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Principal - 15 junio, 2010

Rescatados llegan a Bogotá y se reúnen con sus familias

Emotivo reencuentro Tras sobrevivir casi 12 años de cautiverio en poder de las FARC y a un operativo de rescate bajo intenso fuego, cuatro uniformados, entre ellos el general más antiguo de la Policía y el de más alto rango en manos de la guerrilla, se reencontraron con sus familias entre besos y abrazos. Un […]

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Emotivo reencuentro

Tras sobrevivir casi 12 años de cautiverio en poder de las FARC y a un operativo de rescate bajo intenso fuego, cuatro uniformados, entre ellos el general más antiguo de la Policía y el de más alto rango en manos de la guerrilla, se reencontraron con sus familias entre besos y abrazos.
Un comando especial del Ejército rescató al mediodía del domingo en un sector del departamento de Guaviare, al sur colombiano, al general Luis Mendieta, al coronel Enrique Murillo, ambos de la Policía, y al sargento del ejército, Arbey Delgado.
La madrugada de ayer, el Ejército localizó al teniente coronel de la Policía William Donato, quien al momento del rescate corrió en una dirección diferente a la de sus otros tres compañeros cautivos.
En poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) siguen 19 uniformados.
“Reitero una oferta: si estos integrantes de la guerrilla…abandonan la guerrilla, liberan los secuestrados, nosotros le damos todas las recompensas judiciales y monetarias”, dijo el Presidente Álvaro Uribe, en un discurso en Manizales.
El comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla, dijo que el operativo comenzó a planearse luego que el 11 de marzo el Ejército rescatara a un guerrillero herido quien, dijo, le dio datos adicionales a la inteligencia del Ejército sobre el paradero de los cuatro secuestrados.
Un grupo especial de 12 militares entró al campamento, mientras al menos otros 200 estaban en las zonas alrededor de un punto en la selva a pocos kilómetros de Calamar, en el departamento de Guaviare.
Desde el día en que se autorizó la operación a inicios de este mes, el comando lleva nueve días internado en la selva. “Los tomamos de sorpresa”, dijo Padilla a la AP en su despacho.
El Oficial declinó confirmar reportes de la prensa en torno a que, además de los datos aportados por el rebelde detenido, lograron identificar a los guerrilleros que eran los enlaces que llevaban comida y medicinas, entre otros, al campamento donde estaban los rehenes y que con el tiempo lograron infiltrar, haciéndose pasar por insurgentes, y estar junto a los secuestrados para ayudar en el rescate.
Los cuatro rescatados llegaron antes del mediodía al aeropuerto militar de Bogotá desde una base castrense en Guaviare, y fueron recibidos entre abrazos y besos por un tumulto de parientes.
Mendieta, de 53 años, y Murillo, de 41 años, fueron secuestrados en noviembre de 1998 tras un ataque a un puesto policial en Mitú, en el departamento de Vaupés.
Delgado, de 40 años, y Donato, de 41 años, fueron capturados por los rebeldes en agosto de 1998 en una incursión a una base antinarcóticos en Miraflores, en Guaviare.
El general Mendieta narró que el domingo al mediodía estaba junto a sus otros compañeros secuestrados y ocho guerrilleros y se disponía a “celebrar”, aunque no dijo exactamente cómo, su cumpleaños número 53.
De pronto, dijo Mendieta a los reporteros en el aeropuerto, escucharon disparos y los cuatro uniformados se tiraron al piso en el campamento en el que estaban desde hacía ocho días.
Los guerrilleros, “al no cesar esa cantidad de disparos…salieron corriendo hacia diferentes sitios”, aseguró Mendieta, que se ocultó y huyó luego. Igual hicieron en distintas direcciones los otros tres rehenes.
Más tarde en el Comando de la Policía, Murillo recordó que salió corriendo y se lanzó a un pequeño río y dentro del río a un hueco del que apenas salía para respirar.
“Respiraba lo más que podía y aguantaba dentro del agua”, dijo. “Cuando vi que en un momento saltaron al agua unos señores…y me observaron y al observarlos con los cascos y con el uniforme característico del Ejército, levanté mi cadena y les dije que era uno de los secuestrados”, aseguró Murillo, quien bromeó más tarde preguntando si en la jornada había partido de la Copa Mundial de Fútbol y que quería verlo porque hace ocho años que no estaba frente a un televisor.
Con excepción de Mendieta, los otros tres ex cautivos llegaron al aeropuerto con largas cadenas atadas con un candado a su cuello. Las cadenas les fueron retiradas posteriormente en Bogotá.

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15 junio, 2010

Rescatados llegan a Bogotá y se reúnen con sus familias

Emotivo reencuentro Tras sobrevivir casi 12 años de cautiverio en poder de las FARC y a un operativo de rescate bajo intenso fuego, cuatro uniformados, entre ellos el general más antiguo de la Policía y el de más alto rango en manos de la guerrilla, se reencontraron con sus familias entre besos y abrazos. Un […]


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Emotivo reencuentro

Tras sobrevivir casi 12 años de cautiverio en poder de las FARC y a un operativo de rescate bajo intenso fuego, cuatro uniformados, entre ellos el general más antiguo de la Policía y el de más alto rango en manos de la guerrilla, se reencontraron con sus familias entre besos y abrazos.
Un comando especial del Ejército rescató al mediodía del domingo en un sector del departamento de Guaviare, al sur colombiano, al general Luis Mendieta, al coronel Enrique Murillo, ambos de la Policía, y al sargento del ejército, Arbey Delgado.
La madrugada de ayer, el Ejército localizó al teniente coronel de la Policía William Donato, quien al momento del rescate corrió en una dirección diferente a la de sus otros tres compañeros cautivos.
En poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) siguen 19 uniformados.
“Reitero una oferta: si estos integrantes de la guerrilla…abandonan la guerrilla, liberan los secuestrados, nosotros le damos todas las recompensas judiciales y monetarias”, dijo el Presidente Álvaro Uribe, en un discurso en Manizales.
El comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla, dijo que el operativo comenzó a planearse luego que el 11 de marzo el Ejército rescatara a un guerrillero herido quien, dijo, le dio datos adicionales a la inteligencia del Ejército sobre el paradero de los cuatro secuestrados.
Un grupo especial de 12 militares entró al campamento, mientras al menos otros 200 estaban en las zonas alrededor de un punto en la selva a pocos kilómetros de Calamar, en el departamento de Guaviare.
Desde el día en que se autorizó la operación a inicios de este mes, el comando lleva nueve días internado en la selva. “Los tomamos de sorpresa”, dijo Padilla a la AP en su despacho.
El Oficial declinó confirmar reportes de la prensa en torno a que, además de los datos aportados por el rebelde detenido, lograron identificar a los guerrilleros que eran los enlaces que llevaban comida y medicinas, entre otros, al campamento donde estaban los rehenes y que con el tiempo lograron infiltrar, haciéndose pasar por insurgentes, y estar junto a los secuestrados para ayudar en el rescate.
Los cuatro rescatados llegaron antes del mediodía al aeropuerto militar de Bogotá desde una base castrense en Guaviare, y fueron recibidos entre abrazos y besos por un tumulto de parientes.
Mendieta, de 53 años, y Murillo, de 41 años, fueron secuestrados en noviembre de 1998 tras un ataque a un puesto policial en Mitú, en el departamento de Vaupés.
Delgado, de 40 años, y Donato, de 41 años, fueron capturados por los rebeldes en agosto de 1998 en una incursión a una base antinarcóticos en Miraflores, en Guaviare.
El general Mendieta narró que el domingo al mediodía estaba junto a sus otros compañeros secuestrados y ocho guerrilleros y se disponía a “celebrar”, aunque no dijo exactamente cómo, su cumpleaños número 53.
De pronto, dijo Mendieta a los reporteros en el aeropuerto, escucharon disparos y los cuatro uniformados se tiraron al piso en el campamento en el que estaban desde hacía ocho días.
Los guerrilleros, “al no cesar esa cantidad de disparos…salieron corriendo hacia diferentes sitios”, aseguró Mendieta, que se ocultó y huyó luego. Igual hicieron en distintas direcciones los otros tres rehenes.
Más tarde en el Comando de la Policía, Murillo recordó que salió corriendo y se lanzó a un pequeño río y dentro del río a un hueco del que apenas salía para respirar.
“Respiraba lo más que podía y aguantaba dentro del agua”, dijo. “Cuando vi que en un momento saltaron al agua unos señores…y me observaron y al observarlos con los cascos y con el uniforme característico del Ejército, levanté mi cadena y les dije que era uno de los secuestrados”, aseguró Murillo, quien bromeó más tarde preguntando si en la jornada había partido de la Copa Mundial de Fútbol y que quería verlo porque hace ocho años que no estaba frente a un televisor.
Con excepción de Mendieta, los otros tres ex cautivos llegaron al aeropuerto con largas cadenas atadas con un candado a su cuello. Las cadenas les fueron retiradas posteriormente en Bogotá.