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Opinión - 21 abril, 2025

Sucesión en el Vaticano II

El Vaticano es el Estado más pequeño del mundo con 49 hectáreas de territorio, su forma de gobierno es una teocracia en forma de monarquía absoluta no hereditaria.

El papa Francisco murió a los 88 años. FOTO: AFP.
El papa Francisco murió a los 88 años. FOTO: AFP.
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Jorge Mario Bergoglio, más conocido como el papa Francisco, nació el 17 de diciembre de 1936, en Flores, Buenos Aires, Argentina. Al momento de su deceso en Roma el 21 de abril de 2025 contaba con  88 años; su avanzada edad y el resquebrajamiento de salud puso en marcha desde 2023 la carrera por la sucesión del trono de San Pedro. Oficialmente: el Vaticano es un estado soberano, el cual es un referente de la diplomacia en el mundo, de los pocos estados con superávit en sus arcas, la cual se estima en 49,5 millones de euros y un patrimonio neto aproximado de 1.000 millones de euros; gran receptor y procesador de información, solo equiparable a las grandes agencias de inteligencias del orbe, como la CIA de USA, el MI6 de Inglaterra, el MOSSAD de Israel o el FSB ruso. Todo lo anterior aunado a ser un vehículo que establece conductas en las masas sociales a través de instituciones educativas que están bajo su tutela en el mundo.

El Vaticano es el Estado más pequeño del mundo con 49 hectáreas de territorio, su forma de gobierno es una teocracia en forma de monarquía absoluta no hereditaria. El poder reposa en el Sumo Pontífice, quien será la cabeza visible de la Santa Sede (institución dotada con personería jurídica). Históricamente su situación ha ido cambiando; el Vaticano, como lo conocemos en la actualidad, se inicia en 1929 con la firma de los Pactos de Letrán entre Benito Mussolini y el cardenal Pietro Gasparri, en representación del rey Víctor Manuel III de Italia y el papa Pío XI respectivamente.  

Es de aclarar que sobre la persona de quien ejerza el papado recae una dualidad: primero, es el líder espiritual del catolicismo, una rama importante del cristianismo, a nivel global el cristianismo representa el 30 %, y el catolicismo englobado en este, el 17,7 %; y en segundo lugar la de ser Jefe de Estado de un país soberano.  No es nuestro interés entrar en el aspecto teológico, pero sí en el segundo, en lo terrenal, que de acuerdo a su devenir marcará el rumbo tanto en lo estatal como en lo religioso.

Los países tienen corrientes ideológicas diferentes y el Vaticano no es una excepción; allí se pueden distinguir: la Santa Curia Romana (derecha a ultranza), los Jesuitas (centro derecha) y un tercer bloque transversal que incluye a miembros de las dos anteriores con la particularidad de haber sido supuestamente coaccionados a la hora de tomar decisiones por tener una tendencia sexual diferente, que va en contravía con la conducta que sus miembros han de seguir y que se pregona de puertas hacia afuera. 

Desde 2023 se empezó a gestionar la posibilidad de una pronta sucesión, los bloques antes reseñados pusieron en marcha sus respectivas maquinarias para elegir a alguien que vaya en consonancia con su pensamiento y sus intereses. Entre los papabiles (cardenal con opción de ser elegido papa) que a priori destacan están: Pietro Parolin, Matteo Zuppi, Luis Antonio Tagle, y Peter Turkson, entendiendo que  puede haber sorpresas; recuérdese que Francisco fue elegido como un pontífice de transición y la realidad mostró que resultó ser totalmente diferente, como dicen en mi pueblo: “la muchacha les salió respondona”. Bergoglio dio los primeros pasos,  nombrando 21 cardenales (la mayoría hispanos) afines a su ideario, para de esta manera consolidar la continuidad de sus políticas, ya que podrán ser decisivos electoralmente en el cónclave que se ha de realizar para elegir nuevo pontífice, siendo un total de 138 cardenales electores, no todos elegibles, porque el cardenal que supere la barrera de los 80 años no podrá ser elegido pontífice. 

El papa Francisco fue un defensor de la Teología del Pueblo, la cual ve al ciudadano menos favorecido social y económicamente, no como receptor de limosnas, sino como protagonista de un devenir eclesial, es decir, participativo y solidario; también trató de llevar a la iglesia a la realidad del mundo actual en una sociedad con diferentes tejidos. De hecho, Bergoglio nombró al hoy cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, como prefecto para el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (cargo equivalente a un Ministerio en Argentina o en Colombia)  donde se abordaron sin restricciones temas como el papel de la mujer en la iglesia, el celibato, el colectivo LGTBIQ+ y la participación laica en los Dicasterios al más alto nivel. Por otra parte, se puso mano dura y condenó sin miramientos los abusos sexuales del clero a menores de edad, en concreto a lo relativo a la pederastia. 

Latinoamérica es muy importante para el Vaticano, puesto que el mayor número de sus fieles están allí, hay un promedio porcentual del 57 % de católicos cristianos apostólicos y romanos en los países de la región (seguidores del papa de Roma), dentro del casi 80 % de cristianos de otras tendencias; todo ello porque en esta región es menor el control de natalidad, y es la esperanza para cerrar la brecha que se prevé para el año 2050 cuando la religión Islámica será la primera en el mundo por el alto índice de natalidad de sus adeptos, con lo cual Latinoamérica representa un bastión altamente significativo, aparte de estar en su área de influencia por los intereses económicos que allí tienen, además de ser muy atractivos para su causa, por el abandono gubernamental y necesidades insatisfechas que históricamente han padecido. 

En Colombia el catolicismo representa un 64 % de la población, el protestantismo un 17 %, un 2 % se identifica como ateo o agnóstico, y un 14 % no practica ninguna religión. El próximo papa y obviamente su tendencia ideológica repercutirá directamente en Latinoamérica en general y en Colombia en particular, sin embargo, no hay que esperar cambios significativos en un sentido o en otro a corto plazo, puesto que las decisiones en palacio se toman despacio. 

Por: Donaldo Morón Rojas.

Politólogo – Administrador financiero.

Opinión
21 abril, 2025

Sucesión en el Vaticano II

El Vaticano es el Estado más pequeño del mundo con 49 hectáreas de territorio, su forma de gobierno es una teocracia en forma de monarquía absoluta no hereditaria.


El papa Francisco murió a los 88 años. FOTO: AFP.
El papa Francisco murió a los 88 años. FOTO: AFP.
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Jorge Mario Bergoglio, más conocido como el papa Francisco, nació el 17 de diciembre de 1936, en Flores, Buenos Aires, Argentina. Al momento de su deceso en Roma el 21 de abril de 2025 contaba con  88 años; su avanzada edad y el resquebrajamiento de salud puso en marcha desde 2023 la carrera por la sucesión del trono de San Pedro. Oficialmente: el Vaticano es un estado soberano, el cual es un referente de la diplomacia en el mundo, de los pocos estados con superávit en sus arcas, la cual se estima en 49,5 millones de euros y un patrimonio neto aproximado de 1.000 millones de euros; gran receptor y procesador de información, solo equiparable a las grandes agencias de inteligencias del orbe, como la CIA de USA, el MI6 de Inglaterra, el MOSSAD de Israel o el FSB ruso. Todo lo anterior aunado a ser un vehículo que establece conductas en las masas sociales a través de instituciones educativas que están bajo su tutela en el mundo.

El Vaticano es el Estado más pequeño del mundo con 49 hectáreas de territorio, su forma de gobierno es una teocracia en forma de monarquía absoluta no hereditaria. El poder reposa en el Sumo Pontífice, quien será la cabeza visible de la Santa Sede (institución dotada con personería jurídica). Históricamente su situación ha ido cambiando; el Vaticano, como lo conocemos en la actualidad, se inicia en 1929 con la firma de los Pactos de Letrán entre Benito Mussolini y el cardenal Pietro Gasparri, en representación del rey Víctor Manuel III de Italia y el papa Pío XI respectivamente.  

Es de aclarar que sobre la persona de quien ejerza el papado recae una dualidad: primero, es el líder espiritual del catolicismo, una rama importante del cristianismo, a nivel global el cristianismo representa el 30 %, y el catolicismo englobado en este, el 17,7 %; y en segundo lugar la de ser Jefe de Estado de un país soberano.  No es nuestro interés entrar en el aspecto teológico, pero sí en el segundo, en lo terrenal, que de acuerdo a su devenir marcará el rumbo tanto en lo estatal como en lo religioso.

Los países tienen corrientes ideológicas diferentes y el Vaticano no es una excepción; allí se pueden distinguir: la Santa Curia Romana (derecha a ultranza), los Jesuitas (centro derecha) y un tercer bloque transversal que incluye a miembros de las dos anteriores con la particularidad de haber sido supuestamente coaccionados a la hora de tomar decisiones por tener una tendencia sexual diferente, que va en contravía con la conducta que sus miembros han de seguir y que se pregona de puertas hacia afuera. 

Desde 2023 se empezó a gestionar la posibilidad de una pronta sucesión, los bloques antes reseñados pusieron en marcha sus respectivas maquinarias para elegir a alguien que vaya en consonancia con su pensamiento y sus intereses. Entre los papabiles (cardenal con opción de ser elegido papa) que a priori destacan están: Pietro Parolin, Matteo Zuppi, Luis Antonio Tagle, y Peter Turkson, entendiendo que  puede haber sorpresas; recuérdese que Francisco fue elegido como un pontífice de transición y la realidad mostró que resultó ser totalmente diferente, como dicen en mi pueblo: “la muchacha les salió respondona”. Bergoglio dio los primeros pasos,  nombrando 21 cardenales (la mayoría hispanos) afines a su ideario, para de esta manera consolidar la continuidad de sus políticas, ya que podrán ser decisivos electoralmente en el cónclave que se ha de realizar para elegir nuevo pontífice, siendo un total de 138 cardenales electores, no todos elegibles, porque el cardenal que supere la barrera de los 80 años no podrá ser elegido pontífice. 

El papa Francisco fue un defensor de la Teología del Pueblo, la cual ve al ciudadano menos favorecido social y económicamente, no como receptor de limosnas, sino como protagonista de un devenir eclesial, es decir, participativo y solidario; también trató de llevar a la iglesia a la realidad del mundo actual en una sociedad con diferentes tejidos. De hecho, Bergoglio nombró al hoy cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, como prefecto para el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (cargo equivalente a un Ministerio en Argentina o en Colombia)  donde se abordaron sin restricciones temas como el papel de la mujer en la iglesia, el celibato, el colectivo LGTBIQ+ y la participación laica en los Dicasterios al más alto nivel. Por otra parte, se puso mano dura y condenó sin miramientos los abusos sexuales del clero a menores de edad, en concreto a lo relativo a la pederastia. 

Latinoamérica es muy importante para el Vaticano, puesto que el mayor número de sus fieles están allí, hay un promedio porcentual del 57 % de católicos cristianos apostólicos y romanos en los países de la región (seguidores del papa de Roma), dentro del casi 80 % de cristianos de otras tendencias; todo ello porque en esta región es menor el control de natalidad, y es la esperanza para cerrar la brecha que se prevé para el año 2050 cuando la religión Islámica será la primera en el mundo por el alto índice de natalidad de sus adeptos, con lo cual Latinoamérica representa un bastión altamente significativo, aparte de estar en su área de influencia por los intereses económicos que allí tienen, además de ser muy atractivos para su causa, por el abandono gubernamental y necesidades insatisfechas que históricamente han padecido. 

En Colombia el catolicismo representa un 64 % de la población, el protestantismo un 17 %, un 2 % se identifica como ateo o agnóstico, y un 14 % no practica ninguna religión. El próximo papa y obviamente su tendencia ideológica repercutirá directamente en Latinoamérica en general y en Colombia en particular, sin embargo, no hay que esperar cambios significativos en un sentido o en otro a corto plazo, puesto que las decisiones en palacio se toman despacio. 

Por: Donaldo Morón Rojas.

Politólogo – Administrador financiero.