Los trovadores y juglares hasta aquellas calendas habían pertenecido a la clase alta, pero de pronto salta a la palestra del canto provenzal un hombre humilde, cuyo talento lo elevó a los jolgorios literarios musicales de la corte. Todo lo cual se acompasa para que bien podamos decir que análoga ha sido la historia de nuestros trovadores.
El compositor, folclorista e investigador, Rosendo Romero Ospino, analiza un tema que anda de boca en boca pero que no es un asunto ligero: quedan pocos juglares y aún no hay una dimensión real de la palabra juglar.