Todo parecía normal. La rutina y burlas de mis compañeros y en casa me sentía ignorada. Después de todo nada importaba, pues yo no existía. Mi única esperanza era encontrar el “Amor De Mi Vida
Había una vez dos mujeres y una vaca que vivían en una finca en la sierra, pero por amenazas de la guerrilla tuvieron que abandonar su tierra y salir desplazadas con mucha tristeza
Desde la muerte de mi amiga Crista trato de culpar a otros, pero el verdadero culpable soy yo.
Había una vez un niño que se mudó a una casa muy grande donde encontró un tren muy extraño y en uno de sus vagones una piedra roja, le dio mucha curiosidad y al tomarla algo mágico pasó, el niño viajó en el tiempo.