Pese a la presencia permanente de las autoridades en Poponte, las pocas familias que quedan en ese lugar viven con temor.
Los campesinos piden a las autoridades respuesta y protección.
Cerca de 400 wiwas, equivalente a 76 familias, de las cuales hay mujeres embarazadas y más de 200 niños, han tenido que huir.