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Columnista - 31 enero, 2020

Sobre la columna: “Director general de Corpocesar”

Con ocasión a la columna publicada en el diario El Pilón bajo el título “Director general de Corpocesar” el pasado 28 de enero, de la autoría del ilustre abogado Hugo Mendoza, creo pertinente hacer algunos comentarios. Tal como él lo señala, es totalmente cierto que en octubre del año pasado se efectuó la elección de […]

Con ocasión a la columna publicada en el diario El Pilón bajo el título “Director general de Corpocesar” el pasado 28 de enero, de la autoría del ilustre abogado Hugo Mendoza, creo pertinente hacer algunos comentarios.

Tal como él lo señala, es totalmente cierto que en octubre del año pasado se efectuó la elección de John Valle Cuello como nuevo director de Corpocesar, uno de los aspirantes a ocupar dicho cargo.

Esa elección, como cualquier acto de carácter público, es susceptible de contradicción por parte de quienes eventualmente pudiéramos considerar que no se ajusta a nuestro ordenamiento jurídico. Para eso existen instituciones e instancias con la competencia de dilucidar cuestionamientos legítimos que tienen el propósito de salvaguardar derechos o evitar la materialización de transgresiones normativas que garanticen la solidez de nuestro Estado de Derecho.

De igual forma, es legítimo que cualquier ciudadano, en buen uso de sus derechos, se oponga a la fundamentación jurídica de la demanda de nulidad que decidí presentar en contra de la elección del señor Valle Cuello.

Sin embargo, lo que uno espera de un abogado de las calidades de Hugo Mendoza, es que tal oposición se fundamente en aspectos jurídicos capaces de contradecir los argumentos de la demanda y no en comentarios superficiales que distan de la seriedad con la cual deben abordarse estos asuntos, pues más allá del incontrovertible hecho de que este es un caso que deberá resolver el juez competente, quien, a diferencia del enfoque que da el mencionado abogado, admitió la demanda no descartando la posibilidad de dictar medida cautelar.

Pero más allá de eso, es, por decir lo menos, antipático, que el amigo Hugo Mendoza se ponga en el plan de resaltar nuestros gentilicios con el propósito de menoscabar mis aspiraciones a causa de mi origen guajiro, como si fuera algo de lo cual avergonzarse o como si se tratara de un argumento para disminuir el peso de aspiraciones genuinas en un contexto tan abierto y acogedor como el vallenato, en donde un sanpedrino como Hugo Mendoza, ha sido -en buena hora- adoptado con la generosidad y el cariño característico de quienes tuvimos la fortuna de nacer en Valledupar.

Razonar de esa manera le resta altura a una controversia jurídica que debe ser resuelta por nuestros jueces. Sería algo así como cuestionar la designación de la abogada Melisa Mendoza como jefe de la Oficina Jurídica de Corpocesar por ser la hija de alguien original del departamento de Sucre.

Una designación que explica la férrea, aunque lánguidamente argumentada, defensa que el abogado sucreño hace de la elección de John Valle Cuello.

Personalmente, no pienso que sea obvia la no elección como Director de Corpocesar de ninguno de los que aspiramos al cargo. Eso sería ofensivo e irrespetuoso.

Tampoco creo que el hecho de haber nacido en Valledupar, de haber crecido en esta, mi ciudad, o de ser hijo de un ilustre exalcalde de nuestro querido municipio, me conceda derechos adicionales frente a aquellos cuya historia de vida carece de vínculos tan profundos y entrañables como los míos con esta tierra, pero es inaceptable el menosprecio para ocupar un cargo por razones de un origen del cual me siento orgulloso y por el que jamás me he sentido menos vallenato, mucho menos, cuando existen tantas coincidencias históricas, culturales y sociales, entre lo que fue la provincia de Padilla y Valledupar.

Columnista
31 enero, 2020

Sobre la columna: “Director general de Corpocesar”

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Gonzalo Gomez Soto

Con ocasión a la columna publicada en el diario El Pilón bajo el título “Director general de Corpocesar” el pasado 28 de enero, de la autoría del ilustre abogado Hugo Mendoza, creo pertinente hacer algunos comentarios. Tal como él lo señala, es totalmente cierto que en octubre del año pasado se efectuó la elección de […]


Con ocasión a la columna publicada en el diario El Pilón bajo el título “Director general de Corpocesar” el pasado 28 de enero, de la autoría del ilustre abogado Hugo Mendoza, creo pertinente hacer algunos comentarios.

Tal como él lo señala, es totalmente cierto que en octubre del año pasado se efectuó la elección de John Valle Cuello como nuevo director de Corpocesar, uno de los aspirantes a ocupar dicho cargo.

Esa elección, como cualquier acto de carácter público, es susceptible de contradicción por parte de quienes eventualmente pudiéramos considerar que no se ajusta a nuestro ordenamiento jurídico. Para eso existen instituciones e instancias con la competencia de dilucidar cuestionamientos legítimos que tienen el propósito de salvaguardar derechos o evitar la materialización de transgresiones normativas que garanticen la solidez de nuestro Estado de Derecho.

De igual forma, es legítimo que cualquier ciudadano, en buen uso de sus derechos, se oponga a la fundamentación jurídica de la demanda de nulidad que decidí presentar en contra de la elección del señor Valle Cuello.

Sin embargo, lo que uno espera de un abogado de las calidades de Hugo Mendoza, es que tal oposición se fundamente en aspectos jurídicos capaces de contradecir los argumentos de la demanda y no en comentarios superficiales que distan de la seriedad con la cual deben abordarse estos asuntos, pues más allá del incontrovertible hecho de que este es un caso que deberá resolver el juez competente, quien, a diferencia del enfoque que da el mencionado abogado, admitió la demanda no descartando la posibilidad de dictar medida cautelar.

Pero más allá de eso, es, por decir lo menos, antipático, que el amigo Hugo Mendoza se ponga en el plan de resaltar nuestros gentilicios con el propósito de menoscabar mis aspiraciones a causa de mi origen guajiro, como si fuera algo de lo cual avergonzarse o como si se tratara de un argumento para disminuir el peso de aspiraciones genuinas en un contexto tan abierto y acogedor como el vallenato, en donde un sanpedrino como Hugo Mendoza, ha sido -en buena hora- adoptado con la generosidad y el cariño característico de quienes tuvimos la fortuna de nacer en Valledupar.

Razonar de esa manera le resta altura a una controversia jurídica que debe ser resuelta por nuestros jueces. Sería algo así como cuestionar la designación de la abogada Melisa Mendoza como jefe de la Oficina Jurídica de Corpocesar por ser la hija de alguien original del departamento de Sucre.

Una designación que explica la férrea, aunque lánguidamente argumentada, defensa que el abogado sucreño hace de la elección de John Valle Cuello.

Personalmente, no pienso que sea obvia la no elección como Director de Corpocesar de ninguno de los que aspiramos al cargo. Eso sería ofensivo e irrespetuoso.

Tampoco creo que el hecho de haber nacido en Valledupar, de haber crecido en esta, mi ciudad, o de ser hijo de un ilustre exalcalde de nuestro querido municipio, me conceda derechos adicionales frente a aquellos cuya historia de vida carece de vínculos tan profundos y entrañables como los míos con esta tierra, pero es inaceptable el menosprecio para ocupar un cargo por razones de un origen del cual me siento orgulloso y por el que jamás me he sentido menos vallenato, mucho menos, cuando existen tantas coincidencias históricas, culturales y sociales, entre lo que fue la provincia de Padilla y Valledupar.