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Opinión - 8 marzo, 2025

¡Se anuncia la llegada del festival!

Desde ya podemos ver y escuchar a los grupos de piloneras ensayar sus distintivas coreografías sincronizadas, a los acordeoneros prepararse para triunfar en los distintos escenarios y, ni más faltaba, a los compositores crear sus canciones inéditas.

El amarillo de sus flores ofrecen un espectáculo visual en Valledupar. / Foto: Jesús Ochoa.
El amarillo de sus flores ofrecen un espectáculo visual en Valledupar. / Foto: Jesús Ochoa.
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El florecimiento anual de los cañahuates en la región del Cesar, más allá de ser un fenómeno de encanto natural para los vallenatos y sus alrededores, es sin duda alguna el primer llamado representativo de preparación para nuestra gran fiesta anual, el Festival de la Leyenda Vallenata.

Al estar geográficamente ubicados entre la riqueza cultural del Caribe colombiano, la finalización de los carnavales para la ciudad de Valledupar marca una transición simbólica, donde el verano toca nuestra puerta y cede el paso a la planeación de la celebración plasmada en una caja, una guacharaca y un acordeón. Es aquí, en donde la ciudad se transforma en el escenario del realismo mágico e impregna sus historias, su música y sus personajes culturales.

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Una publicación compartida por EL PILÓN – ES LO NUESTRO (@el_pilon)

Los cañahuates, con sus flores encendidas, le recuerdan al sol iluminar al Valle de Upar para que cada uno de los vallenatos comience a entonar “El Pilón”, la canción predilecta para el desfile anual de piloneras. Las damas de la ciudad empiezan a desempolvar sus trajes coloridos y nuestros caballeros preparan sus sombreros para reunir a los compadres en la parranda.

Y sí, es así. Desde ya podemos ver y escuchar a los grupos de piloneras ensayar sus distintivas coreografías sincronizadas, a los acordeoneros prepararse para triunfar en los distintos escenarios y, ni más faltaba, a los compositores crear sus canciones inéditas. La ciudad, entre el amarillo vibrante de los cañahuates y el resonar del acordeón, se viste de fiesta, reafirmando que la tradición vallenata no solo se recuerda, sino que se vive y se siente en cada rincón de esta tierra.

Recomendado: Valledupar se engalana de amarillo con la floración del puy

La elegancia veranera que acompaña el manto dorado que dejan las flores del cañahuate al caer por su misma inercia, asimilan la llegada de las mariposas amarillas de las que tanto Gabriel García Márquez nos comentó. Con este anuncio, se espera que Valledupar se engalane y se vista de ferviente amor y tradición para la llegada de la fiesta más importante de la región.

Escrito por: Ana María Santos Murgas.

Opinión
8 marzo, 2025

¡Se anuncia la llegada del festival!

Desde ya podemos ver y escuchar a los grupos de piloneras ensayar sus distintivas coreografías sincronizadas, a los acordeoneros prepararse para triunfar en los distintos escenarios y, ni más faltaba, a los compositores crear sus canciones inéditas.


El amarillo de sus flores ofrecen un espectáculo visual en Valledupar. / Foto: Jesús Ochoa.
El amarillo de sus flores ofrecen un espectáculo visual en Valledupar. / Foto: Jesús Ochoa.
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El florecimiento anual de los cañahuates en la región del Cesar, más allá de ser un fenómeno de encanto natural para los vallenatos y sus alrededores, es sin duda alguna el primer llamado representativo de preparación para nuestra gran fiesta anual, el Festival de la Leyenda Vallenata.

Al estar geográficamente ubicados entre la riqueza cultural del Caribe colombiano, la finalización de los carnavales para la ciudad de Valledupar marca una transición simbólica, donde el verano toca nuestra puerta y cede el paso a la planeación de la celebración plasmada en una caja, una guacharaca y un acordeón. Es aquí, en donde la ciudad se transforma en el escenario del realismo mágico e impregna sus historias, su música y sus personajes culturales.

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Los cañahuates, con sus flores encendidas, le recuerdan al sol iluminar al Valle de Upar para que cada uno de los vallenatos comience a entonar “El Pilón”, la canción predilecta para el desfile anual de piloneras. Las damas de la ciudad empiezan a desempolvar sus trajes coloridos y nuestros caballeros preparan sus sombreros para reunir a los compadres en la parranda.

Y sí, es así. Desde ya podemos ver y escuchar a los grupos de piloneras ensayar sus distintivas coreografías sincronizadas, a los acordeoneros prepararse para triunfar en los distintos escenarios y, ni más faltaba, a los compositores crear sus canciones inéditas. La ciudad, entre el amarillo vibrante de los cañahuates y el resonar del acordeón, se viste de fiesta, reafirmando que la tradición vallenata no solo se recuerda, sino que se vive y se siente en cada rincón de esta tierra.

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La elegancia veranera que acompaña el manto dorado que dejan las flores del cañahuate al caer por su misma inercia, asimilan la llegada de las mariposas amarillas de las que tanto Gabriel García Márquez nos comentó. Con este anuncio, se espera que Valledupar se engalane y se vista de ferviente amor y tradición para la llegada de la fiesta más importante de la región.

Escrito por: Ana María Santos Murgas.