OPINIÓN

Se necesita estatura para enfrentarse a Petro

Quien pretenda llegar a la Casa de Nariño debe tener un discurso firme, donde la seguridad sea un pilar, pero no el único. Colombia necesita propuestas contundentes para un país de casi 53 millones de personas.

Quintin Quintero, columnista de EL PILÓN

Quintin Quintero, columnista de EL PILÓN

Por: Ricardo

@el_pilon

canal de WhatsApp

En el boxeo, “fajarse” significa pelear cuerpo a cuerpo, con intensidad y sin miedo a recibir golpes. En las próximas elecciones presidenciales, esa es la actitud que debe asumir cualquier candidato o candidata: entrar al ring con determinación, argumentos sólidos y cifras precisas, dispuesto a confrontar sin titubeos. De lo contrario, no tendrá ninguna opción.

El problema es que ese combate es contra Gustavo Petro, un político que (nos guste o no) conoce el terreno, tiene arraigo popular, es osado y no le tiembla la voz. Petro sabe hacia dónde va, no duda en desafiar al establecimiento (aunque hoy haga parte de él) y logra, día tras día, convertirse en noticia. Se victimiza con facilidad y ha hecho de la confrontación su principal estrategia política.

Todo el mundo tiene derecho a aspirar, sí, pero eso no significa que cualquiera pueda ser candidato. Es fácil hablar, pero otra cosa es sostener una aspiración con argumentos, inteligencia y carácter. Hoy en día, a muchos “se les ocurre” lanzarse sin entender la gravedad de los problemas del país ni la profundidad de las brechas regionales.

Como dice el dicho: el que no sabe para dónde va, cualquier bus le sirve. Y mientras varios se suben al bus equivocado, Petro sabe muy bien cuál tomar: el del “golpe de Estado”, la “consulta popular” o la “constituyente”. Cada uno de esos movimientos agita a sus seguidores, que lo respaldan con fervor, casi sin cuestionamientos.

Varios de los aspirantes presidenciales no solo carecen de guantes para enfrentarlo en el debate, sino que ni siquiera saben dónde están parados. Hoy cualquiera se cree ideólogo, olvidando que Colombia necesita pragmatismo, planificación y ejecución.

Coloquialmente hablando, se necesita tener “ropa” para lo que viene. Se requiere estatura para enfrentarse a Petro, que tiene efecto teflón, que conoce el pulso político nacional y regional, y que convierte cada ataque en una oportunidad para victimizarse. Es, además, quien impone la agenda pública.

Petro no desescalona los conflictos: los exacerba. Ya no goza del mismo respeto en el orden internacional, pero sabe que en Colombia escasean los estadistas. Es consciente de que está rodeado de “candidaticos” que no tienen nombre ni peso, ni dentro ni fuera del país.

Estamos mal con Petro, pero peor aún con una oposición fragmentada, incapaz de construir una alternativa seria y unificada. Mientras tanto, el país sigue marcado por desigualdades profundas. Un aspirante presidencial serio para 2026 debe construir su propuesta en torno a cerrar esas brechas. Petro se ha apropiado de ese discurso social, mientras la dirigencia tradicional, dividida por mezquindades, no ha podido articular una respuesta eficaz.

Quien pretenda llegar a la Casa de Nariño debe tener un discurso firme, donde la seguridad sea un pilar, pero no el único. Colombia necesita propuestas contundentes para un país de casi 53 millones de personas; donde más de 12 millones son jóvenes entre 14 y 28 años —el 25% de la población—; donde el 51,2% son mujeres, muchas de ellas cabezas de hogar.

En fin, quien aspire a la presidencia debe entender que este no es un país para discursos vacíos. Se necesita visión, estrategia, carácter… y guantes. Porque con Petro, hay que fajarse.

Por: Quintín Quintero

Temas tratados
  • Casa de Nariño
  • consulta popular
  • elecciones presidenciales
  • golpe de estado
  • gustavo petro

TE PUEDE INTERESAR