Después de muchos años luchando en medio del conflicto armado, hoy algunos excombatientes concentrados en los denominados territorios de paz componen diversos proyectos entre los que figura una prensa institucional que cada vez va teniendo más acogida.
Dejaron de empuñar las armas como lo hacían en tiempo de combate, pero no dejaron de lado su lucha y su interés por comunicar. Antes lo hacían apremiadas por el tiempo y las difíciles condiciones, hoy lo hacen desde la legalidad y con las puertas abiertas de varios espacios que paulatinamente se ponen a su disposición para que aprendan una profesión que han admirado desde antaño y con la cual sienten que hoy la vida las reconcilia.
Podría ser una historia más de cómo eran sus vidas en épocas de conflicto, la transformación tras el proceso de paz o de cómo llevan la reincorporación a la vida civil que empezaron hace más de dos años. Pero no. Se trata en cambio de la historia de dos mujeres, adultas, inquietas y ávidas de aprendizaje, que en la Semana por la Paz que se celebra en el Cesar comparten su historia.
Tatiana Saenz y Virginia Lobo, ambas excombatientes de la guerrilla de las FARC, quienes cuando estaban en las filas de dicho grupo, en medio del conflicto, hacían parte del equipo que estaba destinado a mantener la comunicación, propiamente como el ejercicio que se práctica a través de este medio, en el Frente 59 del cual formaban parte.
Aunque mucho se ha hablado de lo que esta fuerza armada ilegal hacía, muy pocos se han detenido a contemplar que como organización también contaban con un esquema de comunicaciones en el cual abrían el espacio para tener una radio y una revista; La Voz de la Resistencia y Resistencia, respectivamente.
A pesar de que no podían ejercer con total comodidad, dadas las condiciones en que se encontraban, un oficio que siempre les ha interesado como es el de periodista, en las FARC estaban conformados grupos que se encargaban de la difusión de su información.
“A pesar que no tenían mucha potencia el técnico era capaz de potencializar la antena con el transmisor para que la frecuencia llegara lejos. Las personas estaban dedicadas a eso, la misión era transmitir y cuidar de la emisora”, recuerda Viviana, oriunda de Barranquilla y quien militó en las filas de las FARC, como grupo armado, durante 13 años. Hoy, viviendo el proceso de reincorporación, palabra en la que enfatiza varias veces para que no se confunda con desmovilización, continúa su aprendizaje en las distintas ramas de la Comunicación puesto que es la carrera que siempre ha llamado su atención y ejerce desde la vereda Pondores muchas de estas labores como parte del grupo de prensa con que cuenta El Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, ETCR, y que cuenta con distintos canales de difusión como las redes sociales para informar a Colombia y el mundo cómo transitan este paso de nuevo a la vida civil muchos de los miembros de las FARC.
De acuerdo con Virginia, esto es algo a lo que se le dio continuidad: “Internamente se mantuvieron las comunicaciones como un eje transversalmente porque era la forma de decir estamos aquí y en ocasiones salían comunicados en la prensa tradicional colombiana que decían que nos estaban acabando, pero teníamos que dar nuestra versión de los hechos y la forma era manteniendo un equipo de comunicaciones activo que fuese capaz de emitir la versión de lo que estaba sucediendo. A esto se le dio continuidad y a partir del proceso se siguió la capacitación, de cada parte del país se envió un grupo de guerrilleros al Catatumbo y a otras zonas donde se les hizo una formación para acercarse un poco más a lo que es el oficio del periodismo desde sus diferentes ramas; la fotografía, la escritura, el diseño, entre otras.
A partir de allí cuando llegamos a las zonas fuimos organizándonos como oficinas de comunicaciones en cada zona. En principio la idea era trabajar con NC Noticias, pero todo tomó un viraje diferente, ellos siguieron allá y nosotros desde el territorio seguimos trabajando como oficina institucional del ETCR”.
Nueva Colombia Noticia es un medio de comunicación que tiene FARC y fue muy sonado durante el proceso, pero que hoy según Virginia y Tatiana ha quedado relegado un poco.
Por su parte los espacios de los ETCR se han constituido con la participación de los mismos excombatientes y así uno se dedica a la fotografía, otro a la redacción, etc.
Tatiana por ejemplo, aunque reconoce que puede redactar o hacer una entrevista, reconoce con mucha emoción que prefiere decantarse por la fotografía puesto que en sus propias palabras: “Con una fotografía doy un mensaje porque habla por sí sola”.
Ahora, para conocer de cerca de qué se trata esta profesión, luego de haber recibido capacitaciones con algunos profesionales viven otra experiencia que para ambas mujeres resulta sumamente gratificante.
En el marco de la Semana de la Paz, que se desarrollará hasta el próximo lunes 10 de septiembre, tanto Tatiana como Virginia están teniendo la oportunidad de llegar a varios medios de comunicación de Valledupar para ver de cerca cómo se ejecutan las labores ya sea dentro de una emisora o un periódico.
Precisamente en medio de esta oportunidad visitaron EL PILÓN y observaron de cerca las funciones del equipo que diariamente materializa estas páginas.
Sobre la experiencia se mostraron muy entusiastas al tener la oportunidad de conocer tan de cerca algo que las apasiona tanto, para ellas, según sus palabras, fue como un sueño hecho realidad, algo que guardaban desde pequeñas y que hoy ven como parte del círculo que trae la vida misma donde se terminan poniendo de vuelta cada cosa que se anhela.
Y esto como, expresó Virgina, lo hace posible la paz, la misma que aún se construye pero que con pasos como este va tomando cada día una forma, la misma que esperanza y entusiasma a una gran cantidad de personas que luchan en todo momento porque convivamos en un país en el que haya espacio para todos independientemente de cual sean sus ideales.
“De pronto la gente no lo ve así, pero también somos seres humanos y también tenemos sueños. No creí que lo pudiera hacer y lo he estudiado porque me gusta mucho, ahora se da cuenta uno que la misma vida te lleva o te trae todo. Los diálogos permiten que llegue todo”, aseguró Virginia.
Ahora van creciendo con pequeños pasos, como este de recorrer medios de la capital del Cesar, el producto de su trabajo ha sido de voz a voz, y va teniendo eco tanto a nivel local como en países de Europa, donde han sido especialmente receptivos a cada uno de los proyectos que adelantan desde los ETCR y entre los que también figura una ruta turística que recrea los campamentos de las FARC, donde encuentran un centro de memoria con diferentes objetos que relatan los 53 años de conflicto armado interno con una óptica desde la selva, también se ha dado espacio a trabajos de granja y otros de sastrería, todos ellos especialmente apoyados por la comunidad internacional que se ha encargado de apalancar este proceso ante las incertidumbres que deja el Gobierno y que son lo que más preocupan a excombatientes como Tatiana y Virginia.
Entre tanto, ellas y sus compañeros, que en la vereda de Pondores son más de 200, muchos de los cuales están acompañados de sus familias, siguen construyendo sus ilusiones y materializando parte de sus sueños, firmes en su lucha, la cual no han abandonado, pero que esta vez persiguen desde la legalidad, como un ciudadano más, sin olvidar su pasado.
Después de muchos años luchando en medio del conflicto armado, hoy algunos excombatientes concentrados en los denominados territorios de paz componen diversos proyectos entre los que figura una prensa institucional que cada vez va teniendo más acogida.
Dejaron de empuñar las armas como lo hacían en tiempo de combate, pero no dejaron de lado su lucha y su interés por comunicar. Antes lo hacían apremiadas por el tiempo y las difíciles condiciones, hoy lo hacen desde la legalidad y con las puertas abiertas de varios espacios que paulatinamente se ponen a su disposición para que aprendan una profesión que han admirado desde antaño y con la cual sienten que hoy la vida las reconcilia.
Podría ser una historia más de cómo eran sus vidas en épocas de conflicto, la transformación tras el proceso de paz o de cómo llevan la reincorporación a la vida civil que empezaron hace más de dos años. Pero no. Se trata en cambio de la historia de dos mujeres, adultas, inquietas y ávidas de aprendizaje, que en la Semana por la Paz que se celebra en el Cesar comparten su historia.
Tatiana Saenz y Virginia Lobo, ambas excombatientes de la guerrilla de las FARC, quienes cuando estaban en las filas de dicho grupo, en medio del conflicto, hacían parte del equipo que estaba destinado a mantener la comunicación, propiamente como el ejercicio que se práctica a través de este medio, en el Frente 59 del cual formaban parte.
Aunque mucho se ha hablado de lo que esta fuerza armada ilegal hacía, muy pocos se han detenido a contemplar que como organización también contaban con un esquema de comunicaciones en el cual abrían el espacio para tener una radio y una revista; La Voz de la Resistencia y Resistencia, respectivamente.
A pesar de que no podían ejercer con total comodidad, dadas las condiciones en que se encontraban, un oficio que siempre les ha interesado como es el de periodista, en las FARC estaban conformados grupos que se encargaban de la difusión de su información.
“A pesar que no tenían mucha potencia el técnico era capaz de potencializar la antena con el transmisor para que la frecuencia llegara lejos. Las personas estaban dedicadas a eso, la misión era transmitir y cuidar de la emisora”, recuerda Viviana, oriunda de Barranquilla y quien militó en las filas de las FARC, como grupo armado, durante 13 años. Hoy, viviendo el proceso de reincorporación, palabra en la que enfatiza varias veces para que no se confunda con desmovilización, continúa su aprendizaje en las distintas ramas de la Comunicación puesto que es la carrera que siempre ha llamado su atención y ejerce desde la vereda Pondores muchas de estas labores como parte del grupo de prensa con que cuenta El Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, ETCR, y que cuenta con distintos canales de difusión como las redes sociales para informar a Colombia y el mundo cómo transitan este paso de nuevo a la vida civil muchos de los miembros de las FARC.
De acuerdo con Virginia, esto es algo a lo que se le dio continuidad: “Internamente se mantuvieron las comunicaciones como un eje transversalmente porque era la forma de decir estamos aquí y en ocasiones salían comunicados en la prensa tradicional colombiana que decían que nos estaban acabando, pero teníamos que dar nuestra versión de los hechos y la forma era manteniendo un equipo de comunicaciones activo que fuese capaz de emitir la versión de lo que estaba sucediendo. A esto se le dio continuidad y a partir del proceso se siguió la capacitación, de cada parte del país se envió un grupo de guerrilleros al Catatumbo y a otras zonas donde se les hizo una formación para acercarse un poco más a lo que es el oficio del periodismo desde sus diferentes ramas; la fotografía, la escritura, el diseño, entre otras.
A partir de allí cuando llegamos a las zonas fuimos organizándonos como oficinas de comunicaciones en cada zona. En principio la idea era trabajar con NC Noticias, pero todo tomó un viraje diferente, ellos siguieron allá y nosotros desde el territorio seguimos trabajando como oficina institucional del ETCR”.
Nueva Colombia Noticia es un medio de comunicación que tiene FARC y fue muy sonado durante el proceso, pero que hoy según Virginia y Tatiana ha quedado relegado un poco.
Por su parte los espacios de los ETCR se han constituido con la participación de los mismos excombatientes y así uno se dedica a la fotografía, otro a la redacción, etc.
Tatiana por ejemplo, aunque reconoce que puede redactar o hacer una entrevista, reconoce con mucha emoción que prefiere decantarse por la fotografía puesto que en sus propias palabras: “Con una fotografía doy un mensaje porque habla por sí sola”.
Ahora, para conocer de cerca de qué se trata esta profesión, luego de haber recibido capacitaciones con algunos profesionales viven otra experiencia que para ambas mujeres resulta sumamente gratificante.
En el marco de la Semana de la Paz, que se desarrollará hasta el próximo lunes 10 de septiembre, tanto Tatiana como Virginia están teniendo la oportunidad de llegar a varios medios de comunicación de Valledupar para ver de cerca cómo se ejecutan las labores ya sea dentro de una emisora o un periódico.
Precisamente en medio de esta oportunidad visitaron EL PILÓN y observaron de cerca las funciones del equipo que diariamente materializa estas páginas.
Sobre la experiencia se mostraron muy entusiastas al tener la oportunidad de conocer tan de cerca algo que las apasiona tanto, para ellas, según sus palabras, fue como un sueño hecho realidad, algo que guardaban desde pequeñas y que hoy ven como parte del círculo que trae la vida misma donde se terminan poniendo de vuelta cada cosa que se anhela.
Y esto como, expresó Virgina, lo hace posible la paz, la misma que aún se construye pero que con pasos como este va tomando cada día una forma, la misma que esperanza y entusiasma a una gran cantidad de personas que luchan en todo momento porque convivamos en un país en el que haya espacio para todos independientemente de cual sean sus ideales.
“De pronto la gente no lo ve así, pero también somos seres humanos y también tenemos sueños. No creí que lo pudiera hacer y lo he estudiado porque me gusta mucho, ahora se da cuenta uno que la misma vida te lleva o te trae todo. Los diálogos permiten que llegue todo”, aseguró Virginia.
Ahora van creciendo con pequeños pasos, como este de recorrer medios de la capital del Cesar, el producto de su trabajo ha sido de voz a voz, y va teniendo eco tanto a nivel local como en países de Europa, donde han sido especialmente receptivos a cada uno de los proyectos que adelantan desde los ETCR y entre los que también figura una ruta turística que recrea los campamentos de las FARC, donde encuentran un centro de memoria con diferentes objetos que relatan los 53 años de conflicto armado interno con una óptica desde la selva, también se ha dado espacio a trabajos de granja y otros de sastrería, todos ellos especialmente apoyados por la comunidad internacional que se ha encargado de apalancar este proceso ante las incertidumbres que deja el Gobierno y que son lo que más preocupan a excombatientes como Tatiana y Virginia.
Entre tanto, ellas y sus compañeros, que en la vereda de Pondores son más de 200, muchos de los cuales están acompañados de sus familias, siguen construyendo sus ilusiones y materializando parte de sus sueños, firmes en su lucha, la cual no han abandonado, pero que esta vez persiguen desde la legalidad, como un ciudadano más, sin olvidar su pasado.