Son muchas las historias que se pueden contar de venezolanos que han encontrado en este lugar un empleo para sostenerse mientras están en Valledupar y enviar dinero además a sus familias.
Muchas personas han encontrado en este lugar un trabajo para salir adelante. La difícil situación de los venezolanos ha influido para que hoy una gran cantidad de ellos labore en esta central.
Mercabastos se ha convertido en un centro que apalanca la actividad comercial de Valledupar y como consecuente es un pilar que genera muchas oportunidades de empleo.
Justamente en medio del trabajo fuerte que exige este lugar, muchos ciudadanos de origen venezolano que han llegado a la ciudad por las difíciles condiciones que vive su país, han encontrado en esta central un lugar para conseguir ingresos que les permitan vivir.
Una de las que me encontré es Yusmari Ladino, quien se encuentra en Valledupar hace dos meses y hace uno y medio labora en Mercabastos como despachadora de uno de los locales donde se venden frutas y verduras.
Para ella conseguir trabajo en esta ciudad fue muy complicado, pero luego de insistir durante un tiempo consiguió un lugar por el que recibe un pago de $25.000 diarios.
Aunque en su país natal estaba cursando su carrera de Derecho, tuvo que interrumpir sus estudios por las circunstancias que se han presentado.
A pesar de lo difícil que ha sido para ella estar aquí, la oportunidad que le han dado en uno de los locales de la central es sumamente valiosa y le sirve para dar de comer también a sus dos bebés, con los que vive en la urbanización Nando Marín junto con su hermana, que tiene 21 años.
Esperanzada en que la situación de Venezuela se pueda equilibrar, reconoció que aquí han recibido buenos y malos tratos por igual. “Nada como estar en nuestro país y en verdad esperamos a ver qué pasa porque nos gustaría regresarnos”, manifestó.
Al principio le costó algo de trabajo acostumbrarse al trabajo en la central y ha tenido que lidiar con factores como la inseguridad, ya que llega hasta el lugar caminando desde donde vive.
Y así como Andrea, son muchos los venezolanos que laboran en esta central. De hecho, para Ladino, de cada 10 empleados cree que nueve son compatriotas suyos.
Otra historia similar es la de Alexander Nieves, de 24 años, y quien ya tiene tres meses de estar en Colombia, aunque en el año 2015 estuvo por un periodo en Barranquilla.
Alexander, que antes trabajaba en las calles reciclando, ahora se encarga de lunes a viernes del parqueo de los vehículos que llegan a la central. Esta actividad le permite devengar $30.000 diariamente, los cuales debe utilizar tanto para su manutención como para enviarle a su hijo, que se encuentra en Venezuela.
“Mi intención fue venirme para Colombia a trabajar y mandar plata para allá, porque yo aquí en un día de trabajo hago lo de tres sueldos mínimos allá”, expresó Nieves.
Hasta el momento en Mercabastos Alexander ha encontrado más que un trabajo, un lugar en el que cuenta con el apoyo de sus compañeros y todas las personas que a él y sus demás compatriotas les han abierto las puertas.
Son muchas las historias que se pueden contar de venezolanos que han encontrado en este lugar un empleo para sostenerse mientras están en Valledupar y enviar dinero además a sus familias.
Muchas personas han encontrado en este lugar un trabajo para salir adelante. La difícil situación de los venezolanos ha influido para que hoy una gran cantidad de ellos labore en esta central.
Mercabastos se ha convertido en un centro que apalanca la actividad comercial de Valledupar y como consecuente es un pilar que genera muchas oportunidades de empleo.
Justamente en medio del trabajo fuerte que exige este lugar, muchos ciudadanos de origen venezolano que han llegado a la ciudad por las difíciles condiciones que vive su país, han encontrado en esta central un lugar para conseguir ingresos que les permitan vivir.
Una de las que me encontré es Yusmari Ladino, quien se encuentra en Valledupar hace dos meses y hace uno y medio labora en Mercabastos como despachadora de uno de los locales donde se venden frutas y verduras.
Para ella conseguir trabajo en esta ciudad fue muy complicado, pero luego de insistir durante un tiempo consiguió un lugar por el que recibe un pago de $25.000 diarios.
Aunque en su país natal estaba cursando su carrera de Derecho, tuvo que interrumpir sus estudios por las circunstancias que se han presentado.
A pesar de lo difícil que ha sido para ella estar aquí, la oportunidad que le han dado en uno de los locales de la central es sumamente valiosa y le sirve para dar de comer también a sus dos bebés, con los que vive en la urbanización Nando Marín junto con su hermana, que tiene 21 años.
Esperanzada en que la situación de Venezuela se pueda equilibrar, reconoció que aquí han recibido buenos y malos tratos por igual. “Nada como estar en nuestro país y en verdad esperamos a ver qué pasa porque nos gustaría regresarnos”, manifestó.
Al principio le costó algo de trabajo acostumbrarse al trabajo en la central y ha tenido que lidiar con factores como la inseguridad, ya que llega hasta el lugar caminando desde donde vive.
Y así como Andrea, son muchos los venezolanos que laboran en esta central. De hecho, para Ladino, de cada 10 empleados cree que nueve son compatriotas suyos.
Otra historia similar es la de Alexander Nieves, de 24 años, y quien ya tiene tres meses de estar en Colombia, aunque en el año 2015 estuvo por un periodo en Barranquilla.
Alexander, que antes trabajaba en las calles reciclando, ahora se encarga de lunes a viernes del parqueo de los vehículos que llegan a la central. Esta actividad le permite devengar $30.000 diariamente, los cuales debe utilizar tanto para su manutención como para enviarle a su hijo, que se encuentra en Venezuela.
“Mi intención fue venirme para Colombia a trabajar y mandar plata para allá, porque yo aquí en un día de trabajo hago lo de tres sueldos mínimos allá”, expresó Nieves.
Hasta el momento en Mercabastos Alexander ha encontrado más que un trabajo, un lugar en el que cuenta con el apoyo de sus compañeros y todas las personas que a él y sus demás compatriotas les han abierto las puertas.