Un testigo de la defensa que aún no comparece ante la justicia tiene dilatado el proceso que se adelanta en contra de Rufino Aguilar Alvear, investigado por el asesinato de su ‘amigo’ y socio, Miguel Antonio Alvarado Pedroza, en hechos ocurridos el 2 de abril del 2009 en el parque de Los Algarrobillos de Valledupar.

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El testigo estaba citado para la mañana del jueves pero no se presentó, a pesar que en audiencias anteriores el procesado ha asegurado que es importante que no den por terminado el debate probatorio sin escucharlo.

Por eso, la audiencia tuvo que ser reprogramada para las 8:30 a.m. del próximo 26 de octubre por el Juzgado Segundo Penal del Circuito con funciones de Conocimiento.

Rufino Aguilar está siendo procesado desde el mes de septiembre del  2013 que fue capturado, sin embargo, casi cuatro años después el juez todavía no se pronuncia sobre su responsabilidad frente a los hechos investigados porque la defensa ha sido lenta en la exposición de sus pruebas. 

En el juicio la Fiscalía terminó la evacuación de los elementos probatorios el anterior 15 de septiembre del año 2014, mientras que la defensa comenzó el 9 de marzo del año 2015 y aún no termina.

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El testigo que no compareció sería el último en ser escuchado, para dar paso a los alegatos de conclusión y posteriormente a la audiencia de sentido de fallo, diligencia mediante la cual el juez dirá si el procesado será condenado o absuelto.

Aunque Aguilar Alvear insiste en su inocencia por el delito de homicidio,  tiene en su contra el testimonio de Alex Miguel Montero Sarmiento, el sicario que confesó bajo juramento que, por orden de Aguilar, mató a Miguel Antonio Alvarado Pedroza,  mientras conversaba en el parque con Amado de Jesús Jiménez Gaviria, condenado por este crimen.

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‘DE SOCIOS A ENEMIGOS’

Según la teoría de la Fiscalía, Aguilar Alvear junto con Amado de Jesús Jiménez  decidió mandar a matar a Miguel Antonio Alvarado con el fin de quedarse con un ambicioso proyecto de explotación minera que tenían. La víctima fue instructor de Minería en el SENA y para la época se encontraba tramitando la legalización de títulos para explotación de yacimientos de minerales.