La margen derecha del río Guatapurí se debate, desde hace varios años, entre las problemáticas ambientales y sociales que se han desarrollado en su ronda hídrica. Esta última se ha convertido en su botadero de basura a cielo abierto y un sitio para el vertimiento de aguas residuales. Ante esta alarmante situación, ambientalistas y ciudadanos exigen la restauración inmediata de la zona y envían un SOS a las autoridades competentes. 

“El río es el símbolo cultural y ecológico de los vallenatos y muchas veces solo se muestra la parte bonita y esta se desconoce; se está muriendo el río, pero no hacemos nada para salvarlo. El río está sufriendo por invasión de la ronda hídrica, la cual ha sido convertida en una escombrera y es algo que hemos venido alertando hace más de 5 años. ¡El Guatapurí parece el patio trasero de la ciudad!”, afirmó Luis Maestre, vigía ambiental local.

El reciente incidente de desacato en contra de la Alcaldía de Valledupar y la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, ha permitido que nuevamente las autoridades competentes giren la vista hacia este recurso natural que provee del preciado líquido a todos los vallenatos. De este modo, el martes 21 de septiembre, la corporación en compañía de la Policía Ambiental, Fundación Mentes Brillantes, ambientalistas y la ONG holandesa Stiching Konfinanzas, realizaron un recorrido por la margen derecha del río para identificar las problemáticas. 

“La corporación viene realizando acciones programadas desde antes de que se diera apertura al proceso de tutela y el incidente de desacato, tenemos un convenio con entidades privadas donde se proyecta la reforestación de esta margen del río con más de 1.500 árboles. Se han iniciado procesos sancionatorios ambientales que culminaron con sanción pecuniaria y compensatoria desde el 2019; pero esta es una problemática socio-ambiental que involucra a la administración municipal, la comunidad, las empresas de servicios públicos e incluso la Gobernación del Cesar porque el río Guatapurí no es solo patrimonio de los vallenatos sino también de los cesarenses”, aseveró Carlos Julio Flórez, jefe de la Oficina Jurídica de Corpocesar. 

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La Policía Ambiental por su parte indicó que están realizando jornadas de concientización en la población para que no arrojen los residuos que producen en sus casas. De igual manera, el subintendente Jorge Leonardo Sierra, manifestó que hacen controles a los vehículos de tracción animal, ya que son lo que más residuos depositan. 

HORNOS DE CARBÓN

Más del 50 % de las podas que se hacen en el casco urbano de Valledupar llegan a la margen derecha del río Guatapurí y se transforman en hornos de carbón artesanales elaborados con troncos, arena y ramas de árboles. El humo emanado de esta actividad no solo afecta a los residentes de la zona, sino también a la parte céntrica de la ciudad. 

Oneida Cadena, una mujer dedicada a este oficio hace 3 años, contó a EL PILÓN que cada uno de los hornos demora de 15 a 20 días encendido a fuego lento para poder sacar de ahí 30 sacos de carbón y venderlos a 8.000 mil pesos en las diferentes tiendas y asaderos. “Lo que me pagan por cada bulto no es mucho dinero para todo el trabajo que conlleva, pero bueno, por lo menos me alcanza para comprar comida”, expresó. 

Mientras el carbón se va quemando, el humo afecta lentamente los pulmones de las personas cercanas, ya que durante 2 semanas se mantienen prendidos los hornos. Cabe mencionar que en la margen derecha del río se evidenciaron cerca de 5 fogones de carbón. Además, no se puede dejar de lado el calor exuberante que se produce a raíz de esta práctica artesanal para ‘ganarse’ la vida. 

UNA MIRADA INTERNACIONAL

Del recorrido hicieron parte dos miembros de una Organización No Gubernamental, ONG, de Holanda, los cuales realizan visitas a comunidades vulnerables de América Latina y dependiendo de la problemática hacen aportes financieros, asesorías o formación a las personas para que aprendan a aprovechar los recursos locales de mejor manera.

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Frente al panorama del río Guatapurí, Klaasteur, miembro de la ONG acotó: “La situación del río es desesperante y preocupante. La infección en las aguas afecta justamente a la gente pobre porque los ciudadanos más favorecidos de Valledupar todavía tienen su balneario allá arriba donde el agua aun no es contaminada; pero algún día este problema afectará a todos”.  

SOLUCIONES 

Sin duda alguna se requiere que las autoridades competentes y la administración municipal implementen medidas de fondo para mitigar este impacto ambiental, por lo que ambientalistas y ciudadanos expresaron que se debe retirar los escombros que son arrojados a las faldas del río y que se disponga un lugar para que estos residuos sean arrojados. “Pedimos que se implementen acciones técnicas y que se haga una planificación para pensar en la recuperación de la ronda hídrica, lo cual implica la reubicación de todas estas familias de la margen derecha”, expresaron.

Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN 

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