Falta electrobomba

Adriana Palomo Molina
Aunque los gestos de gratitud por parte de los habitantes de Salóa, corregimiento de Chimichagua, halagan al gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco y al alcalde de Chiriguaná, Jesús Namén Rapalino, la necesidad de agua potable no cesa entre los saloeros.
Los nueve días de padecimientos  del valioso recurso,  ha consternado a los ocho mil habitantes, provocando que se levanten voces para pedir solución ante la problemática que durante muchos años ha marcado la historia del corregimiento.
El desabastecimiento de agua en las viviendas, responde a las precarias condiciones en que se encuentra la electrobomba, que pese a los múltiples arreglos y mantenimientos aplicados, no ha logrado mejorar el servicio a la comunidad que consideran como única solución, que el gobierno departamental y municipal tenga a bien  sanear esta necesidad que se constituye en un derecho.
Las consecuencias
Frente a las carencias de agua potable, la comunidad se abastece del río Cesar y de pozos artesanales que en el momento representan un riesgo de contaminación debido a la pasada ola invernal, lo que ha debilitado el estado de salud de los niños, quienes presentan afecciones cutáneas y malestares estomacales debido al consumo inadecuado de aguas no aptas para el organismo.
La inversión
Aunque los recursos necesarios para adquirir una nueva electrobomba representan una inversión de menor cuantía, (aproximadamente 10 millones de pesos), los procesos para la adquisición se han demorado debido a un proyecto estancado por parte de Aguas del Cesar, para la instalación de las redes de acueducto y alcantarillado, que durante años se le ha dado espera.
Ahora los habitantes en su desesperada paciencia anhelan que haya respuestas por parte de las administraciones y que Salóa deje de ser el corregimiento más olvidado, aun cuando se constituye como el más grande del municipio de Chimichagua y que el derecho al suministro de agua potable a la comunidad sea una necesidad básica resuelta para los moradores.
En Salóa el desabastecimiento de agua potable durante nueve días pone a los habitantes a pedir soluciones que garanticen sus derechos y la asistencia a sus necesidades.