A raíz de las inquietudes surgidas por la información difundida ayer por EL PILÓN, en la que se reveló la crisis del servicio de transporte público colectivo de la capital del Cesar, bien vale la pena revisar el estado y avance del “contrato de suministro de material rodante para la entrada en operación del Sistema Estratégico de Transporte Público, SETP, de la ciudad de Valledupar”

Según el informe entregado a EL PILÓN por el Departamento Nacional de Planeación, DNP, ese contrato se adjudicó, mediante licitación, el 30 de noviembre de 2021 a la empresa Superpolo SAS, cuya firma se oficializó el 7 de diciembre y, 15 después, es decir el 21 de ese mismo mes y año,  se formalizó el acta de inicio. 

El contrato establece la entrega de 130 unidades de transporte, cuyas características responden a un autobús tipo buseta de 25 pasajeros, incluido el conductor, con motor Iveco a gas natural “certificados para el cumplimiento de la norma ambiental Euro VI y todas las normas técnicas, ambientales y de seguridad, estipuladas en la reglamentación colombiana NTC 5206 y Conexas”. Además se refiere “el 100% de la flota es accesible, con plataforma para personas con movilidad reducida, aire acondicionado y rutero frontal, con carrocería de procedencia y fabricación colombiana”.

Estos 130 buses serán suministrados a Valledupar este mismo año 2022, pero en tres entregas así: 42 unidades el 6 de junio, otras 42 unidades el 7 de julio y 46 unidades el 30 de agosto. Una pregunta al SIVA, que ahorraría críticas: ¿por qué estos temas no se informan a tiempo? y ¿por qué no se socializan y comunican con amplitud y detalle?  

Esos 130 nuevos buses serían la cuota inicial, si se tiene en cuenta que, según las cifras reveladas por el concejal Arzuaga, en el año 2001 en Valledupar circulaban 450 buses y sin embargo el servicio no era suficiente, tal vez no tanto por el número de unidades de transporte sino por otros diversos factores como el diseño de rutas estratégicas, estado de la malla vial y del mismo parque automotor. El SIVA deberá explicarnos qué tan suficiente es esa flota.  

La situación cada vez fue empeorando aún más, hasta llegar al punto en que solo 15 buses circulan en Valledupar; entre tanto el mototaxismo sigue reinando entre los vallenatos.

Pero por algo se comienza, dice la filosofía popular, la puesta en funcionamiento de estos nuevos y modernos 130 buses debe servir para por lo menos rescatar la costumbre de hacer uso del servicio transporte colectivo en la capital cesarense, claro está que esto debe ir acompañado de todo un proceso integral que incluya cultura ciudadana, garantías de seguridad, diseño de rutas, optimización de los paraderos, arreglo de la malla vial, entre un sinnúmero de aspectos propios de las grandes ciudades.
Esperamos que se redoblen esfuerzos y podamos contar con que el presidente Duque antes de dejar el cargo dé al servicio la nueva vía Valledupar La Paz, la doble calzada Valledupar- Bosconia, la Policía Metropolitana, los Juegos Bolivarianos y la primera gran flota de buses modernos y climatizados de la ciudad.