Anciano y casi ciego, en medio de un atardecer se embarcó en su canoa, bogando partió río arriba. Los que lo vieron aseguran que lo arropó una bruma espesa, frente al barranco del turco Dager, y de ella no volvió a salir. Eso sucedió hace más de treinta años y no se ha vuelto a tener noticias sobre él.