Tres lotes enmontados que se habían convertido en el dolor de cabeza para el municipio y la comunidad de Valledupar, y lugar privilegiado para los delincuentes y viciosos, porque les servía de guarida, fueron intervenidos por las autoridades locales y la empresa encargada de mantener el aseso en la ciudad, en atención a las quejas de los afectados y de las denuncias hechas por el diario EL PILON, para el bienestar social.
Muchos habitantes del barrio ‘Divino Niño’ de Valledupar han implorado a su santo patrono que los ilumine y los libre de las acciones criminales y de actos que atentan contra su integridad.
“El ‘picó’ también es cultura, tenemos derecho a trabajar en paz”, fue la consigna que mantuvieron los picoteros de la ciudad.