En la Carrera Espacial (Space Race), Wernher Magnus Maximilian Freiherr von Braun, fue uno de sus iniciadores. Este ingeniero mecánico y aeroespacial alemán debió ser nacionalizado estadounidense en 1955 para poder ser incorporado a la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio), ya que fue miembro del partido Nazi con Adolf Hitler. Curiosamente, nació en Wyrzysk, Polonia, y fue artífice de los V2, los cohetes balísticos utilizados en la Segunda Guerra Mundial contra objetivos de los Aliados. Con el tiempo, sería pieza fundamental en la operación Paperclip, que permitió a EE. UU. llevar al primer ser humano a la Luna el 20-07-1969 en la misión Apolo 11, logrando que el módulo Eagle alunizara en el Mar de la Tranquilidad, lo que se considera el hecho más notable de la naciente carrera espacial.
En la actualidad, se ha generado una nueva carrera espacial, una Space Race 2.0, que empieza desde los 80 a 100 kilómetros sobre el nivel del mar, límite denominado línea de Kármán, donde actores ya conocidos como EE. UU. y Rusia (entendida como ex URSS) han estado implicados con la tecnología espacial desde la mitad del siglo XX. A ellos se han sumado nuevos actores que, sustentados en su poderío económico, pueden desarrollar estos programas, tales como la Agencia Espacial Europea (ESA), que agrupa a 22 países de la Unión Europea; la Agencia Aeroespacial de Exploración Japonesa (JAXA); la Administración Espacial Nacional China (CNSA); la Agencia India de Investigación Espacial (ISRO), entre otras. Cabe también mencionar las agencias espaciales privadas como SpaceX de Elon Musk, Blue Origin de Jeff Bezos y Virgin Galactic de Richard Branson.
Inclusive personas ajenas a este mundo se han vinculado, verbi gracia: Bridgit Mendler (actriz y cantante), actualmente CEO de Northwood Space, cuyo objetivo es crear una autopista de datos eficiente entre la Tierra y el espacio.
La explotación minera en el espacio es la meta, lo que redundaría en beneficio de quien lo controle, desde ya se han propuestos marcos legales para regular estas acciones, como los Acuerdos Artemis (tratado internacional propuesto por USA en 2020) que han sido suscritos por 55 países, entre otros por: España el 30-05-2023, siendo el vigésimo quinto país en hacerlo, además están entre otros: Italia, Rumanía, Bulgaria, Ucrania, Emiratos Árabes Unidos, Corea del Sur, Brasil, Argentina, México, Panamá, y Colombia, que lo signa el 10-05-2022, por medio de la excanciller Marta Lucia Ramírez. Hay un ausente notable: China, promotora de otro acuerdo internacional con vistas a la exploración lunar, la Estación de Investigación Lunar Internacional (ILRS), que propone una estación lunar, cuya creación surge de un acuerdo bilateral con Rusia, pero abierto a otras agencias y a otros países que ya hacen parte, como Sudáfrica, Pakistán, Egipto y Venezuela; es destacable que la India y Japón, naciones con un notable desarrollo espacial firmaran los Acuerdos Artemis.
América Latina: entre el rezago y las oportunidades
El andar espacial latinoamericano se inició en el año 2020, cuando 33 países miembros de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) decidieron desarrollar proyectos espaciales que tienen como objetivo un impacto regional, con beneficio para los mismos. Sin embargo, Argentina en 1991 y Brasil en 1994, ya establecían sus propias agencias espaciales, llegando los citados países a desarrollar programas conjuntos. Colombia lo hizo en 2006 con la Comisión Colombiana del Espacio (CCE) el cual es un ente de consulta, coordinación y planificación de la política espacial nacional de este país. Sobre Colombia en concreto, se conoce sobre dos satélites artificiales en el espacio, el primero conocido como: Libertad 1 (17-04-2007) construido por el programa espacial de la Universidad Sergio Arboleda, con una duración aproximada de 6 años, el cual se desintegró al entrar en la atmosfera terrestre después de haber concluido su vida útil. El segundo es el denominado: FACSAT2 “Chiribiquete” (14-04-2023) puesto en órbita por la FAC (Fuerza Aérea Colombiana) y cuyo propósito es monitorear y analizar los gases de efecto invernadero producidos en esta nación, actualmente en funcionamiento.
La conquista del espacio puede convertirse en una nueva versión de la fiebre del oro de California (fenómeno social acaecido en USA entre 1848 y 1855). Para los viajeros del espacio representa un negocio colosal la explotación de los recursos espaciales. La Agencia Espacial Europea (ESA) en 2018 citó en el documento ESA Space Resources Strategy, que se estiman ingresos de 73.000 a 170.000 millones de euros hasta el año 2045. La NASA quiere que el hombre vuelva a la Luna en los años venideros, y se quiere que entre los integrantes de la misión esté una mujer. El avance tecnológico podría abrir rutas de comercio para los productos espaciales como el helio 3 (indispensable para la fusión nuclear); o los que contenga 16 Psyche, el asteroide metálico (clasificación M) que orbita alrededor del Sol entre los planetas Marte y Júpiter, del cual se conjetura que es el núcleo desprendido de un planeta colisionado y que alberga hierro, níquel, metales preciosos y raros por un valor estimativo de mercado de 10.000 billones de dólares americanos en su cuerpo de 220 kilómetros de diámetro y al cual la NASA ya había enviado una sonda, y posteriormente el 13-10-2023 lanzó la nave espacial Psyche, la cual se prevé que arribe al asteroide en cuestión en julio del año 2029; es de resaltar que utilizarán un novedoso método de comunicación por láser que permitirá que el envío de imágenes desde el espacio sea diez veces más rápido.
Al hablar del valor económico potencial de este asteroide, al dar cifras caigamos en el error de no dimensionar su realidad, per se superaría el valor de toda la economía actual, es decir la de todos los países en su conjunto.
Por su parte, la República Popular China lanzó este 29-05-2025 una sonda con destino al asteroide 2016HO3, también conocido como 469219 Kamo’oalewa con propósitos científicos, pero que casualmente pasará entre Marte y Júpiter donde está el codiciado asteroide 16 Psyche.
Si bien es interesante ver el desarrollo que ha alcanzado el ser humano en diferentes ámbitos científicos, avances que han permitido alcanzar cotas cada vez más altas, pero también genera preocupación, ya que cada día que pasa, la brecha entre los países del primer mundo y los periféricos se sigue agrandando, puesto que el desarrollo del planeta no es uniforme.
En Latinoamérica todavía hay países donde los dirigentes políticos siguen proponiendo reformas agrarias a base de machete, hacha y azadón, cuando el desarrollo del sector agropecuario va por otro lado, esto solo por citar un ítem. Pero es posible acortar distancias: la ingeniera espacial Diana Trujillo, oriunda de Cali, Colombia, es el ejemplo, aunque aislado e individual, de que sí se puede. Desde el 24-09-2024 es la directora de Vuelo de la Nasa.
Tal vez Brasil sea el único país de la región preparado para no quedarse rezagado con los que van en cabeza, ya que desde hace mucho tiempo tiene una economía pesada (militar) en desarrollo y, en la actualidad, a través de la AEB (Agencia Espacial de Brasil) han logrado desplegar y tener 17 satélites con diferentes propósitos en funcionamiento, todo ello, aunado a su potencial económico, lo consolida como potencia media en el mundo, al lado de Turquía, Israel e Indonesia.
Argentina en los últimos años ha perdido terreno por su delicada situación económica, pero aún así tiene 39 satélites en órbita; España siempre ha coqueteado con ser una potencia media por su poder cultural, militar y económico, actualmente ha ganado presencia en el orbe, pero adolece de políticas de Estado (planes trazados entre gobierno y oposición); pese a lo anterior, hace parte de diferentes programas espaciales y ha tenido presencia en el espacio con el astronauta Pedro Duque, y es posible que próximamente con la bióloga molecular Sara Alonso de la ESA.
El vacío legal del espacio
La carrera espacial está ganando velocidad, no se conoce el valor real operativo para la consecución de los minerales, asentamiento de bases, construcción de infraestructuras, y todo lo relacionado para su extracción, transporte y posible rentabilidad. Además, adolece de una normatividad internacional, ya que hay lagunas legales al respecto, según el Tratado del Espacio de 1967: “se prohíbe la apropiación nacional del espacio ultraterrestre, de la Luna y de otros cuerpos celestes”, pero no aclara sobre sus recursos, apetecidos por los estados y empresas del sector privado; todo lo anterior puede llevar a una recreación de las conquistas llevadas a cabo por los diferentes imperios en la historia, con sus conocidas consecuencias. Amanecerá y veremos.
Por: Donaldo Morón Rojas.
Politólogo – Administrador financiero.
