Como su nombre así lo indica, la banda Sintendencias se formó para tratar de conquistar con un género diferente a un público marcado por la caja, la guacharaca y el acordeón.  

Influenciados por la onda que generó en Latinoamérica, entre 2000 y 2010, el canal de música alternativa MTV Latino -a la cual no escapó Valledupar- dos entusiastas jóvenes se dieron a la tarea de emprender un proyecto con una identidad musical en contravía de sus raíces.

“Somos una generación que no podíamos salirnos de este folclor, pero sin embargo fuimos muy melómanos, fuimos muy influenciados con una época que nos contagió de este virus, como es la música rock, y desde la adolescencia estamos escuchando ese tipo de música; en mi caso, desde niño estaba pendiente de buscar una batería, de quien me enseñara a tocar, lo que uno pedía siempre de cumpleaños era una pieza de batería para poder ir cumpliendo este sueño, ese afán y ese sueño que teníamos toda la vida”, narra Janio, baterista, compositor y uno de los fundadores de la banda de ‘rock fusión’. 

Una cadena de WhatsApp sirvió de enlace para que los destinos de Janio, Andy (vocalista) y Raúl (guitarrista), se unieran y a partir de allí forjar una idea llamada Sintendencias, en medio de una ciudad donde manda el vallenato pero también, como afirma Janio, “hay mucha gente que le gustan otras cosas”.  “Aunque parezca, no es algo raro, hay muchísima gente que le gusta esto, el rock, la música es un lenguaje universal”, recalca.

Los inicios del grupo fueron en 2016 cuando el tema ‘Cómo olvidar’, una balada rock, les abrió las puertas y se terminaron convirtiendo, por más de 4 meses, en artistas exclusivos de una emisora local.

Después llegó ‘La hembra del rock’, canción que los catapultó dentro de su público y que, de alguna manera, narra su diario vivir tratando de conquistar con un ritmo diferente en la Capital Mundial del Vallenato.

“Habla de cómo una chica en medio de tanto folclor se deja seducir cuando ni siquiera tenía intención de escucharnos, siendo vallenatera la banda le gustó, es la canción que más nos identifica, la que más reproducciones en plataformas digitales tiene”, cuenta Janio, compositor de la melodía e ingeniero de sonido, quien alterna su pasión por la música como docente de la facultad de música de la UPC.

Su último sencillo lanzado es ‘Cómo pude’, que habla del ruego por amor de un hombre hacia una mujer que no le corresponde. “Esta es un poco más roquera, un poco más clásica, para muchos la favorita, sin embargo, ‘La hembra del rock’ sigue siendo el himno de nosotros”, afirma Janio, quien nació en Brasil, pero desde los cuatro años es un vallenato más.

Ese arrojo musical ya los ha llevado a escenarios importantes a nivel regional como el Festival de Rock Alianza Francesa-Uninorte en Barranquilla, donde lograron un honroso segundo lugar enfrentando bandas con mucho mayor recorrido.

También estuvieron en los Latino Music Awards, donde fueron la única banda de rock invitada, y compartieron con Los de Adentro. Con esta reconocida agrupación alternaron en un establecimiento comercial del centro histórico de Valledupar.

La próxima parada será en Medellín, donde son los invitados del Rock Festival Valle de Aburrá 2022, Car Audio 20 a realizarse del 18 al 21 de agosto.

¿Y DEL VALLENATO QUÉ?

Aunque está claro que ‘Sintendencias’ se aleja del folclor vernáculo, la insistencia de amigos y público en general los llevó a fusionar, por primera vez, vallenato y rock.  

Cuenta Andy que, aunque no tienen considerado incluir el acordeón a sus presentaciones, sí están trabajando en un tributo a la canción ‘Sin medir distancias’, interpretada por Diomedes Díaz. “Nos dicen que saquemos algo de vallenatos, que le metamos acordeón, llevar acordeón no lo hemos considerado, pero sí logramos hacer tributo a una canción y quizás sorprendamos pronto con algo”, puntualizó. 

Poner a los vallenatos a escuchar rock creado en la capital del Cesar, es el reto de esta banda que, aunque respeta la música autóctona de su tierra, no quiere dejarse acorralar y labrar un camino, sin tendencias.

POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA / EL PILÓN