Son muchas las inquietudes surgidas frente al ritmo de los avances de dicho proceso.
Según voces de los expertos, el proceso relacionado con la revisión y actualización del Plan de Ordenamiento Territorial de Valledupar, POT, ha pasado por una serie de inconvenientes que dejan muchas dudas sobre la seriedad y fundamentación que este debería tener.
Tal como lo afirman miembros de la veeduría del contrato, suscrito para ese fin entre la Alcaldía de Valledupar y la Universidad del Magdalena, las cosas no marchan bien. Dicen que ha habido incumplimiento en muchos aspectos, en especial en la mayoría de los plazos establecidos para el desarrollo de cada componente del proceso.
Son muchas las inquietudes surgidas frente al ritmo de los avances de dicho proceso. Es preciso señalar que el contrato fue establecido por un monto de tres mil millones de pesos, de los cuales se giró un anticipo del 50 por ciento del valor total, es decir, de mil quinientos millones de pesos, pero, según versiones de algunos veedores, tal parece que en el momento se presenta una desfinanciación para cubrir los gastos requeridos hasta la fecha, por ello se han presentado dificultades para el cumplimiento ideal de todo lo planificado.
Ante tantas dificultades, fue necesario prorrogar el contrato hasta el 30 de septiembre de 2023 pero con la condición de entregar el pasado 9 de mayo siete documentos totalmente concluidos y eso no fue posible o por lo menos es lo que se conoce al respecto. ¿Qué sigue ahora?, hasta el momento nadie ha dicho nada.
Además de eso, el columnista Carlos Andrés Añez, en uno de sus artículos publicados por EL PILÓN, cuestionó la naturaleza misma del contrato y los objetos de este, tras considerar que “una cosa es revisión del POT y otra su modificación excepcional y así como está descrito en el contrato parece que se están ejecutando ambas actividades lo cual resulta muy extraño toda vez que cada una tiene regulaciones distintas, la primera en el artículo 5 del decreto 4002 del 2004 y la segunda en el artículo 6 del mismo decreto”.
Por otro lado, el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar, José Luis Urón, solicitó a la Oficina de Planeación de la ciudad que realice la socialización de los resultados de la revisión parcial y modificación excepción del Plan de Ordenamiento del municipio. Se refiere a la divulgación de los resultados obtenidos en los 8 estudios y 7 productos contratados por el municipio de Valledupar con la Universidad del Magdalena, cuyo plazo ya se venció y no se sabe nada.
Y llama la atención que entre esos 8 estudios y 7 productos está incluida una estrategia de comunicación para garantizar la participación ciudadana, pero con la habida consecuencia de que en Valledupar de lo que menos saben sus habitantes es precisamente sobre ese tema del POT.
En líneas generales, un tema de tanto interés para la ciudad no puede pasar desapercibido como algo de poca monta, como lo reiteran siempre los eruditos en la materia, se está hablando de una herramienta de planeación del territorio, indispensable para el crecimiento ordenado del municipio y evitar procesos urbanísticos desacertados por parte de los mandatarios de turno.
Es hora entonces que todos los sectores involucrados se pongan serios y juiciosos frente a un tema fundamental para el futuro de nuestra ciudad Valledupar.
Son muchas las inquietudes surgidas frente al ritmo de los avances de dicho proceso.
Según voces de los expertos, el proceso relacionado con la revisión y actualización del Plan de Ordenamiento Territorial de Valledupar, POT, ha pasado por una serie de inconvenientes que dejan muchas dudas sobre la seriedad y fundamentación que este debería tener.
Tal como lo afirman miembros de la veeduría del contrato, suscrito para ese fin entre la Alcaldía de Valledupar y la Universidad del Magdalena, las cosas no marchan bien. Dicen que ha habido incumplimiento en muchos aspectos, en especial en la mayoría de los plazos establecidos para el desarrollo de cada componente del proceso.
Son muchas las inquietudes surgidas frente al ritmo de los avances de dicho proceso. Es preciso señalar que el contrato fue establecido por un monto de tres mil millones de pesos, de los cuales se giró un anticipo del 50 por ciento del valor total, es decir, de mil quinientos millones de pesos, pero, según versiones de algunos veedores, tal parece que en el momento se presenta una desfinanciación para cubrir los gastos requeridos hasta la fecha, por ello se han presentado dificultades para el cumplimiento ideal de todo lo planificado.
Ante tantas dificultades, fue necesario prorrogar el contrato hasta el 30 de septiembre de 2023 pero con la condición de entregar el pasado 9 de mayo siete documentos totalmente concluidos y eso no fue posible o por lo menos es lo que se conoce al respecto. ¿Qué sigue ahora?, hasta el momento nadie ha dicho nada.
Además de eso, el columnista Carlos Andrés Añez, en uno de sus artículos publicados por EL PILÓN, cuestionó la naturaleza misma del contrato y los objetos de este, tras considerar que “una cosa es revisión del POT y otra su modificación excepcional y así como está descrito en el contrato parece que se están ejecutando ambas actividades lo cual resulta muy extraño toda vez que cada una tiene regulaciones distintas, la primera en el artículo 5 del decreto 4002 del 2004 y la segunda en el artículo 6 del mismo decreto”.
Por otro lado, el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar, José Luis Urón, solicitó a la Oficina de Planeación de la ciudad que realice la socialización de los resultados de la revisión parcial y modificación excepción del Plan de Ordenamiento del municipio. Se refiere a la divulgación de los resultados obtenidos en los 8 estudios y 7 productos contratados por el municipio de Valledupar con la Universidad del Magdalena, cuyo plazo ya se venció y no se sabe nada.
Y llama la atención que entre esos 8 estudios y 7 productos está incluida una estrategia de comunicación para garantizar la participación ciudadana, pero con la habida consecuencia de que en Valledupar de lo que menos saben sus habitantes es precisamente sobre ese tema del POT.
En líneas generales, un tema de tanto interés para la ciudad no puede pasar desapercibido como algo de poca monta, como lo reiteran siempre los eruditos en la materia, se está hablando de una herramienta de planeación del territorio, indispensable para el crecimiento ordenado del municipio y evitar procesos urbanísticos desacertados por parte de los mandatarios de turno.
Es hora entonces que todos los sectores involucrados se pongan serios y juiciosos frente a un tema fundamental para el futuro de nuestra ciudad Valledupar.