El hijo del compositor y poeta, Gustavo Gutiérrez Cabello y la periodista, Lolita Acosta Maestre, nunca tuvo inclinaciones musicales. Era un joven estudioso, inteligente e introvertido.
Por Abdel Martínez Pérez
[email protected]
En medio de la tristeza, y escenas conmovedoras de dolor, se dio el último adiós al joven estudiante universitario, Jaime Daniel Gutiérrez Acosta, de 20 años, quien fue hallado muerto debajo de un puente, en el área rural del municipio de Cáqueza, Cundinamarca.
Este joven era considerado como una de las grandes promesas y figura que tenía el Cesar por su capacidad intelectual e inteligencia y visión futurista.
Familiares, amigos, allegados y conocidos de los padres del joven, se acercaron a la vivienda de la comunicadora social, Lolita Acosta Maestre localizada en el barrio Novalito al norte de Valledupar, donde fue velado el cuerpo sin vida de Jaime Daniel, para acompañar en el dolor que embarga a los familiares de este muchacho, estudiante de noveno semestre de arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia, con sede en Bogotá.
El féretro fue trasladado en la mañana de ayer hasta su tierra natal para, en horas de la tarde, darle el último adiós hasta el Cementerio Jardines del Ecce Homo, luego de los oficios religiosos que se llevaron a cabo en la Iglesia Tres Avemarías de Valledupar.
La temprana partida del universitario, fue muy sentida en los estamentos sociales de la capital del Cesar, que destacaron las calidades y cualidades de Jaime Daniel quien, por su intelecto a escasos 20 años, ya estaba próximo a concluir su carrera profesional, en la mejor universidad de Colombia, donde ingresó con honores y estuvo repuntando entre los mejores estudiantes del claustro universitario.
Así lo recuerda
Gustavo Gutiérrez Cabello, habló sobre su hijo y dijo: “Jaime Daniel, tenía casi las mismas características mías: era un joven inteligente, brillante, sencillo, humilde, introvertido, muy callado, dedicado a sus estudios; en él su humildad era lo que más lo caracterizaba, era muy aficionado al computador, al Internet, era un gran cibernauta”.
Agregó que cinco días antes de su muerte, había dialogado con él por teléfono y le había anunciado que se reencontrarían en Valledupar en vacaciones, una vez superaran el cese académico, además de que le pidió excusas por no haber podido acompañarlo en los actos de homenaje del pasado Festival de la Leyenda Vallenata, que fue en su honor.
Era un cineasta tesonero, no le gustaba el licor y no se inclinó por el arte musical, como su padre.
Eliana Villarroel Acosta, hermana de Jaime Daniel indicó: “para mí, era mi ‘pechi, mi pechiche’, estuve muy cerca de él, yo era quien lo atendía y lo lidié cuando mi mamá por alguna circunstancia, debía salir de Valledupar por razones de seguridad. Mi hermano, era un joven callado, muy inteligente y con visión futurista.”
Por su parte, José Manuel Acosta Maestre, manifestó: “mi sobrino era un joven muy talentoso, sereno, dedicado, responsable de su deber, estudioso e inteligente y, pese a ser hijo de un destacado músico, no tenía tendencia musical, nunca se inclinó por seguirle los pasos a su papá”.
El historiador y escritor Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, expresó: “era un joven sumamente extraordinario, lo sé, porque una de mis hijas, que estudió con él, me comentaba sobre su vida. Era una persona fuera de serie, talentoso, un gran estudiante; tanto en el bachillerato en el Colegio Gimnasio del Norte y luego en la Universidad, era de una condición muy parecida a la de su papá, Gustavo, muy tímido, callado y sobre todo muy humilde.
El hijo del compositor y poeta, Gustavo Gutiérrez Cabello y la periodista, Lolita Acosta Maestre, nunca tuvo inclinaciones musicales. Era un joven estudioso, inteligente e introvertido.
Por Abdel Martínez Pérez
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En medio de la tristeza, y escenas conmovedoras de dolor, se dio el último adiós al joven estudiante universitario, Jaime Daniel Gutiérrez Acosta, de 20 años, quien fue hallado muerto debajo de un puente, en el área rural del municipio de Cáqueza, Cundinamarca.
Este joven era considerado como una de las grandes promesas y figura que tenía el Cesar por su capacidad intelectual e inteligencia y visión futurista.
Familiares, amigos, allegados y conocidos de los padres del joven, se acercaron a la vivienda de la comunicadora social, Lolita Acosta Maestre localizada en el barrio Novalito al norte de Valledupar, donde fue velado el cuerpo sin vida de Jaime Daniel, para acompañar en el dolor que embarga a los familiares de este muchacho, estudiante de noveno semestre de arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia, con sede en Bogotá.
El féretro fue trasladado en la mañana de ayer hasta su tierra natal para, en horas de la tarde, darle el último adiós hasta el Cementerio Jardines del Ecce Homo, luego de los oficios religiosos que se llevaron a cabo en la Iglesia Tres Avemarías de Valledupar.
La temprana partida del universitario, fue muy sentida en los estamentos sociales de la capital del Cesar, que destacaron las calidades y cualidades de Jaime Daniel quien, por su intelecto a escasos 20 años, ya estaba próximo a concluir su carrera profesional, en la mejor universidad de Colombia, donde ingresó con honores y estuvo repuntando entre los mejores estudiantes del claustro universitario.
Así lo recuerda
Gustavo Gutiérrez Cabello, habló sobre su hijo y dijo: “Jaime Daniel, tenía casi las mismas características mías: era un joven inteligente, brillante, sencillo, humilde, introvertido, muy callado, dedicado a sus estudios; en él su humildad era lo que más lo caracterizaba, era muy aficionado al computador, al Internet, era un gran cibernauta”.
Agregó que cinco días antes de su muerte, había dialogado con él por teléfono y le había anunciado que se reencontrarían en Valledupar en vacaciones, una vez superaran el cese académico, además de que le pidió excusas por no haber podido acompañarlo en los actos de homenaje del pasado Festival de la Leyenda Vallenata, que fue en su honor.
Era un cineasta tesonero, no le gustaba el licor y no se inclinó por el arte musical, como su padre.
Eliana Villarroel Acosta, hermana de Jaime Daniel indicó: “para mí, era mi ‘pechi, mi pechiche’, estuve muy cerca de él, yo era quien lo atendía y lo lidié cuando mi mamá por alguna circunstancia, debía salir de Valledupar por razones de seguridad. Mi hermano, era un joven callado, muy inteligente y con visión futurista.”
Por su parte, José Manuel Acosta Maestre, manifestó: “mi sobrino era un joven muy talentoso, sereno, dedicado, responsable de su deber, estudioso e inteligente y, pese a ser hijo de un destacado músico, no tenía tendencia musical, nunca se inclinó por seguirle los pasos a su papá”.
El historiador y escritor Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, expresó: “era un joven sumamente extraordinario, lo sé, porque una de mis hijas, que estudió con él, me comentaba sobre su vida. Era una persona fuera de serie, talentoso, un gran estudiante; tanto en el bachillerato en el Colegio Gimnasio del Norte y luego en la Universidad, era de una condición muy parecida a la de su papá, Gustavo, muy tímido, callado y sobre todo muy humilde.