la otra; ese mismo día en el descanso unos niños mayores se estaban burlando y ellas no pudieron aguantar, ya cansadas buscaron opciones para solucionar su problema.
Ellas decidieron hablar con los profesores y psicóloga, y ellos actuaron dándoles charlas a sus compañeros, enseñándoles qué es el respeto y cómo pueden aplicarlo.
Desde ese día Úrsula y Eugenia aprendieron que es mejor decir lo que piensan que quedarse calladas, ahora tienen muchos amigos y la mayoría le hacían Bull ying, pero ya no tienen este problema.
Fin
Autor: Angielina Rumbo Rodríguez – I.E. CASD