La discriminación de la música vallenata en este valle de acordeones, fue de grandes connotaciones. El rechazo era total, los músicos, los únicos espacios que tenían para mostrar sus obras, eran los patios de las viviendas pobres, y los bares, incluido el famoso, Café la Bolsa, donde se escenificaban duelos entre los épicos acordeoneros que lucharon buscando un lugar, contra esta brutal exclusión.
Las primeras andanzas de Gustavo Gutiérrez Cabello por el cancionero vallenato en los años de 1960, tienen como referencias las composiciones de Tobías Pumarejo, Rafael Escalona y Leandro Díaz