Se acerca una fecha clave para millones de empresas y trabajadores del país.
Si diciembre fue época de balances, enero es el momento de las proyecciones.
La reconciliación con las cosas buenas es actuar de la mejor forma, sin dañar a nadie; actuar bajo los preceptos de la moralidad y los valores que enmarcan un bien estar, con nosotros mismos y con los demás.
La ventaja de ahora es que se les acabó el tiempo y los aciagos vaticinios que, como brujas de pueblo o pitonisas a sueldo, profetizaban ante un potencial gobierno distinto, se volvieron realidad en el más conservador de los regímenes
2022, año de la reconciliación con las cosas buenas. Es, repito, el propósito que debemos abanderar cada uno, no solo este año… siempre. Sólo Eso.