El hijo del compositor y poeta, Gustavo Gutiérrez Cabello y la periodista, Lolita Acosta Maestre, nunca tuvo inclinaciones musicales. Era un joven estudioso, inteligente e introvertido.
Muchos taxistas de la ciudad, se aprovechan de las fiestas de los acordeones para cobrarles de más a los pasajeros, que en general son turistas.