“Hacer un alto en el camino”, dijo el alcalde de Valledupar Fredys Socarras, al referirse a la minería y las repercusiones que esta tiene en la seguridad alimentaria para el departamento del Cesar. El mandatario expresó su preocupación sobre este tema, en desarrollo del encuentro regional “Caribe sin hambre”, realizado en Barranquilla, y al que fueron invitados los alcaldes y gobernadores de la Costa.
Entre la espada y la pared
“Hacer un alto en el camino”, dijo el alcalde de Valledupar Fredys Socarras, al referirse a la minería y las repercusiones que esta tiene con la seguridad alimentaria para el departamento del Cesar. El mandatario expresó su preocupación sobre este tema en el marco del encuentro regional “Caribe sin hambre”, desarrollado en Barranquilla hace unos días al que fueron invitados los alcaldes y gobernadores de la Costa.
El burgomaestre señaló que “Como Costa Caribe quiero solicitar algo de la cual el Gobernador del Cesar está comprometido; el Departamento tiene 2 millones de hectáreas y 500 mil de ellas dedicadas a minería y están apeteciendo 500 mil más; llamo la atención también al gobernador de La Guajira que ahora que va a comenzar la explotación carbonífera del sur de ese departamento que son las mejores tierras, ¿Qué haría el Cesar y La Guajira si la minería nos quita las mejores tierras?”.
Dijo también que en esas condiciones Valledupar se convertiría en una ciudad receptora de desplazamiento que haría más invivible la urbe por lo cual invitó a pensar como Región en estas repercusiones y reiteró que “Vamos a dar la pelea para que no nos vayan a deforestar y desertizar al Cesar y nos dejarían sin fuentes de agua y sin vida”, concluyó el mandatario.
En su intervención, el Alcalde Fredys Socarrás, dijo que la seguridad alimentaria es un compromiso de su gobierno y que será plasmado en el Plan de Desarrollo Municipal. El mandatario explicó que le presentó en mayo de 2010, al Presidente de la República Juan Manuel Santos, ante el Consejo de Ministros, un proyecto de ocho mil hectáreas de cultivo (en la región de Callao, vía a Bosconia) que tienen un acuífero que es de los mejores del país que acumula 25 millones de metros cúbicos de agua en época de verano.
A su turno, la coordinadora técnica del plan Caribe sin Hambre, Elvia Mejía informó que de los 8 planes departamentales existentes cinco aprobados y que los datos que arrojó la investigación concluyen que en la Costa Atlántica existe el 40 por ciento del agua del país y que hay 9 millones de personas consideradas vulnerables desde el acceso a los alimentos y que 4.2 millones de ciudadanos están ubicados en el rango de Sisben 1 y 2.
Por su parte, el gobernador del Cesar Luis Alberto Monsalvo en entrevista con El Pilón, dijo que en los últimos años el departamento del Cesar evidencia una menor actividad agropecuaria y un crecimiento del sector minero, situación que ha generado una dependencia de alimentos de otras regiones y a esto se une los niveles de intermediación que se ven reflejadas en el encarecimiento de la canasta familiar.
Por lo que reiteró que su gobierno apostará por la seguridad alimentaria, la cual fue incluida en el Plan de Desarrollo del Departamento para generar más puestos de trabajo, así como mejores condiciones de vida para los campesinos y, en general para los pequeños productores del campo cesarense.
Seguridad alimentaria y agricultura
La preocupación de los mandatarios en este sentido tiene unos antecedentes desalentadores para el departamento del Cesar y el resto del país que depende de la actividad minera en detrimento de la agricultura.
Según estudios del Programa Mundial de Alimentos y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL en América Latina se registran 53 millones de personas con hambre, de las cuales 9 millones se encuentran en Colombia.
A su turno el Departamento Nacional de Planeación y la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO, coinciden en que el hambre no se erradica subsidiando un plato de comida, sino que se deben brindar las herramientas necesarias para que las personas puedan producir su propia comida y a la vez lo comercialicen.
De otro lado, un informe de la Organización de las Naciones Unidas publicado en Roma en el año 2011 sobre el hambre en el mundo, señala que los gobiernos deben asegurarse de que se cuente con un entorno normativo transparente y previsible que promueva la inversión privada y favorezca el aumento de la productividad agrícola. “Es fundamental llevar a cabo una gestión más sostenible de nuestros recursos naturales, forestales y pesqueros para la seguridad alimentaria de muchos de los miembros más pobres de la sociedad”, sostienen los responsables del organismo en el informe.
El informe insiste además en que invertir en la agricultura sigue siendo fundamental para lograr la seguridad alimentaria de los países en desarrollo y a largo plazo. Y señala que las áreas claves donde se podrían destinar esas inversiones serían los sistemas de riego eficaces y prácticas mejoradas de gestión de tierras y mejores semillas. “Ello ayudaría a reducir los riesgos de producción a los que se enfrentan los campesinos, en especial los pequeños agricultores, y a reducir la volatilidad de los precios”, apunta el informe.
Estadísticas sobre desnutrición
Por ora parte, según los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición realizada en el año 2005 por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF, se muestran los peores resultados en torno a los problemas de nutrición que sufren principalmente niños y niñas menores de cinco años que se concentran en la Costa Atlántica, Nariño, Cauca y Boyacá.
Según el informe en mención, la desnutrición crónica que implica el retraso en la talla para la edad o desnutrición desde la gestación para niñas y niños menores de 5 se revela un porcentaje del 12% de las cuales el 2.1% es severa. De estos porcentajes se registran en niños entre 1 y 2 años, con 16.9% .
Al mirar las cifras por subregiones, Guajira/ Cesar/ Magdalena, Cauca,/Nariño y Bolívar/Sur Sucre / Córdoba, son las que presentan las mayores prevalencias, con un 16.5%, 18.7%, y 14.4% respectivamente que superan con amplitud el promedio nacional.
El informe advierte que las cifras son mayores en la zona rural con el 7.5% que en la urbana con el 4.4%. La región Atlántica y la subregión integrada por La Guajira, Cesar y Magdalena tuvieron los porcentajes mas grandes con un 8.9% y un 10.1% , respectivamente.
“Hacer un alto en el camino”, dijo el alcalde de Valledupar Fredys Socarras, al referirse a la minería y las repercusiones que esta tiene en la seguridad alimentaria para el departamento del Cesar. El mandatario expresó su preocupación sobre este tema, en desarrollo del encuentro regional “Caribe sin hambre”, realizado en Barranquilla, y al que fueron invitados los alcaldes y gobernadores de la Costa.
Entre la espada y la pared
“Hacer un alto en el camino”, dijo el alcalde de Valledupar Fredys Socarras, al referirse a la minería y las repercusiones que esta tiene con la seguridad alimentaria para el departamento del Cesar. El mandatario expresó su preocupación sobre este tema en el marco del encuentro regional “Caribe sin hambre”, desarrollado en Barranquilla hace unos días al que fueron invitados los alcaldes y gobernadores de la Costa.
El burgomaestre señaló que “Como Costa Caribe quiero solicitar algo de la cual el Gobernador del Cesar está comprometido; el Departamento tiene 2 millones de hectáreas y 500 mil de ellas dedicadas a minería y están apeteciendo 500 mil más; llamo la atención también al gobernador de La Guajira que ahora que va a comenzar la explotación carbonífera del sur de ese departamento que son las mejores tierras, ¿Qué haría el Cesar y La Guajira si la minería nos quita las mejores tierras?”.
Dijo también que en esas condiciones Valledupar se convertiría en una ciudad receptora de desplazamiento que haría más invivible la urbe por lo cual invitó a pensar como Región en estas repercusiones y reiteró que “Vamos a dar la pelea para que no nos vayan a deforestar y desertizar al Cesar y nos dejarían sin fuentes de agua y sin vida”, concluyó el mandatario.
En su intervención, el Alcalde Fredys Socarrás, dijo que la seguridad alimentaria es un compromiso de su gobierno y que será plasmado en el Plan de Desarrollo Municipal. El mandatario explicó que le presentó en mayo de 2010, al Presidente de la República Juan Manuel Santos, ante el Consejo de Ministros, un proyecto de ocho mil hectáreas de cultivo (en la región de Callao, vía a Bosconia) que tienen un acuífero que es de los mejores del país que acumula 25 millones de metros cúbicos de agua en época de verano.
A su turno, la coordinadora técnica del plan Caribe sin Hambre, Elvia Mejía informó que de los 8 planes departamentales existentes cinco aprobados y que los datos que arrojó la investigación concluyen que en la Costa Atlántica existe el 40 por ciento del agua del país y que hay 9 millones de personas consideradas vulnerables desde el acceso a los alimentos y que 4.2 millones de ciudadanos están ubicados en el rango de Sisben 1 y 2.
Por su parte, el gobernador del Cesar Luis Alberto Monsalvo en entrevista con El Pilón, dijo que en los últimos años el departamento del Cesar evidencia una menor actividad agropecuaria y un crecimiento del sector minero, situación que ha generado una dependencia de alimentos de otras regiones y a esto se une los niveles de intermediación que se ven reflejadas en el encarecimiento de la canasta familiar.
Por lo que reiteró que su gobierno apostará por la seguridad alimentaria, la cual fue incluida en el Plan de Desarrollo del Departamento para generar más puestos de trabajo, así como mejores condiciones de vida para los campesinos y, en general para los pequeños productores del campo cesarense.
Seguridad alimentaria y agricultura
La preocupación de los mandatarios en este sentido tiene unos antecedentes desalentadores para el departamento del Cesar y el resto del país que depende de la actividad minera en detrimento de la agricultura.
Según estudios del Programa Mundial de Alimentos y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL en América Latina se registran 53 millones de personas con hambre, de las cuales 9 millones se encuentran en Colombia.
A su turno el Departamento Nacional de Planeación y la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO, coinciden en que el hambre no se erradica subsidiando un plato de comida, sino que se deben brindar las herramientas necesarias para que las personas puedan producir su propia comida y a la vez lo comercialicen.
De otro lado, un informe de la Organización de las Naciones Unidas publicado en Roma en el año 2011 sobre el hambre en el mundo, señala que los gobiernos deben asegurarse de que se cuente con un entorno normativo transparente y previsible que promueva la inversión privada y favorezca el aumento de la productividad agrícola. “Es fundamental llevar a cabo una gestión más sostenible de nuestros recursos naturales, forestales y pesqueros para la seguridad alimentaria de muchos de los miembros más pobres de la sociedad”, sostienen los responsables del organismo en el informe.
El informe insiste además en que invertir en la agricultura sigue siendo fundamental para lograr la seguridad alimentaria de los países en desarrollo y a largo plazo. Y señala que las áreas claves donde se podrían destinar esas inversiones serían los sistemas de riego eficaces y prácticas mejoradas de gestión de tierras y mejores semillas. “Ello ayudaría a reducir los riesgos de producción a los que se enfrentan los campesinos, en especial los pequeños agricultores, y a reducir la volatilidad de los precios”, apunta el informe.
Estadísticas sobre desnutrición
Por ora parte, según los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición realizada en el año 2005 por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF, se muestran los peores resultados en torno a los problemas de nutrición que sufren principalmente niños y niñas menores de cinco años que se concentran en la Costa Atlántica, Nariño, Cauca y Boyacá.
Según el informe en mención, la desnutrición crónica que implica el retraso en la talla para la edad o desnutrición desde la gestación para niñas y niños menores de 5 se revela un porcentaje del 12% de las cuales el 2.1% es severa. De estos porcentajes se registran en niños entre 1 y 2 años, con 16.9% .
Al mirar las cifras por subregiones, Guajira/ Cesar/ Magdalena, Cauca,/Nariño y Bolívar/Sur Sucre / Córdoba, son las que presentan las mayores prevalencias, con un 16.5%, 18.7%, y 14.4% respectivamente que superan con amplitud el promedio nacional.
El informe advierte que las cifras son mayores en la zona rural con el 7.5% que en la urbana con el 4.4%. La región Atlántica y la subregión integrada por La Guajira, Cesar y Magdalena tuvieron los porcentajes mas grandes con un 8.9% y un 10.1% , respectivamente.