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Editorial - 16 septiembre, 2024

Tras 25 años, un crimen periodístico que sigue impune

Este lunes 16 de septiembre se cumplieron 25 años del crimen cometido en Valledupar contra el periodista Guzmán Quintero Torres, quien en el momento de su asesinato se desempeñaba como jefe de redacción de EL PILÓN.

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Este lunes 16 de septiembre se cumplieron 25 años del crimen cometido en Valledupar contra el periodista Guzmán Quintero Torres, quien en el momento de su asesinato se desempeñaba como jefe de redacción de EL PILÓN.

Ese horrible crimen en la actualidad sigue impune, pese a las diversas y largas investigaciones durante estos 25 años, las autoridades aún no han podido establecer quién o quiénes fueron los autores intelectuales de ese asesinato, como tampoco los reales culpables materiales, hubo dos capturas y posteriormente dos condenados como los responsables de llevar a cabo el hecho, pero distintas versiones aseguran que los dos judicializados no fueron en realidad los asesinos de Quintero Torres.

Hasta el momento lo único que se ha logrado es la declaratoria de lesa humanidad del crimen de Guzmán Quintero y por ello las investigaciones no han prescrito, ni preinscribirán, eso hace pensar que se podría albergar la esperanza de que en algún momento se conozca la realidad de ese hecho violento.

No obstante, han pasado cinco años desde el momento que se logró la declaratoria de lesa humanidad y nada nuevo se ha conocido al respecto, según aseguran los familiares del periodista inmolado. No ha habido, justicia, reparación y mucho menos esclarecimiento de la verdad.

Este crimen demuestra una vez más la fragilidad de la justicia en Colombia, paralelo a ello es también una clara demostración de la falta de libertad de prensa en nuestro país. La muerte de Guzmán, como la de muchos otros periodistas, simboliza la lucha por la verdad en un entorno de violencia e impunidad, su caso sigue siendo un doloroso recordatorio de la falta de garantía frente al respeto de los derechos fundamentales en nuestro país.
Guzmán Quintero Torres fue un periodista comprometido con la verdad, con denunciar la corrupción y las violaciones a los derechos humanos. Su valentía le costó la vida, pero su legado persiste en la memoria de quienes valoran el periodismo como una pieza clave para el ejercicio de una democracia auténtica.

El Círculo de Periodistas de Valledupar, CPV, los distintos medios de comunicación y la sociedad civil nos debemos declarar alarmados porque después de 25 años su crimen sigue sin resolverse, eso es una evidencia más de la falta de voluntad o capacidad del Estado para brindar justicia a quienes se atreven a cuestionar el poder.

Es inadmisible que, dos décadas después, las investigaciones no hayan dado resultados concretos. Esto no solo envía un mensaje de indiferencia a la familia y colegas de Quintero, sino que también perpetúa un clima de temor para los periodistas que siguen ejerciendo su labor en regiones peligrosas. La impunidad en su caso no es solo una falla de la justicia, sino un atentado contra la libertad de expresión en todo su conjunto.
Ese largo tiempo transcurrido nos obliga exigirle a la justicia colombiana que tome este caso como una prioridad, es una necesidad esclarecer los hechos y castigar a los responsables y de esa manera se enviaría un mensaje contundente de que el crimen contra periodistas no será tolerado. La verdad y la justicia no pueden seguir siendo silenciadas. La memoria de Guzmán Quintero Torres pide a gritos un compromiso real para poner fin a la impunidad.

Editorial
16 septiembre, 2024

Tras 25 años, un crimen periodístico que sigue impune

Este lunes 16 de septiembre se cumplieron 25 años del crimen cometido en Valledupar contra el periodista Guzmán Quintero Torres, quien en el momento de su asesinato se desempeñaba como jefe de redacción de EL PILÓN.


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Este lunes 16 de septiembre se cumplieron 25 años del crimen cometido en Valledupar contra el periodista Guzmán Quintero Torres, quien en el momento de su asesinato se desempeñaba como jefe de redacción de EL PILÓN.

Ese horrible crimen en la actualidad sigue impune, pese a las diversas y largas investigaciones durante estos 25 años, las autoridades aún no han podido establecer quién o quiénes fueron los autores intelectuales de ese asesinato, como tampoco los reales culpables materiales, hubo dos capturas y posteriormente dos condenados como los responsables de llevar a cabo el hecho, pero distintas versiones aseguran que los dos judicializados no fueron en realidad los asesinos de Quintero Torres.

Hasta el momento lo único que se ha logrado es la declaratoria de lesa humanidad del crimen de Guzmán Quintero y por ello las investigaciones no han prescrito, ni preinscribirán, eso hace pensar que se podría albergar la esperanza de que en algún momento se conozca la realidad de ese hecho violento.

No obstante, han pasado cinco años desde el momento que se logró la declaratoria de lesa humanidad y nada nuevo se ha conocido al respecto, según aseguran los familiares del periodista inmolado. No ha habido, justicia, reparación y mucho menos esclarecimiento de la verdad.

Este crimen demuestra una vez más la fragilidad de la justicia en Colombia, paralelo a ello es también una clara demostración de la falta de libertad de prensa en nuestro país. La muerte de Guzmán, como la de muchos otros periodistas, simboliza la lucha por la verdad en un entorno de violencia e impunidad, su caso sigue siendo un doloroso recordatorio de la falta de garantía frente al respeto de los derechos fundamentales en nuestro país.
Guzmán Quintero Torres fue un periodista comprometido con la verdad, con denunciar la corrupción y las violaciones a los derechos humanos. Su valentía le costó la vida, pero su legado persiste en la memoria de quienes valoran el periodismo como una pieza clave para el ejercicio de una democracia auténtica.

El Círculo de Periodistas de Valledupar, CPV, los distintos medios de comunicación y la sociedad civil nos debemos declarar alarmados porque después de 25 años su crimen sigue sin resolverse, eso es una evidencia más de la falta de voluntad o capacidad del Estado para brindar justicia a quienes se atreven a cuestionar el poder.

Es inadmisible que, dos décadas después, las investigaciones no hayan dado resultados concretos. Esto no solo envía un mensaje de indiferencia a la familia y colegas de Quintero, sino que también perpetúa un clima de temor para los periodistas que siguen ejerciendo su labor en regiones peligrosas. La impunidad en su caso no es solo una falla de la justicia, sino un atentado contra la libertad de expresión en todo su conjunto.
Ese largo tiempo transcurrido nos obliga exigirle a la justicia colombiana que tome este caso como una prioridad, es una necesidad esclarecer los hechos y castigar a los responsables y de esa manera se enviaría un mensaje contundente de que el crimen contra periodistas no será tolerado. La verdad y la justicia no pueden seguir siendo silenciadas. La memoria de Guzmán Quintero Torres pide a gritos un compromiso real para poner fin a la impunidad.